Image: Coriolano vuelve a Roma

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Escenarios

Coriolano vuelve a Roma

13 agosto, 2014 02:00

La última tragedia de Shakespeare se estrena esta noche en el Festival de Teatro Clásico de Mérida en versión de Fermín Cabal y dirigida por Eugenio Amaya. Un montaje que respeta la base histórica de la obra para hacerla más acorde a la actualidad.

Coriolano es probablemente la obra más compleja (también la más extensa) de William Shakespeare. Se sitúa en la Roma del siglo V a. C., una ciudad-estado que por aquella época intentaba construir su hegemonía mediante el sometimiento de los pueblos vecinos. Coriolano, un militar altivo sin dotes para la política e incapaz de dominar sus impulsos, regresa a Roma convertido en un héroe tras derrotar a una tribu vecina, los volscos. Pronto se verá instado a participar en una República en la que no cree y sus acciones le llevarán al destierro. Este es el argumento de la obra que se estrena esta noche en el Festival de Teatro Clásico de Mérida, un montaje que cuenta con versión del dramaturgo Fermín Cabal y que está dirigido por Eugenio Amaya.

Shakespeare en ocasiones situaba sus tragedias en el pasado, como sucede en su ciclo romano (compuesto por este Coriolano, Julio Cesar y Tito Andrónico) para hablarnos de temas de su época. En Coriolano, el bardo inglés abordaba la lucha de clases mediante el enfrentamiento entre los plebeyos y los patronos en una República en crisis. Al mismo tiempo, realiza un juego de contrarios con los conceptos Estado e individuo. Pero difícilmente podía imaginar Shakespeare que cuatro siglos después de su muerte los temas de sus obras, y de Coriolano en particular, seguirían de actualidad. "El material original tiene resonancias directas con la época que atravesamos", explica Eugenio Amaya. "Cuando nos planteamos el montaje queríamos que la gente se sorprendiera con ellas".

Y, desde el punto de vista de los responsables del montaje, este factor sorpresa solo podía manifestarse en el transcurso de la obra si se mantenía la base histórica del libreto sin introducir anacronismos. Coriolano es una tragedia política que se ha prestado con facilidad a la actualización. Sin ir más lejos, en 2011 el actor ingles Ralph Fiennes adaptaba la obra para el cine situándola en la actualidad. "Estaba un día en el videoclub y vi a un chico bastante normal devolviendo la cinta de Fiennes", relata Amaya. "Como ya estaba inmerso en este montaje le pregunté que qué le había parecido. Él respondió con tono de queja: 'Está todo hablado en medieval'. Esto es solo un ejemplo pero es cierto que este tipo de actualizaciones a veces chirrían. Además, actualizar se ha convertido en un hábito y en un cliché pero raras veces es justificable. Hoy en día lo rompedor es mantener la época en la que se ambienta la obra".

El montaje que se estrena en Mérida es una producción del propio Festival de Teatro Clásico y de la compañía extremeña Arán Dramática que con anterioridad había pasado por el Teatro Romano de la capital extremeña con Electra (1997), Medea (1998) y Agripina (2002). "Coriolano, teniendo en cuenta las características de nuestra compañía, era un excelente vehículo para volver a Mérida", explica el director de escena. "Tenemos la convicción de que los temas de la obra de Shakespeare, conducidos hacia una acción dramática intensa, conectarían con el público". Un objetivo imposible de alcanzar sin una buena versión del texto. "El trabajo de Fermín Cabal mantiene el halo poético del texto original del escritor inglés, pero está concebido para no aburrir al espectador y conseguir que se mantenga atento durante toda la representación", defiende Amaya.

El elenco cuenta con el trabajo de 14 interpretes, entre los que destacan Elías González dando vida a Coriolano y María Luisa Borruel como su madre Volumnia, un personaje trascendental en la obra. "Con los actores tratamos de encontrar la verdad escénica", expone Amaya. "Intentamos por todos lo medios conectar con el espectador". Además, para dar espectacularidad al montaje, sobre el escenario comparecerán hasta unos 30 figurantes, en su mayoría emeritenses y pertenecientes a la Asociación Cultural Emérita Antiqua, que darán vida a soldados y volscos gracias a las directrices de Antonio Gil.

En cuanto a la escenografía, Eugenio Amaya pretende sacar el máximo partido al emblemático escenario. "Todas las veces que hemos trabajado en el Teatro Romano de Mérida nuestra máxima ha sido el respeto total por el monumento, al mismo tiempo que el aprovechamiento de sus características. Para ello, Claudio Martín ha diseñado para Coriolano un espacio escénico con gran plasticidad y economía expresiva para no violentar el emplazamiento". En definitiva, una obra que a la vez que busca entretener también aporta un alto contenido pedagógico sobre una época, los albores de la República romana, lejana en el tiempo pero quizás no tanto en espíritu.