Image: Saramago topa con su doble en las tablas

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Escenarios

Saramago topa con su doble en las tablas

13 enero, 2017 01:00

Elenco del montaje teatral de El hombre duplicado. Foto: Jesús Ugalde.

José Martret estrena en Lanzarote una inquietante versión escénica de El hombre duplicado, a caballo entre Hitchcock y Lynch

Una mañana, afeitándose frente al espejo, a José Saramago le asaltó una pregunta: ¿y si me topara en este mundo con un tipo exactamente igual que yo? El Nobel portugués dudaba si podría soportar esa circunstancia. Sabía que era imposible que se produjese pero también que, literariamente, le podría dar mucho juego para reflexionar sobre la identidad y la individualidad. Esa cuestión espontánea fue el chispazo original de su novela El hombre duplicado, que han adaptado al teatro el tándem José Martret (dirección) y Alberto Puraenvidia (escenografía), dos de las figuras más inquietas de panorama off madrileño, en el que dejaron huella con su labor al frente de las extintas salas La Casa de la Portera y La Pensión de las Pulgas. Su versión se estrena este viernes en el Auditorio Jameos del Agua de Lanzarote, isla en la que vivió en sus últimos años el escritor portugués.

Este proyecto supone la primera adaptación teatral en España de una novela del autor de La caverna, cuya intención es girar después por la península y por Iberoamérica. En su reparto figuran Raúl Tejón, Kira Miró, Raquel Pérez, Sergio Otegui, Maribel Luis y Mon Ceballos, además de la colaboración especial de Nathalie Poza. Todos ellos habitarán un universo inspirado en la inquietud y el suspense de las filmografías de Alfred Hithcock y David Lynch. Martret confecciona un cruce entre ambos cineastas, sin dejar a un lado la ironía y el humor que rezuma el texto original de Saramago.

El personaje que se enfrenta al dilema de Saramago es Tertuliano Máximo Alonso, profesor de Historia de 38 años, que se encuentra con un actor llamado Daniel Santa-Clara, nombre artístico de Antonio Claro, y que es exactamente igual que él. Su doble perfecto. Los artífices del tránsito de la narración a los códigos dramatúrgicos, Salvador Toscano y Félix Ortiz, precisan que ambos son personas distintas pero que, en el plano sentimental e intelectual, la similitud es exacta.

Su labor ha sido compleja. Recortar y extractar las 400 páginas de novela sin desvirtuarla requería un ejercicio de fina orfebrería. Aunque desde el principio fueron conscientes de que mantener el nivel sería imposible. Redujeron los personajes a seis y, con el ánimo de deleitar a sus lectores fieles, dejaron muchas frases en su literalidad primigenia. Además, se da la circunstancia curiosa de que ambos se mudaron a vivir a la casa madrileña de Saramago. Fue en ella donde trabajaron en su manuscrito dramático.

El montaje incorpora la proyección de una película protagonizada por Nathalie Poza. Y la escenografía firmada por Puraenvidia concreta esa atmósfera amenazante que busca Martret con una serie de pizarras verdes, un elemento que remite a la profesión de Tertuliano Máximo. Martret ha expresado su deseo de dar con un público activo que desde su butaca no pare de darle vueltas a lo que está viendo pero que, al mismo tiempo, esté muy pendiente y se divierta intentado atrapar la experiencia que se le presenta desde el escenario.

Pilar del Río, la viuda Saramago, ha estado volcada con esta iniciativa. Por eso alienta a todos a asomarnos a su resultado: "Las peripecias existenciales y de investigación policial sobre el escenario son un reto mayúsculo que sólo los maestros saben resolver y resuelven. Hablamos de arte, luego acudamos a ver El hombre duplicado de José Saramago en los teatros de España y de América. Ganaremos el día".