Aitor Etxebarría

Markak, banda sonora del documental homónimo sobre el bombardeo de Guernica, sonará en directo este viernes en una sala de la antigua fábrica de armas de Astra, Unceta y Cía., ahora convertida en un espacio para el arte.

Al servicio del bando sublevado en el Golpe de Estado de julio de 1936, la Legión Cóndor del III Reich y la Aviación Legionaria italiana destruyeron Guernica el 26 de abril de 1937, hace ya 80 años. Al estar ligado este horrible capítulo de la Guerra Civil española a uno de los cuadros más relevantes de la historia del siglo XX, el Guernica de Pablo Picasso, no han sido pocos los actos culturales dedicados este año al recuerdo del bombardeo.



Este viernes, en lo que fue la fábrica de armas Astra, Unceta y Cía. de Guernica, el prometedor músico local Aitor Etxebarria firmará un particular homenaje al pueblo martirizado en el conflicto civil español. Etxebarria interpretará acompañado de seis músicos la banda sonora del documental Markak de Hannot Mintegia. Ese documental fue estrenado en la última edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Marcas, traducción al español del título de la cinta, cuenta cómo el bombardeo ha marcado a Guernica.



La destrucción de la ciudad fue en su día atribuida por el régimen franquista a "dinamiteros incendiarios". Pasaron no menos de tres décadas desde el bombardeo hasta que empezara a poder hablarse allí abiertamente sobre la funesta intervención aérea de la Alemania nazi y la Italia fascista en beneficio del bando sublevado. En el largometraje, la música es "austera y juega mucho con elementos sobrios y fríos, y con los silencios, porque también hubo silencios entre las generaciones de Guernica tras el bombardeo", dice Etxebarria a El Cultural.



Etxebarría nació hace una treintena de años en Guernica. Hasta ahora había hecho carrera en el mundo de la música electrónica bajo el nombre artístico El_Txef_A. Markak le ofreció la oportunidad de trabajar para la memoria histórica como hacen otros jóvenes del pueblo vasco bajo la iniciativa Lobak - "nietos" en euskera -, surgida hace un lustro. "Nosotros vamos a ser los últimos que vamos a tener el legado directo de nuestros abuelos. Hay que hacer una toma de conciencia y un trabajo profundo porque somos los últimos en tener ese legado, porque hay que evitar que eso se quede ahí sin continuación y que el relato de nuestros abuelos termine", subraya Etxebarria.



"Al principio me pesaba crear, era una gran responsabilidad hacer la música del documental que cuenta la historia de Guernica", asegura. Las escasísimas fotos de la Guernica de antes del bombardeo que sobrevivieron al ataque, las del día de la destrucción y las posteriores inspiraron a Etxebarria en su fase de composición. La música resultante contiene "un ruido de fondo que representa el paso del tiempo", según sus términos.



Al oírle hablar de sus composiciones, parecería que éstas estuvieran dotadas de vida propia. Lo cierto es que han crecido desde que fueran empleadas en la cita de Mintegia. Primero aparecieron en vinilo gracias a una compañía alemana a través de una edición limitada de 300 copias. Luego, en directo, las composiciones se han transformado en poderosas herramientas con las que se vehicula la trágica historia de la destrucción de su pueblo.



En directo, la música se apoya por momentos en imágenes del documental, con pasajes que explican con palabras el contenido de las partituras de Extebarría. Las canciones cambian mucho y para bien sobre el escenario respecto a las del álbum de la banda sonora. Basta escuchar la que lleva por título Markak. Dura poco más de dos minutos en el álbum. Al inicio del concierto, esa canción se transforma en una pieza de siete intensos minutos.



Esa "intensidad sirve para transmitir un poco esa idea de lo que es un bombardeo, expresados con golpes de batería, primero uno aislado, que puede ser una explosión aislada, pero no, no es algo aislado, después de ese golpe llegan más y más y más", describe Etxebarria. Habla especialmente del rendimiento en directo de Hasier Oleaga, baterista y otro de los seis músicos que forman la banda que toca las Markak de Etxebarría. Oleaga, con amplio bagaje en el jazz y el free jazz, plantea en los crescendi de las composiciones de Etxebarría pesadas emociones. "En el Sónar de Barcelona, la gente del público acabó de pie, algunos llorando", recuerda el compositor guerniqués.



Un bombardeo en directo

Un momento de la presentación de Markak en Berlín.

Sobre el escenario, él lleva la batuta detrás del sintetizador y un piano Rohdes. Junto a Etxebarria y Olega, la formación la componen Hibai Etxebarria, al piano, Iziar Lertxundi, al violonchelo, Leire Pikabea, al violín, Jatsu Argarate, al bajo, y Hannot Mintegia, el realizador del documental, que toca la guitarra y canta. Ellos son los encargados de que Markak suene a un bombardeo en directo, algo muy diferente del objetivo original de las composiciones. "En la banda sonora, no hay percusiones, es una música hecha para que no moleste a los testimonios, es una música que pone en situación. Pero las canciones tenían un potencial de crecer", según Etxebarria.



Se mezclan en las composiciones testimonios de los entrevistados en el documental. Destaca el de la conocida como Tía Luisita, una nonagenaria ya fallecida que cuenta cómo sobrevivió al bombardeo huyendo de las explosiones hasta llegar a uno de los búnkeres públicos que salvaron miles de vidas en aquel fatídico día de abril de 1936. Una canción de Markak, en la que se escucha su testimonio, lleva el nombre de Tía Luisita.



En el bombardeo de Gernica perdieron la vida 126 personas. Entonces vivían en el pueblo unos 5.000 vecinos. Cerca de tres cuartas partes de Guernica quedaron destruidas. Pero fue un "bombardeo quirúrgico", según los términos de Etxebarria. Porque las bombas no tocaron a uno de los actores más relevantes de la economía vasca de la época. A saber, la fábrica de armas de Astra, Unceta y Cía., una baza de indudable valor en plena Guerra Civil. La propia Tía Luisita fue de las personas empleadas en esa fábrica, haciendo bombas, apenas días después del bombardeo.



Concierto en una "fábrica de arte"

El concierto de Aitor Etxebarria este viernes en Guernica tendrá lugar, justamente, en la planta en la que, Luisita antes de ser tía y nonagenaria, se preguntaba al montar los artefactos explosivos: "¿Cuántos matarás con esto?". Ese interrogante queda sin respuesta en el documental. Astra, Unceta y Cía. cerró a finales del siglo pasado. Una iniciativa de 'okupación' lanzada por jóvenes del pueblo que en último término fue secundada por una decena de asociaciones locales acabó transformando ese espacio industrial al servicio de la guerra en una "fábrica de arte", según la define Etxebarria.



Para él, el peso histórico que llevan las diez canciones de Markak, convierten las actuaciones en las que él y su banda interpretan esa música en un concierto "que se sale de lo normal". Pero tocar el viernes donde Luisita hacía bombas "será el concierto menos normal de todos", según Etxebarria. El concierto de este viernes ha estado precedido por la cita en el Sónar de Barcelona y conciertos en Bilbao, Nueva York y Berlín.



"Tocar en Berlín fue una pasada por razones obvias", comenta Etxebarria, que no trajo de la capital alemana espíritu vengativo. "Ya casi nadie comulga con las ideas del nazismo, la gente del mundo del arte o la gente sensible al arte no son de esa ideología, son gente con ideas avanzadas. Pero siempre está bien ir y hacer memoria, contar lo que pasó, especialmente en Alemania", asevera.



Bajo el mismo techo que Nick Cave y Johan Johannson

Después de casi tres lustros haciendo de disc-jockey y firmando canciones en la electrónica, Etxebarria parece descubrirse ahora así mimo como músico de rock progresivo, estilo musical al que cabría asociar la música de Markak en directo. "Empecé mi carrera haciendo música electrónica, pero siempre estaba escuchando otras músicas, y sí, pudo jugar un papel el haber estado escuchando grupos como Swans o Anathema", apunta el artista guerniqués.



"Vi el concierto de Aitor Etxebarria en Berlín y fue espectacular", dice a El Cultural David McGinnis de Mute Song, discográfica londinense que tiene en sus orígenes a toda una leyenda como Daniel Miller. A este productor musical se le atribuye el lanzamiento al estrellato de Depeche Mode. Etxebarria se unió a Mute Song hace un par de meses, integrando una lista de músicos que va desde Nick Cave, Warren Ellis o Johan Johansson hasta Max Richter, grandes nombres de la música para películas, documentales y artes escénicas.



Etxebarría es el primer sorprendido cuando evoca su primer contacto en persona con Miller, que tuvo lugar el pasado domingo en Berlín. "Al principio no tenía muchas expectativas. Pensé que Markak iba a pasar desapercibido, pero el proyecto ha tomado una gran magnitud", reconoce el músico vasco. "Ha llegado el punto de que esta otra parte de mi carrera se está solapando con la de artista de música electrónica, y se está solapando para bien. Porque es verdad que he estudiado música clásica y también puedo hacer cosas, entre comillas, con más importancia", concluye.



@SmmEnBerlin