Montaje de Deseo, de Miguel del Arco.

El INAEM pretender revitalizar la red de teatros locales de toda España con el programa Platea, dotado con 6 millones de euros, alejado deliberadamente del modelo de subvención, ya que según está diseñado implica riesgos tanto para el Inaem como para los municipios que decidan acogerse a él. Básicamente consiste en que el instituto público costeará el caché de las compañías en la parte que los teatros (de titularidad municipal) no alcancen con lo recaudado en taquilla.



"La intención es frenar el marcado descenso en la oferta escénica que se ha producido en el marco local en los últimos años", afirma Miguel Ángel Recio, director del Inaem, durante la presentación del programa, celebrada poco después del convenio de colaboración con la Federación Española de Municipios. Un comité asesor (integrado por "expertos independientes", en parte procedentes de las Comunidades Autonómas) elaborará un catálogo con los espectáculos que se ofrecerán a los municipios para poder programarlos con la garantía brindada por el Inaem (su vigencia arrancará en marzo de 2014).



El ayuntamiento que voluntariamente se adhiera al programa deberá presentar un proyecto de programación que incluya un mínimo de 4 y un máximo de 15 funciones de artes escénicas, con unos topes fijados de antemano. Al menos deberá comprender un 10% de producciones circenses, un 20% de espectáculos para la infancia y un 25 % de danza. El 80% del contenido de la programación ha de estar dentro del catálogo procurado por el Inaem. Además deberán acreditar que no tienen deudas contraídas con compañías en los últimos meses y que mantienen una oferta escénica con cierto pulso (al menos 20 funciones en los últimos 2 años). Otro punto interesante es que los municipios no podrán contratar compañías de su propia comunidad autónoma: medida con la que se intenta potenciar la movilidad geográfica y la ruptura de fronteras del sistema autonómico.



"Lo que queremos es que el dinero de las artes escénicas acabe en las artes escénicas", afirma Recio. Para ello Platea obliga a los consistorios a liquidar en un plazo de 5 días hábiles tras la función y destinar el 80% de lo recaudado al pago del caché de las compañías (este último paso en un plazo máximo de 30 días naturales). Es una manera de agilizar un trámite que en los últimos tiempos ha ocasionados graves quebraderos de cabeza a las formaciones teatrales, que veían cómo los ayuntamientos se demoraban hasta la desesperación a la hora de abonarles las cantidades estipuladas. "A partir de ahora el dinero de la taquilla no irá a la caja única del ayuntamiento sino directamente a la compañía".



La entidad local se quedará con el 15% de la recaudación y al Inaem afluirá el 5% restante. Si el dinero absorbido en taquilla no llegase a ese 80% fijado para la compañía entonces entra en juego la dotación de los 6 millones de euros. De ahí tirará el Inaem para completar lo que falte. Con dos límites: el 65% del caché o 12.000 euros. Hasta ese monto alcanza la responsabilidad que asume el instituto. Lo demás, caso de fiasco, habrá de afrontarlo el consistorio. Aquí está el meollo del plan: en el reparto de riesgos entre ayuntamientos e Inaem. A los dos les interesa muchísimo pues que el espectáculo cuente con el respaldo del público.



El Inaem intenta que los teatros municipales que se acojan a la ayuda programen a partir de ahora conforme a criterios de calidad, entendida esta como un reclamo para la gente. Y que los ayuntamientos puedan aspirar a colocar en los carteles de sus teatros montajes de primera fila, con gran atractivo. Para asegurar unos ingresos mínimos también determina unos topes por abajo en la entradas. Las de circo costarán al menos 9 euros, las de danza no podrán caer de los 10 euros y las de teatro de los 12 euros. "Ya no vale lo de poner entradas a 3 euros", remacha Recio.