Escenarios

Regreso a la semilla

22 noviembre, 2013 01:00

Las actrices Sara Nieto y Yolanda Eyama en el Decamerón negro

Erotismo, tradición oral, danzas de ida y vuelta, deseo... África. Todo esto y más está incluido en el 'Decamerón negro' que L'Om Imprebís lleva a los Teatros del Canal.

La relación de la compañía L'Om Imprebís con África arranca en 2002, cuando presenta por primera vez en Guinea Ecuatorial Imprebís. A partir de ese momento pone en marcha su primer montaje de temática africana, La mujer invisible, y sus estudios sobre los ritos, celebraciones y formas de expresión de un continente totalmente olvidado para buena parte de la cultura europea. Con el fichaje, en 2004, del director de Burkina Faso Hassane Kouyaté confirmaría su compromiso de llevar a los escenarios obras como Decamerón negro, que el próximo miércoles llega a los Teatros del Canal de la mano de Santiago Sánchez, director de la formación, y del propio Kouyaté.

Los trabajos del antropólogo alemán del siglo XIX Leo Frobenius recopilados en El Decamerón negro -que en 1925 avanzó la Revista de Occidente de Ortega y Gasset y que hace unos meses editó Ediciones del Viento- se materializan ahora sobre un escenario gracias a un riguroso trabajo que recoge las increíbles historias de amor y caballería de la literatura oral africana. "Partimos de estos relatos ancestrales para comprobar que, aunque nacidos en África y como los seres humanos, se expandieron por los cinco continentes, por lo que incorporamos relatos de Latinoamérica, Europa o Asia que dan origen al encuentro, a la fiesta.

La fiesta como renovación del ciclo vital y como sinónimo de felicidad - explica Santiago Sánchez a El Cultural-. Cuando estamos felices, cantamos, bailamos, nos abrazamos... Y la forma más íntima de abrazo y de baile es el encuentro sexual. Por tanto, otro elemento es el canto y la danza". Sánchez precisa que estos cantos y bailes originales en fang, bambara o wolof saltaron el océano y de África llegaron a lugares como Cuba, país representado en el elenco del Decamerón negro junto a Guinea, Angola y España.

Además de Leo Fronebius, por las venas abiertas de este montaje circulan las recopilaciones de Blaise Cendrars en su Antología Negra, el L'arbre à soleils y Le livre des amours de Henri Gougaud, o El círculo de los mentirosos de Jean Claude Carrière. "Indudablemente -reconoce Sánchez- son obras de un gran valor antropológico, aunque no creo que fuera un espíritu científico lo que guió a sus autores sino la admiración y la emoción que despiertan todas esas narraciones".

Tanto Sánchez como Kouyaté parten de estos primeros relatos para ir encontrando otros similares en Shakespeare, Quevedo o Lope hasta llegar a los narradores contemporáneos o a los refraneros de nuestros abuelos. Para reforzar el mensaje de este festivo y sensual Decamerón negro Kouyaté ha volcado todos sus conocimientos del tema gracias a su condición de griot africano, un maestro de la palabra encargado de conservar la tradición a través de la memoria. "Nos encontramos, por tanto, ante alguien que conoce de primera mano los mecanismos de estas historias", sentencia el director de L'Om Imprebís.