Image: DiDonato y Camarena, juntos en el Liceo

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Escenarios

DiDonato y Camarena, juntos en el Liceo

La mezzo y el tenor, embalados por sus triunfos, estrenan este viernes Maria Stuarda de Donizetti

19 diciembre, 2014 01:00

Joyce DiDonato. Foto: Bill Cooper

Está muy de moda la mezzo lírica norteamericana Joyce DiDonato (Kansas, 1969), que no hace mucho cosechó un importante triunfo en el Auditorio Nacional de Madrid cantando Alcina, de Haendel. Algunos seguimos sus presentaciones y entrevistas a pie de escena durante las transmisiones para el cine desde el Met de Nueva York. Gracia y naturalidad son dos palabras que se ajustan perfectamente a su labor como cantante. Es expresiva y tiene el aspecto saludable de las norteamericanas modernas y decididas. Es muy versátil y posee un muy amplio repertorio. Los graves no son su fuerte y, teniendo en cuenta que a veces acomete partes de soprano, nos plantea siempre la duda de si no pertenecerá su bien timbrada voz a esta última cuerda. El color del instrumento es claro, aunque ella sabe otorgarle los debidos claroscuros y tornasoles, las irisaciones precisas. Las adecuadas para servir la parte de Maria Stuarda de Donizetti, prevista para una soprano. El melodismo, de tan excelente cuño, la habilidad constructiva sobre la base de un sencillo juego tónica-dominante, lo certero de las simples pero eficaces caracterizaciones vocales y el manejo de la voz, tan didáctico como expresivo, le han ganado adeptos al compositor bergamasco desde sus primeras óperas. Esta obra de 1834, con libreto de Bardari, basado en el drama de Schiller, precisa otra voz femenina relevante, la que suele interpretar el papel de Elizabeth Tudor. Los dos personajes fueron defendidos en el estreno del San Carlo de Nápoles por dos grandísimas sopranos, Giuseppina Ronzi di Regnis y Anna del Serre; que, por cierto, en un ensayo llegaron a tirarse de los pelos.

Junto a DiDonato figura no otra soprano, sino una mezzo, de acuerdo con la costumbre tradicionalmente seguida desde hace lustros y sobre todo a partir de 1865, en el que se reconstruyó la versión definitiva en tres actos y se recuperó el título deseado y que la censura había obligado a sustituir por el de Buondelmonte, con los consiguientes cambios argumentales. La mezzo en cuestión es en este caso la valenciana Silvia Tro Santafé, de timbre más bien lírico y bien coloreado y que se alterna con la excelente Marianna Pizzolato. Es un lujo desde luego contar con el tenor mexicano Javier Camarena, reciente su éxito en el Real con La fille du règiment del mismo Donizetti. El personaje de Leicester no debe tener ningún problema para su fácil voz de lírico ligero. Tampoco para el muy digno tenor español Antonio Gandía. Talbot se lo disputan dos bajos italianos de distinta generación, Michele Pertusi y Mirco Palazzi. Anna Kennedy es la prometedora Anna Tobella y Cecil, Vito Priante, que cede el testigo en algunas representaciones al joven Alex Sanmartí. Estarán bajo las órdenes del estupendo Maurizio Bennini, reciente todavía su espléndida labor hace dos temporadas con Adriana Lecouvreur. Se presenta una coproducción dirigida por Patrice Caurier y Moshe Leiser que se hace conjuntamente con el Covent Garden, la Ópera Nacional de Polonia y el Teatro de los Campos Elíseos.