El violonchelista Micha Dmochowsky. Foto: FBBVA

Dos citas con Mahler convierten Madrid en la capital de la obra del compositor checo. De un lado el ciclo Retratos de la Fundación BBVA con la Plural Ensemble y el concierto de la Filarmónica de la BBC con Juanjo Mena al frente.

Hemos hablado en estas páginas varias veces de las temporadas e iniciativas del Plural Ensemble que, desde hace años y de la mano de la Fundación BBVA, viene desarrollando una magnífica actividad. El argentino Fabián Panisello es el director del conjunto. Como compositor posee ya un catálogo muy amplio y variado y ha sido ungido incluso, hace unos años, por la mano de Pierre Boulez, lo que para un artista del siglo XXI es todo un honor.

Es hombre de gesto mesurado y suave, armonioso, que no emplea batuta y que trata de abarcar, con el amplio arco de sus brazos, todo el discurrir de la música que está bajo su mando. Indicaciones claras, bien dibujadas, muy al compás de los pentagramas. Sabe construir sin aspavientos, de manera natural y fluida, con una actitud serena, aunque no le falte vigor en instantes de máxima tensión, en los que los hombros articulan movimientos más imperativos y precisos.

Una de las mejores ideas de Panisello es haber iniciado, hace ya algún tiempo, la serie Retratos, que va marcando el discurrir de la creación de nuestros días estableciendo en todo momento relaciones y anclajes con el pasado reciente. En ese camino continúa en una temporada de la que ya hemos dado aquí numerosas pistas y a la que nos referimos otra vez ante la celebración del Retrato VII, que lleva el subtítulo de Gustav Mahler y el siglo XXI. En esta sesión, que tendrá lugar en la sala de cámara del Auditorio Nacional de Madrid el próximo día 7, se combina, en efecto, la figura del gran compositor bohemio con la de dos creadores de hoy, Yinam Leef y Dan Yuhas, ambos judíos. Como el propio Mahler, que fue uno de los músicos que abrieron la senda para que el arte de los sonidos se proyectara hacia un futuro en el que se situarían su discípulo Schönberg y sus compañeros de la Segunda Escuela de Viena, Berg y Webern.

Siguiendo esa estela hemos llegado a nuestros días, en los que los compositores, luego de tantas singladuras, algunas peligrosas, han vuelto grupas y se mueven en terrenos de total libertad, ajenos a cualquier tipo de atadura, lejos ya de los tiempos en los que todo lo que se escribía debía llevar el visto bueno de Darmstadt, en donde a la sazón -décadas entre los cincuenta y setenta- se cocinaba la mayoría de la música de vanguardia. Moviéndose en esos terrenos en los que el aire no parece nada contaminado figuran artistas como los que en esta velada acompañan al autor de la Canción de la tierra, los mencionados Yinam Leef y Dan Yuhas, dos verdaderas personalidades internacionales.

El primero (Jerusalén, 1953) es un músico muy activo, autor de una obra ya ingente en todos los campos, en la que desarrolla un eclecticismo de buena cepa, que recoge influencias del jazz o de las tradiciones de su tierra. Su formación se debe, entre otros, a Kopytman, Rochberg, Crumb o Berio, músicos todos ellos muy distintos. Leef es una autoridad pedagógica y profesor de composición en diversos foros. Está en contacto con muchas instituciones musicales de todo el mundo, entre ellas la Hoschule fur Musik und Theater de Múnich, la Universidad de Stanford y la de Pensilvania. Hay interés por conocer su nueva creación, Impro's Imprint, que se estrena en este concierto.

Por su parte, Yuhas (1947), que se formó en Tel-Aviv con Seter, Partos y Boscovich, es fundador y director del Centro para la Música Electrónica de su ciudad y profesor de composición y contrapunto de la Universidad. Tenuot, para chelo y conjunto de cámara, encargada por la Fundación Siemens, se estrenó en 2011. El solista en esta ocasión será el excelente violonchelista Micha Dmochowsky, al que no hay que perderle la pista, ya que interviene también, diez días más tarde, en el Palacio del Marqués de Salamanca dentro del mismo ciclo.

En la segunda parte de la sesión del día 7 se escuchará nada menos que la Sinfonía n° 4 de Mahler; naturalmente en un arreglo camerístico, del que es autor el pianista y director alemán Klaus Simon. La parte vocal corre a cargo de la gentil soprano lírico-ligera Laia Falcón, una artista sensible, musical e inteligente, que puede dar muy buen juego en esos dos lieder celestiales, tan irónicos, del cuarto movimiento. Digamos por último que los mahlerianos de pro pueden también acudir, el día 8, al mismo Auditorio Nacional, en este caso a la sala sinfónica, para seguir la interpretación que de la Sinfonía n° 1, Titán, va a realizar la Orquesta Filarmónica de la BBC a las órdenes de Juanjo Mena. Una cita de interés teniendo en cuenta la calidad del conjunto y las cualidades de la batuta y en la que se programa igualmente el maravilloso Concierto para piano n° 4 de Beethoven, con ese gran artista que es Javier Perianes como solista.