Image: Prisuelos devuelve el brillo a Adalid

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Escenarios

Prisuelos devuelve el brillo a Adalid

20 marzo, 2015 01:00

Marcial del Adalid (1826-1881), compositor coruñés que ha estudiado a conciencia el musicólogo gallego Xoan Manuel Carreira, está hoy algo olvidado. Son en parte conocidas algunas de sus colecciones de música popular, su ópera Inese e Bianca, estrenada 2007 en versión de concierto, y unas cuantas partituras para piano, en las que siempre mostró una notable afinidad con el romanticismo de Chopin, con quien intentó estudiar, infructuosamente, en París. Se acogió más tarde a la influencia pedagógica de Ignaz Moscheles, con el que trabajó en Londres de 1844 a 1849.

Las enseñanzas le probaron y, gracias a ellas, consiguió una técnica interpretativa y compositiva fácil y sólida, lo que le permitió alumbrar, en efecto, una buena cantidad de creaciones nada desdeñables en diversos géneros. En lo que atañe al piano, que es la parcela que aquí nos interesa destacar, fue autor de tres Sonatas y, siguiendo la estela de su admirado Chopin, varios Nocturnos, Baladas, Impromptus y, en parentesco con Mendelssohn, entrañable amigo de Moscheles, Canciones sin palabras. Unas cuantas de esas obras, que han dormido el sueño de los justos durante siglo y medio, han sido elegidas por el pianista Mario Prisuelos para un CD, realizado a solicitud de la Sociedad Filarmónica de Vigo, que cumple su centenario este mismo año.

La presentación de este disco, del sello Universal, se hará este viernes (20) en la sede de la asociación viguesa. Una hermosa iniciativa que viene avalada por la rigurosa edición que ha llevado a cabo el sobrio artista madrileño, que no dudamos habrá hecho un buen trabajo. Sabemos que en los últimos meses se ha volcado en el examen de los viejos pentagramas, lo que ha favorecido el hallazgo de algunas composiciones inéditas.