Image: Akoreacro toca el Klaxon en Madrid

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Escenarios

Akoreacro toca el Klaxon en Madrid

Música y acrobacias se dan la mano en el espectáculo de la compañía francesa que se estrena hoy dentro del cartel de Veranos de la Villa

5 agosto, 2016 02:00

Un momento de Klaxon

No hay tigres, focas, osos, ni ningún otro animal salvaje amansado para hacer piruetas, en esta carpa lo único que ruge son los instrumentos sonando en directo. Ellos son los encargados de poner ritmo a las acrobacias de Klaxon, el espectáculo de la compañía francesa Akoreacro que a partir de hoy y hasta el 11 de agosto se podrá ver en el Escenario de la Puerta del Ángel, en la Casa de Campo de Madrid, como parte de la programación de Veranos de la Villa.

La receta del show es una "alquimia entre música y acrobacia", y sus ingredientes, cinco músicos y seis acróbatas. "Diferentes caracteres que comparten el escenario en un ritmo loco, llevando al público al mundo del circo", explica el productor Jean-François Pyka, que define el resultado de cocción como "un viaje sensible, una mezcla de música, acrobacia, humor y sueño". En total, una hora y cuarto de entretenimiento que ya se pudo degustar en su primera visita a la capital española en 2014 en el Teatro Circo Price.

Klaxon nace como creación colectiva, un proceso que Pyka señala como "tan desordenado como hermoso y rico, es importante que cada artista del grupo pueda exponer su idea y le guste el papel que tiene en el espectáculo". No niega que esto suponga una considerable inversión de tiempo en reuniones y discusiones, pero el resultado final compensa porque "da un irremplazable poder de grupo y solidaridad en el trabajo", afirma. Entre estas decisiones comunes se encuentra el título del espectáculo, escogido porque "es el sonido de una emoción, tocas el claxon porque te encuentras con un amigo, porque estás nervioso o enojado", explica el productor.


La compañía ya tiene experiencia en este tipo de creaciones, su anterior espectáculo, de título igualmente sonoro, Pfffffff, también requirió del esfuerzo mental colectivo en su gestación. Para crearlo, se inspiraron en "el cine antiguo y la música ilustrando movimientos", explica Pyka, mientras que en su espectáculo actual, han decidido "poner a la música y a los músicos en el centro del escenario como acróbatas". El productor señala que la experiencia que adquirieron con la música en su primer show les ha ayudado a entender la relación que este arte tiene con el de las acrobacias: "La música fue compuesta a la vez que los movimientos, en algunas escenas la música inspiró nuestra forma de movernos, y en otras los músicos se inspiraban por la forma en que nos movíamos", afirma.

Así, el espectáculo está lleno de referencias: "Salta desde el jazz a la música clásica, del circo tradicional al moderno. Danza, teatro, música y circo se ponen juntos en una sinfonía caótica y precisa", indica Pyka. Una mezcla en la que buscan confrontar la imaginación a la realidad sin olvidarse del público: "Todo el mundo puede encontrar algo hablándole, tanto niños como adultos", afirma. Un objetivo que toman basándose en la frase de Federico Fellini: "El circo no es un espectáculo, es una experiencia de vida, es una manera de viajar en nuestra propia vida". La próxima parada de la compañía francesa llegará en forma de nuevo show en el verano de 2018, continuando con su unión de música y acrobacias pero en "una atmósfera completamente distinta", señala Pyka, que espera que puedan volver a Madrid. Mientras tanto, seguirán tocando el Klaxon.

@sergi02