Todo en esa especie de I-Ching que es Nothing Has Changed se presenta marcado por la doble cualidad bowieana para la sugerencia artística intangible, simbólica y conceptual, y para obtener rentabilidad económica con música que logra ser atractivo producto de consumo. Desde su título (sacado de esa Sunday con la que se abría Heathen), como un ‘koan zen' que nos empuja contra la idea de un autor camaleónico y en permanente cambio, hasta los múltiples formatos con distinta portada y diferente orden de las canciones (el tracklist del 2CD en orden cronológico, el del 3CD cronológicamente inverso y el del doble LP a saltos), nos atrae intrigándonos. Sus distintas portadas son fotos tomadas en épocas diferentes que tienen como leitmotiv a Bowie mirándonos desde un espejo. No es Narciso, ni Dorian Gray. Es alguien que se reconoce en el pasar del tiempo y que lo logra buscándose en el otro, mirándose en nosotros para siempre.
La invariable mutación de David Bowie
Nothing Has Changed / David Bowie
14 noviembre, 2014 01:00Todo en esa especie de I-Ching que es Nothing Has Changed se presenta marcado por la doble cualidad bowieana para la sugerencia artística intangible, simbólica y conceptual, y para obtener rentabilidad económica con música que logra ser atractivo producto de consumo. Desde su título (sacado de esa Sunday con la que se abría Heathen), como un ‘koan zen' que nos empuja contra la idea de un autor camaleónico y en permanente cambio, hasta los múltiples formatos con distinta portada y diferente orden de las canciones (el tracklist del 2CD en orden cronológico, el del 3CD cronológicamente inverso y el del doble LP a saltos), nos atrae intrigándonos. Sus distintas portadas son fotos tomadas en épocas diferentes que tienen como leitmotiv a Bowie mirándonos desde un espejo. No es Narciso, ni Dorian Gray. Es alguien que se reconoce en el pasar del tiempo y que lo logra buscándose en el otro, mirándose en nosotros para siempre.