El rapero canadiense Drake acaba de publicar Nothing Was the Same.

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    • Tres músicos canadienses han deslumbrado estas últimas semanas. El rapero Drake, que triunfa en Estados Unidos, entrega con Nothing Was the Same un nuevo capítulo de su autobiografía sentimental con una clara influencia de Michael Jackson. El malogrado rey del pop también es la mayor influencia de The Weeknd, otro rapero del norte de América que domina un sonido más pop y discotequero. En una liga muy distinta, el compositor folk Danny Michel sorprende con la fuerza de su debut junto a la banda caribeña Garifuna. Después de ser sometidas a un intenso hype, las californianas Haim publican un primer disco pop y colorista que recuerda a Britney Spears y a los Eagles mientras Anna Calvi hace oposiciones a ser la sucesora más dotada de PJ Harvey.



    The Weeknd: Kiss Land. Hip hop / R&B

    Después de un disco como Trilogy (2012), unánimemente aclamado como uno de los más importantes de este siglo, este rapero canadiense de origen etíope tenía muy difícil superar la gesta. Kiss Land empieza raro con Professional, una canción larguísima como le gustan (la especialidad de la casa son dos canciones en una) en la que trata de hacer una intro melódica y épica como gustan tantos raperos pero se queda en una especie de plagio de Jean-Michel Jarre. Abel Tesfaye siempre ha estado tan cerca del R&B y la electrónica como del hip hop, y Kiss Land suena sobre todo a Michael Jackson, como en el single de lanzamiento, Wanderlust, que no hubiera desentonado en ningún disco del rey del pop y donde imita su famoso falsete. Lo mejor del artista siempre han sido las magníficas bases rítmicas (House of Balloons de Trilogy es una verdadera obra maestra) y su talento para crear texturas musicales sofisticadas y ricas en matices queda clara en canciones como Live For, junto a Drake, en la que las bases industriales casan magníficamente con una canción de R&B melódico o en la melodramática Tears in The Rain donde brilla The Weekend en estado puro. Es una canción extraordinaria de un artista extraordinario.



    Danny Michel with The Garifuna Collective:Black Birds Are Dancing Over Me. Fusión

    En un mundo perfecto, Survivor's Guilt, una de las canciones de esta colaboración entre el cantautor canadiense Danny Michel y el colectivo musical de Belize sería un hit en todas partes. Cual Paul Simon contemporáneo, Michel logra un disco asombroso en el que su línea folk se une a la perfección con los ritmos de ascendencia africana. La música Garifuna, un pueblo conocido como los "africanos del Caribe", tiene ecos del reggae y la fusión con Michel recuerda de inmediato a aquel mítico Graceland con esos coros de gospel y esa intención de hacer música feliz. El primer single, What colour Are You, un canto desenfadado y algo naíf pero fabuloso a la convivencia de razas es toda una declaración de intenciones de uno de los mejores discos del año.



    MGMT: Sin título. Pop-rock

    Parece cantado el destino de algunos grupos como MGMT a ser maltratados antes o después por la crítica. Como les sucediera a Franz Ferdinand, MGMT arrasaron en 2007 con Oracular Spectacular, un disco asombroso de pop-rock con tintes lisérgicos que contenía hits tan emblemáticos como la totémica Kids. Después llegó Congratulations, en el que jugaban a hacerse los raros, quizá por aquello de que no se los confunda con un grupo mainstream como otro cualquiera. El disco, aun así, no estaba nada mal. Como tampoco está nada mal este tercer esfuerzo, que por no tener no tiene ni título en un nuevo intento de la banda por reivindicar su talento. Insisten en las guitarras eléctricas con sintetizadores y en un rock ampuloso heredero del hippismo de los 60. Es un álbum con olor a marihuana y hay canciones estupendas como Introspection, que suena muy Manchester, o el single Your Life Is a Lie, en el que demuestran que los estribillos, por mucho que lo eviten, se les siguen dando bien.



    Drake: Nothing Was the Same. Hip hop

    Desde su irrupción en 2010 con el álbum Thank Me Later, el rapero canadiense Drake ha encontrado un lugar indiscutible en el estrellato hip hop. Con más de cinco millones de discos vendidos y ganador de un Grammy, Aubrey Drake Graham se reconoce influido por Jay-Z y su nuevo álbum, efectivamente, suena muy Jay-Z, quien de hecho colabora en Pound Cake/ Paris Morton Music 2, que parece un cover de la canción de su último disco La familia. Se va cerrando así el círculo de una elite del hip hop que considera dedicar, como mínimo, una canción a su dinero: "Me pagan un pastón por hacer esto / Disculpa mis modales en la mesa / Me han pagado como ocho avances / Dios mío!" canta en All Me, una canción con un ritmo sensacional. Hay canciones con un aire más R&B como Hold On We're Going Home en la que homenajea al sonido de Michael Jackson y Quincy Jones con notable éxito. El gran tema del disco es su sentimiento de culpabilidad por haberse portado mal con las chicas, ahí están Worst Behaviour en la que se martiriza a sí mismo por su mal comportamiento o Furthest Thing en la que confiesa todos sus pecados a una novia a la que dejó tirada ("comer, fumar, follar, beber y ganar dinero, esta es mi vida"). Nothing Was the Same es un gran disco y Drake, que está número uno en Estados Unidos ahora mismo, expresa con inteligencia el dilema entre los placeres de la vida y la ensoñación romántica.



    Anna Calvi: One Breath. Indie rock

    La más punk de las nuevas cantautoras británicas, Anna Calvi se sitúa en la estirpe de mujeres guerreras como Patti Smith o PJ Harvey, con la que se la compara con frecuencia. Su segundo disco, cumplidos ya los 30, es un disco de madurez en el que exhibe toda su rabia desde un primer tema como Suddenly, en el que se decanta por un blues de fuerte pegada. La vena más rockera y punk se deja notar en canciones como la irónica Love of My Life aunque recuperamos el alma sensible y frágil en la canción que da título al disco.



    Bill Callahan: Dream River. Folk

    Como "el natural heredero de Leonard Cohen" describe The Guardian a Bill Callahan después de escuchar este disco. Callahan es mucho menos conocido que su sobrenombre Smog, alias bajo el que ha publicado numerosos discos y con el que ha visitado España en numerosas ocasiones. Con su voz rugosa de crooner, Callahan siempre ha sido un brillante renovador del folk al que incorpora la cadencia del indie y el pop. Dream River es un álbum inspirado en la contemplación de la naturaleza, lo que le sirve para dar rienda suelta a toda su vena lírica y practicar un misticismo sencillo y sutil, sin ampulosidades ni derivas new age. Hay canciones preciosas como el canto a la amistad My Friend o Small planes, que podría haber firmado el Neil Young más inspirado en la que dice que es "un hombre feliz / volando en mi pequeño avión".



    Darkside: Psychic. Ambient

    El neoyorquino de origen chileno Nicolas Jaar ha alcanzado a sus 23 años un notable grado de popularidad gracias a su electrónica oscura con reminiscencias pop y del jazz, única y muy reconocible, lo cual no es poco logro. Recibido con alabanzas en todas partes, su colaboración con Dave Harrington es una extensión de su forma de entender la electrónica como un género mutable capaz de crear en la mente del oyente la sensación de paisajes cinematográficos. Es un disco para escuchar en casa que nos conduce hacia un mundo peligroso de pasiones y desenfrenos, con su consiguiente euforia y tristeza.



    Haim: Days Are Gone. Pop

    ¿Qué pasaría si Katy Perry no produjera sus canciones pensando que deben gustarle a millones de personas? Pues algo muy parecido a Haim, un trío de chicas del valle de San Fernando que se inspiran en el pop comercial con sello de Los Ángeles (piensen en Britney Spears o Justin Bieber) para componer unas canciones estupendas que enlazan con la gran tradición pop-rock americana con raíces en el country e influencias del rythm and blues y el pop de masas. Se las compara con Fleetwood Mac y suenan muy bien. Ahí está un gran hit como The Wire o la estupenda Falling en la que recuerdan a los Eagles.