García Calvo durante un ensayo

Guillermo García Calvo descorcha la temporada del Teatro Campoamor con una nueva producción de Michal Znaniecki de 'El oro del Rin', primera entrega de la 'Tetralogía' wagneriana que prepara la Ópera de Oviedo.

"Con Wagner dirigir es digerir". Lo cuenta Guillermo García Calvo (Madrid, 1978) en vísperas de su regreso al Teatro Campoamor con una nueva producción de El oro del Rin, primera entrega de la Tetralogía que inaugura, del 15 al 21 de septiembre, la temporada de la Ópera de Oviedo. "De Wagner se ha dicho de todo", concede a El Cultural el joven maestro. "Quizá porque su humanidad sólo se entiende en las contradicciones de un carácter visionario".



Precisamente con Wagner debutó en España hace dos años. Le llamaron de Oviedo para sustituir in extremis a un convaleciente Friedrich Haider durante los ensayos de Tristán e Isolda y terminó encaramándose a los titulares de prensa al grito de director revelación. "Hay que estar siempre alerta, porque el trabajo con la orquesta es un examen constante". Que él ha superado, y con nota, a su paso por la Deutsche Oper de Berlín y la Staatsoper de Viena, donde ha reemplazado en el último momento a Daniele Gatti en Macbeth, a Paolo Arrivabeni en La Cenerentola y a Bruno Campanella en La fille du régiment. "¿Estrés? Nada de eso. Esas noches uno se siente más vivo que nunca".



La partitura de El oro del Rin mediará en su reencuentro con los músicos de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, a cuya titularidad aspiró hace tres años. "Disfruto mucho de mis compromisos como director invitado, pero cada vez tengo más ganas de tener mi propia orquesta, lo que me permitiría profundizar en el repertorio y dedicar todo mi tiempo a un mismo grupo de músicos a los que enseñar y de los que poder seguir aprendiendo". Lo dice con la confianza de quien se sabe en las quinielas para liderar varios conjuntos europeos. "No puedo entrar en detalles, pero confío en que pronto se vayan concretando cosas...". Como su esperado debut, aún sin fecha ni título, en el Liceo de Barcelona. Los fosos del Teatro Real de Madrid y del Palau de les Arts de Valencia -donde en febrero dirigirá un concierto sinfónico- tendrán que seguir esperando. "En la ópera los músicos aprendemos a ser flexibles mientras que en los conciertos aspiramos a la perfección técnica. Lo ideal es poder mantenerte a medio camino entre ambos extremos".



Ayudante de Christian Thielemann en El anillo del nibelungo del Festival de Bayreuth de hace seis años y autor de una extensa tesis sobre Parsifal, García Calvo no disimula su afinidad por el repertorio wagneriano. "Pocos teatros del mundo están preparados para la magnitud de sus óperas, y la mayoría de las veces hay que sacrificar atriles. Pero esto, lejos de ser un inconveniente, nos ayuda a perpetuar el misterio de su música". El polaco Michal Znaniecki firma la puesta en escena de este nuevo montaje de El oro del Rin. Será la primera ópera estrenada en España que recurra a la técnica del video mapping (proyección de imágenes en 3D y movimiento) para su puesta en escena. En el reparto figuran Tómas Tómasson (como Wotan), David Menéndez (Donner), Jorge Rodríguez Norton (Froh), César Gutiérrez (Loge), Eike Wilm Schulte (Alberich) y Daniel Norman (Mime), entre otros.



El año pasado García Calvo inauguró la temporada del Teatro de la Zarzuela, que visitará el próximo mes de febrero con motivo del estreno de Curro Vargas de Chapí. "Gracias a profesionales como Paolo Pinamonti la zarzuela está recuperando prestigio internacional para situarse al mismo nivel que la opereta francesa y vienesa". Su versatilidad de repertorio y su alternancia en podios y fosos le auguran un futuro prometedor. "Querría disponer de más tiempo para el repertorio francés, que es el que mejor te permite pensar en atmósferas, timbres y colores".