Una imagen de La extraña transformación..., de Teatro de Operaciones. Foto: Eva Viera

Cuarto año, mismos objetivos: "hacer que la muestra llegue al espectador y que el público no deje de visitar nuestros espacios de creación, no sólo durante el mes de mayo". Esto es lo que pretende conseguir en palabras de sus comisarios, Alberto García y Natalia Ortega, la nueva edición de Surge Madrid, la muestra de creación escénica en salas alternativas que arranca hoy con una programación integrada por 41 estrenos y 133 funciones que tendrán lugar en 18 espacios de la capital hasta el 28 de este mes. Tras casi un lustro de trabajo, poco a poco se han ido derribando muros, "se ha conseguido que la muestra sea una cita importante para los creadores y que las salas sean visibilizadas en conjunto", explican los comisarios, que todavía se muestran ambiciosos en varios aspectos. "Queda por conseguir que el fenómeno que sucede durante Surge Madrid se consolide a lo largo del año. Las salas alternativas llevan en la ciudad desde los años 80 y debería dejar de considerársenos un fenómeno y empezar a vérsenos un bien cultural en activo que no deja de reinventarse cada día".



Fruto de la creatividad de los participantes y de la propia idiosincrasia de la muestra, que trabaja con estrenos absolutos, los espectáculos que integran la programación son de muy diverso género y formato, caracterizándose muchos de ellos por su carácter multidisciplinar. Uno de los más recurrentes es la comedia, que caracteriza montajes como ¡Fiu, fiu!, de Las Lombardas, repleta de situaciones cotidianas que nos acercan a la mujer real; Hipstóricos, de Metidos en Obras, una parodia sobre personajes históricos ambientada en la época moderna; La fauna de Carlota, de Tirso Teatro, que mostrará con tintes cómicos cómo es la búsqueda del amor en estos tiempos; o Desamparadas, de Tornabucle, una comedia con trasfondo que habla de las oportunidades cruciales en la vida.



Rozando el género hay otros trabajos, como Cuando caiga la nieve, de Julio Provencio (Becuadro Teatro), una comedia negra y poética sobre un robo en una funeraria; la comedia del absurdo La extraña transformación del Sr. Smith y sus prospectos vecinos, de Teatro de Operaciones; el extraño relato de Javier Montero en La colonia de vacaciones, La paradoja del comediante, de la compañía El Montacargas; y Las Criadas, de la compañía Bululú 2120.



La mujer y la identidad, temas recurrentes

Si el año pasado destacaban los montajes de temática social y comprometida, esta edición son dos los temas recurrentes de la programación, la mujer como inspiración y la búsqueda de la identidad. Aunque, como aseguran García y Ortega, las temáticas son libres y variadas, y "el año pasado esa circunstancia se dio por casualidad, quizás sucedió algo concreto que hizo que los creadores se fueran más hacia lo social; y este año sucederá lo mismo, si hay una temática más o menos común, será por eso, porque la realidad social y actual haga que las mentes trabajen sobre eso".



En cualquier caso, la mujer ha sido la inspiración de muchos y variados espectáculos, entre los que cabe citar Pecadoras, de Vita Brevis, homenaje a la figura femenina a través de cuatro personajes mitológicos; Mujer olvido, un tributo que Clara Santafé y Cristina Canudas rinden a la figura de María Teresa León, en el que se muestran los cambios sociopolíticos de la España de principios del siglo XX; o La Mujer (en obras), de Javier Ballesteros, una disertación sobre el dilema shakespeariano de la existencia a través de un elenco de mujeres de la historia universal del teatro.



Una imagen de La Mujer (en obras), de Javier Ballesteros. Foto: Eva Viera

Por su parte, la identidad será el hilo conductor de varios montajes. En Todas las Silver, una única intérprete, Coral Ortega, anda a la búsqueda de su identidad a través de los reflejos que otras mujeres han dejado inscritos en su piel. El Declive (de unos personajes que vomitan), de Abel Zamora, se centra en la crisis que sufren los protagonistas y su búsqueda de identidad en un camino plagado de vaivenes emocionales.



Por otro lado, el cuerpo, la memoria, la sociedad en la que vivimos o las relaciones personales subyacen en el argumento de muchos de los estrenos de esta edición. Así, el cuerpo (y el alma) es el material de trabajo en Casta, peste y eternidad (una apología del amor), mientras que en ABConserva memoria la compañía Adolfo Simón / Dante A.C. trabaja sobre la memoria y materiales personales con una propuesta plástico-escénica de teatro de objetos de Simón Ribes.



Apuesta experimental

Junto a la programación oficial, Surge Madrid incluye en la agenda paralela dos grupos de actividades complementarias claves en el espíritu de la muestra, las secciones Transversas y Laboratorio. "Consideramos que dentro de la muestra debe de haber todo tipo de manifestaciones artísticas. Los espacios de creación madrileños, también llamadas salas alternativas, espacios off, somos contenedores de todo tipo de expresiones artísticas y de todo tipo de formatos", aseguran los comisarios. Los Laboratorios, tres talleres de creación, llevados a cabo en esta ocasión por La Tristura, El Conde de Torrefiel y Mirage Teatro, son una innovación de la pasada edición que debido a su éxito entre el público las salas y los creadores han decidido volver a incluir.



Además, se celebrarán ocho actividades transversales dedicadas a las nuevas formas en que los creadores entienden la escena. Los artistas seleccionados para estas actividades son: Ahmed Benattia, Poderío Vital, Eva Viera, Los Bárbaros, La Señorita Blanco, The Table y Ana Esmith. "Las transversas las incluimos en la segunda edición, y lo mismo, sentimos que deben estar. Es darle lugar a otros artistas que trabajan habitualmente en nuestros espacios de una u otra forma, pero que no necesariamente hacen creaciones para exhibir en un escenario, o con formatos de una duración media", explican los comisarios.



Estas actividades presentan al público una serie de intervenciones plásticas, sonoras y escénicas, a través de las cuales se preguntará por el significado del lenguaje, la realidad que vivimos, la dignidad de la figura femenina o el espacio que ocupa nuestro cuerpo, a veces en forma de juego. "Se trata de ofrecer manifestaciones artísticas de toda clase y condición", inciden, "no dejamos de ser espacios escénicos con propuestas para todos los ojos y mentes".