Image: Poznan, el teatro como memoria, reivindicación y vanguardia

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Escenarios

Poznan, el teatro como memoria, reivindicación y vanguardia

El Malta Festival conmemora el primer alzamiento contra el régimen soviético en Polonia y reúne a directores como Pippo Delbono y Lotte van den Berg

17 junio, 2016 02:00

Escena de The Extra People, obra dirigida por la británica Ant Hampton. Foto: Martin Wickenhaeuser

En Polonia la afición por el teatro es muy potente. La incidencia social de lo que se cuece en sus escenarios es probablemente una de las más elevadas de Europa. Existe un circuito de festivales muy pujante en sus grandes capìtales, con una participación ciudadana masiva (Cracovia, Breslavia, Varsovia...). Pero el más innovador del país, a juicio de la European Festivals Association, es el Malta Festival de Poznan, que se celebra cada mes de junio desde el año 1991, un escaparate donde se puede vislumbrar en estado embrionario tendencias creativas que marcarán la pauta los próximos años. Es sin duda una ensalada de propuestas a la vanguardia y por tanto no exentas de riesgo.

En esta edición, que arranca este viernes, el festival conmemora el 60 aniversario del levantamiento de la ciudad en 1956, el primer signo público de la rebeldía polaca frente al régimen soviético, más de dos décadas antes de que Lech Walesa empezara remover el patio en los astilleros de Gdansk. Grupos de trabajadores, tras ser tiroteados en una manifestación, arremetieron contra la sede del Partido Comunista. Aquella osadía tuvo como contrapartida feroces represalias que dejaron 67 muertes. "Fue un movimiento cívico plenamente consciente. La gente decidió que lo que estaba sucediendo en el país era inadmisible y que no tenían por qué soportarlo más", explica Jan Komasa, director de Ksenophony, el espectáculo multimedia que recordará aquel capítulo clave en la convulsa historia polaca del siglo XX.

Combina artes audiovisiuales, la danza y la música. Podrá verse en la plaza Adam Mickiewicz, una de las principales de la ciudad, donde se alza un monumento en homenaje a aquellos mártires. "Mi intención era construir un relato con fuerza universal, un historia de revolución. Esta revolución puede ser interpretada socialmente, pero puede leerse también íntimamente, como una batalla contra nuestros miedos y demonios", continúa Komasa. El autor de la coreografía, Mikolaj Mikolajczyk, explica que quería contar las emociones a través del movimiento, en el que debería quedar patente el clima de opresión en el que, afirma, "el colectivo devora la individualidad". Para el director y fundador del festival, Michal Merczynski, aquel levantamiento es "un testamento de la batalla universal por la libertad, la igualdad y la fraternidad, un testimonio de un objetivo que no caduca, y que, en el contexto sociopolítico de la Europa actual, continua teniendo tintes dramáticos".

Escena de Orchidee de Pippo Delbono. Foto: Karine de Villers y Mario Brenta

El festival siempre abre una ventana a la escena internacional con su programa Idiom, que encarga cada año a figuras prominentes de la escena más experimental. Rodrigo García se hizo cargo en la edición de 2014 aunque no pudo estrenar su Golgota picnic por la presión ultracatólica, circunstancia que generó un intenso debate sobre la libertad de expresión en toda Polonia. La Gazeta Wyborzcza, uno de los principales diarios del país, incluso publicó el texto completo. Fue su reivindicación de un derecho clave en una sociedad democrática. Este verano esa responsabilidad recae en la directora Lotte van den Berg, que ha confeccionado un programa de marcado acento holandés.

Dries Verhoeven estrenará Ceci n'est pas, en la que varios performers conforman esculturas vivientes que nos invitan a asomarnos a la realidad desde ángulos inéditos. Julian Hetzel reflexiona con Sculpting Fear sobre anulación de la espontaneidad gracias a la proliferación de aplicaciónes que nos organizan la vida. La propia Van Den Berg presentará a su vez Building Conversation, una reivindicación de la conversación como construcción humana imprescindible. También llega a Poznan con Wasteland, un proyecto inspirado en la novela Desgracia de J.M. Coetzee, el Nobel surafricano. La directora holandesa expone ante el público a nueve personajes enclavados en mitad de un desierto, una auténtica tierra de nadie donde se muestran como seres vulnerables que han claudicado a la leyes de la crueldad humana, sin comprender sus causas ni sus consecuencias. Completan el programa el colectivo japonés Miss Revolutionary Idol Berserker con Extreme Voices y la británica Ant Hampton con The Extra People.

Otro de los principales atractivos del cartel es la vuelta de Pippo Delbono a Poznan, tras su visita en 2007 con Urlo. El director italiano, famoso por sus trabajos escénicos con actores con discapacidades mentales y por su lucha contra el teatro intelectualizado, mostrará Orchidee. "Como todas mis obras, es un intento de parar el tiempo, mi tiempo, el de mi equipo, el de toda la gente que ha estado a mi lado durante años, pero también el tiempo en el que todos vivimos (italianos, europeos, ciudadanos del mundo), tan confuso que muchos nos sentimos completamente perdidos", explica Delbono. A ver si en el teatro podemos volver a 'encontrarnos'.