Image: Niños, Teatralia rompe el molde

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Escenarios

Niños, Teatralia rompe el molde

6 marzo, 2015 01:00

Smeojne, de los daneses Gazart.

Magia, música barroca, títeres, circo y técnicas audiovisuales son algunos de los reclamos que utilizan compañías de todo el mundo para llamar la atención del público infantil. Podrán verlo hasta el 29 de marzo en Teatralia.

Una mirada internacional tranquila, reposada, sutil, compleja y respetuosa sobre el mundo de la infancia y la juventud. Con estos calificativos Charo Martín-Crespo, directora de Teatralia, presenta la XIX edición del certamen que, desde este viernes, 6, reivindicará la mezcla de géneros como principal activo de su programación. Casi 20 compañías de diez países y 111 funciones en 42 teatros de la Comunidad de Madrid resumen en números la oferta de este año. "Hay una tendencia hacia la fusión de varias artes escénicas en un mismo montaje -explica a El Cultural la directora-. Ya son muy pocas las compañías que presentan espectáculos limitados al teatro, a la música o a la danza. Todo tipo de recursos técnicos se han unido a esta fusión, introduciendo las posibilidades del mundo audiovisual".

Un claro ejemplo de este sincretismo es Sueños de arena, donde la compañía riojana Borja Ytuquepintas presenta una obra que combina el arte pasajero de la creación plástica con arena, el arte circense de la acrobacia, marionetas de gran formato, música en directo y pintura en tiempo real. También los daneses Gazart llevan a Sneojne (Ojos de nieve) su capacidad de investigación con un trabajo que explora el mundo infantil a través de dos bailarinas y un músico. Toda una experiencia visual. Cine y danza son los elementos que funde la compañía francesa de Nathalie Cornille en Il était une chaise (Érase una vez una silla), una coreografía que homenajea al director de cine canadiense Norman McLaren.

De "exquisito" califica Martín-Crespo el trabajo de la formación checa Drak Teatro, que abre el festival con El último truco de Georges Mèliés. Su propuesta no traslada al mundo de uno de los grandes pioneros del cine mediante un ritmo trepidante que no renuncia ni a la magia ni al humor. Dos flautas, viola de gamba y tiorba son los instrumentos de los que se sirve À Demi-mot para subir al escenario Cactus, un cuento musical con composiciones de Haendel, Monteverdi o Purcell, entre otros, que narra las peripecias de Leo, un niño de ocho años con una portentosa imaginación...



Procedente de México llega Jugar, de la compañía Teatro al Vacío. Sin palabras, sólo utilizando el movimiento como modo de expresión, José Agüero y Adrián Hernández nos proponen una reflexión en torno a las formas primarias de diversión. "El teatro corporal -señala Agüero- nos permite llegar a un público muy amplio para que, con un lenguaje contemporáneo los espectadores puedan sentirse sintiendo, verse viendo y pensarse pensando".

Nuevos en teatralia son los daneses Teater Refleksion, que, bajo la dirección de Bjarne Snadborg, se presentan con el estimulante y delicado Skabelse (Creación), un montaje repleto de poesía que nos transporta al norte de Europa y que muestra a través de proyecciones, títeres, objetos y música en directo un mundo que puede variar constantemente en función de nuestros anhelos, sueños e impulsos.

"Teatralia -concluye la directora del certamen- certifica que hay muchas compañías en el mundo con un proyecto serio y riguroso a sus espaldas y con experiencias muy interesantes. Existen una gran cantidad de obras destinadas a este tipo de público que no observan al niño y al adolescente con la seriedad que se merecen. Hay que decir que la responsabilidad de los directores de programación es mucho más elevada cuando se trata de un público tan poroso, sincero y exigente".