Image: Quisimos tanto a Narros

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Escenarios

Quisimos tanto a Narros

Todos eran sus hijos. Directores, actores, dramaturgos, productores... se despiden del gran patriarca del teatro español de los últimos 50 años

21 junio, 2013 02:00

Miguel Narros en acción, durante unos ensayos en 1996. Foto: José María Casaña


Muchos no han querido todavía hablar, afectados como están por la noticia, como es el caso de Ana Belén o de José Carlos Plaza. A otros, como a Francisco Nieva, sus allegados no han querido ni decírselo: "Se querían tanto", se entristecía su secretario al teléfono. Los que sí lo han hecho, aunque con mucha pena, han dejado un mismo titular, el de que Narros era, sin más, puro teatro. Patriarca de actores, maestro de directores, amigo de dramaturgos... todos sus hijos destacan de él su pasión por las tablas, de las que no le permitieron apearse: "Ha llegado el momento de irme, pero no me dejan", confesó a elcultural.com en 2011. Finalmente, se quedó con ellos, estos que ahora le despiden, hasta el último día.


Alonso de Santos: "Lleva 50 años siendo el gran maestro de todos"

Era uno de los grandes patriarcas del teatro y un grandísimo director. Fue mi maestro y profesor y el de una mayoría de directores y actores. En el TEN era la figura más importante. Narros lleva 50 años siendo el gran maestro de todos. Dentro de un enorme respeto a los autores, es el hombre que ha mezclado la tradición con la modernidad, el teatro europeo con el español. Nunca estuvo en contra del teatro clásico, al contrario, partió de las raíces. Hace 50 años era ya un innovador. Empecé como actor en el TEN con sus clases, a aprender el teatro de su boca. Y es que ha sido teatro durante 50 años.

Celestino Aranda: "Ante todo un hombre bueno"

Conocí a Miguel en 1979 y desde entonces hice toda mi carrera profesional a su lado. Miguel ha hecho casi 150 espectáculos durante toda su vida, y de forma independiente desde 1997, cuando fundamos juntos Fauraute. Además de su trabajo, destaco de él que era un hombre bueno y generoso. Ha sido un buen final, pues ha muerto plácidamente, mientras dormía.

Arnold Taraborrelli: "Es el final de una época"

De Miguel Narros fue la idea de impartir clases con actores, todo lo que hago ahora se lo debo a él. Hemos trabajado muchísimo juntos y siempre fue un placer enorme. Es el final de una época, pues hizo tanto, tanto para el teatro en España. Siempre estaré agradecido por su insistencia para que me dedicara a la enseñanza, que es lo que me ha hecho tan feliz. Narros introdujo una cultura totalmente desconocida y le dio la oportunidad a cantidad de actores jóvenes para que pudieran hacer cosas que antes de él no existían. Era una persona creativa, con un bonito sentido del humor y un gran rupturista.

Silvia Marsó: "Dirigía como pintaban los posimpresionistas"

Desde el comienzo de su carrera siempre hubo algo especial en su manera de dirigir: la belleza, la estética, la expresión visual de sus espectáculos, que encerraban un mundo de expresión y de comunicación a través de las imágenes. También dirigiendo Miguel hablaba a través de imágenes. Cuando tuve la suerte de vivir la experiencia maravillosa que fue Yerma, me di cuenta de que Lorca y Narros describían las emociones a través de las imágenes, se juntaron dos genios. Miguel acudía a ellas cuando le faltaban las palabras, para sacar lo que quería de un actor. Era muy esclarecedor y nos abría un mundo en los ensayos. Debido a esa capacidad de buscar, en los ensayos procuraba que cada día cambiase lo que había dirigido el anterior. Pensaba yo que no le gustaba mi trabajo, pero acabé por darme cuenta de que era su forma de trabajar, como un posimpreasionista, cubriendo una capa con otra distinta, pintando un cuadro que no conocías al completo hasta que no te alejabas y te dabas cuenta de todo. Nosotros seguimos haciendo gira de la obra y venía a todas las representaciones. A su edad, no encontrándose bien, después de un año del estreno... Valoro ese amor al teatro, que fue su vida. Es un regalo que el destino me pusiera bajo su batuta en su penúltimo montaje. Lo vamos a echar mucho de menos.


Silvia Marsó en el papel de Yerma, en el Teatro María Guerrero

Ignacio Amestoy: "Nuestro Visconti"

Miguel Narros ha sido la persona más arriesgada en el teatro español en los últimos 50 años. Su trabajo era una continúa experimentación. Él y Layton comenzaron la trasformación radical de lo que se considerada la interpretación en España. Como director de actores era el mejor. Como montador de espectáculos era nuestro Visconti. Desde luego, su ejemplo y su docencia han marcado el teatro actual en España. Si tuviera que destacar un montaje diría una obra que me montó de forma magistral, Ederra, desentrañó mi obra más allá de la palabra. Y, por supuesto, todos sus montajes de El Rey Lear: en cada uno de ellos aportaba una visión de la contemporaneidad de cada momento desde la que hizo en el franquismo hasta las que ha hecho en democracia.

María Adánez: "Vio en mí grandes heroínas y eso me honra"

Ha muerto uno de los grandes, de los pocos que quedaban de aquella generación gloriosa. Era un hombre sabio, inteligente, divertido, lúdico y libre. Siempre hizo lo que quiso con sus montajes, sin reparo y sin pudor. Cuando el teatro estaba tan engolado, llegó él y revolucionó todo y empezó a ver a los actores de forma natural. Además de todo esto es mi maestro, el que me dio esa oportunidad de las que son capaces de dar el giro a una carrera. Yo hacía televisión, cosas populares, y Miguel, sin haberme visto en pantalla, confió en mí. Me ofreció Salomé y luego la Señorita Julia. Me honra que siempre viera en mí a grandes heroínas. Siempre me gustó trabajar con él y a él conmigo, yo me ponía en sus manos. Él te empujaba al vacío y tú accedías, porque sabías que lo que esperaba abajo iba a ser maravilloso. Ahora estábamos a punto de hacer otra obra juntos, A puerta cerrada, de Sartre, pues Miguel estaba en ese momento existencialista. Teníamos incluso fecha de estreno en Sevilla, quizás sigamos adelante, como un homenaje para él.

Ernesto Caballero: "Un artista integral"

Le tengo en la memoria, como muchos otros creadores escénicos de generaciones posteriores, ha sido un maestro indiscutible. Hay montajes suyos que han formado parte de mis referentes en la puesta en escena, como La malquerida, sus Lorcas... Es un director en el que nos hemos mirado todos. Es el gran creador escénico no sólo de ámbito nacional, sino europeo. Nos miramos en Bergman, y nos miramos en Narros. Tenía un talento descomunal para el aspecto clásico. Era un artista integral, y nos enseñó el teatro en un sentido casi wagneriano. Era un creador que ha sabido apreciar los textos con una técnica depuradísma con los actores. No podía ser más que un maestro y un referente para los que hemos venido después.

Mario Gas: "Enorme director, docente y gestor"

Con Miguel Narros se va uno de los mejores directores escénicos del último medio siglo, perteneciente a una generación muy potente. Fue un buen actor, figurinista extraordinario, pero sobre todo, un grandísimo director de escena, docente y director de teatros públicos. Acertó muchas veces, otras no tanto, pero ha dejado una impronta imborrable. Personalmente fue muy abierto y generoso y me unía a él una amistad muy respetuosa y antigua. Al principio, mi generación se rebeló contra estos padres potentes de nuestra escena, pero acabamos reconociéndoles el espacio que se merecían.

José Ramón Fernández: "Una elegancia y talento especiales"

Llevo 30 años viendo espectáculos y ha sido un golpe duro porque sentía una gran admiración por él. Precisamente ayer tuve en la mano el cartel de El Rey Lear… Ese montaje realizado en la Sala Olimpia en 1983 (yo tenía entonces 21 años) y Ederra de Ignacio Amestoy fueron los dos primeros trabajos que vi de Narros. Desde entonces, he visto decenas de obras suyas. Miguel Narros fue un director de escena admirable, con una elegancia y un talento especiales, además de la maestría de quien lleva más de 100 montajes. Ese conocimiento de las artes, ese saberse rodear de profesionales excelentes de las otras artes de la puesta en escena, como Andrea D'Odorico, Elio Berhanyer que ya le acompaño en los 50, o una de las actrices que recuperó para el teatro, Margarita Lozano. He tenido la fortuna de ver varias veces un montaje suyo, El largo viaje en el Español y de conocerle personalmente mientras ensayaba El yermo de las armas de Valle Inclán en 1996 en el Teatro María Guerrero. Era cercano, amable, vital divertido. Ha sido una suerte haberle conocido.