Carmen Linares durante una actuación en Roma con Benavent, Di Geraldo y Pardo. Foto: Daniel Muñoz.

La cantaora flamenca se rodea de tres jazzistas de alcurnia (Carles Benavent, Tino di Geraldo y Jorge Pardo) para irrumpir en Suma Flamenca, festival que alcanza su IX edición con José Menese, Rancapino, José Mercé, Arcángel, Diego Carrasco y Tomatito en cartel.

Suma Flamenca es el festival de la Comunidad de Madrid que se reinventa cada año y encuentra inéditas fórmulas para diseñar una programación que pretende ser más atractiva y sugerente que políticamente correcta. Son nueve ediciones las que avalan a este prestigioso ciclo que trata de ofrecernos un panorama tangible del flamenco actual, atendiendo a su diversidad y a las distintas escalas en las que hoy se expresa. Hay que contemplar también sus características funcionales y operativas, ya que cuenta, y mucho, la ubicación de los veinticuatro espacios para las representaciones, que van desde los históricos Círculo de Bellas Artes, Teatro Español y Real Coliseo Carlos III de El Escorial, hasta tablaos de renombre, como El Corral de la Morería y Casa Patas, pasando por el Teatro de la Abadía, Casa Sefarad Israel, los Teatros del Canal y los centros culturales Paco Rabal y Pilar Miró.



Del miércoles 4 de junio al 3 de julio todo el territorio madrileño se empapa de flamenco, con 26 espectáculos y 425 actuaciones, una ocasión única para tomarle el pulso a un arte vivo en una celebración en la que su director, Juan Verdú, ha incluido a los ilustres veteranos José Menese, Fernando de la Morena y Rancapino, representantes respectivamente del cante sevillano de tierra adentro, el del jerezano barrio de Santiago y el de la costa atlántica gaditana, al mismo tiempo que ha dado paso a propuestas rompedoras y siempre novedosas, personificadas, por ejemplo, en el concierto El jardín del temblor, protagonizado por la voz bellísima de María Toledo, o Qasida, que se desarrolla a través de un diálogo espiritual y armónico entre la cantaora trianera Rosario la Tremendita y el cantor iraní Mohammad Motamedi, con textos de los antiguos maestros del sufismo clásico Rumi, Omar Khayaan y Hafez de Shiraz. A todo ello hay que añadir los nombres, en el baile, de Antonio Canales, La Moneta y Mistela; en el cante, los de José Mercé, Arcángel, Diego Carrasco y Montse Cortés; y en la guitarra, los de Gerardo Núñez y Tomatito.



Uno de los conciertos con entidad propia que ha despertado verdadera expectación, por inesperado, es el que presenta Carmen Linares, la voz femenina más autorizada y de más reconocimiento en el cante de hoy. La gran maestra tanto del clasicismo como del flamenco contemporáneo, autora de la monumental y definitiva antología La mujer en el cante, da un paso revelador y al mismo tiempo atrevido y estimulante. Cu4tro, que así se llama el espectáculo, es el resultado de su condición de auténtica buscadora, impulsada por su elegante sentido de la responsabilidad artística, con el fin de indagar en las posibilidades de otros lenguajes. Un sueño que venía elaborando desde hacía tiempo en el transcurso de contactos esporádicos con tres grandes del jazz, Cales Benavent, Tino di Geraldo y Jorge Pardo, elegido por la Academia Francesa del Jazz como el mejor músico de jazz europeo.



Dice Carmen Linares que los músicos tienen "toda la libertad para proyectar su sonido, pero conocen muy bien los códigos del flamenco. Inventamos y estamos como pez en el agua, aunque para llegar a este punto hay que dominar con soltura las claves rítmicas y todas las estructuras musicales. Es una experiencia maravillosa porque estamos descubriendo otra dimensión sonora". La artista ensalza también a Pepe Torres, el bailaor que les acompaña: "Es flexible e imaginativo, con capacidad para improvisar, algo esencial, porque la magia de la improvisación es uno de los grandes alicientes del flameco".