Image: Olga de Soto, la danza y el poder de la memoria

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Escenarios

Olga de Soto, la danza y el poder de la memoria

8 marzo, 2018 01:00

Una introducción, de Olga de Soto

La coreógrafa valenciana estrena en Madrid Una introducción, un espectáculo que reflexiona a través de la danza sobre la pervivencia del arte a través del tiempo.

La coreógrafa, bailarina e investigadora Olga de Soto presenta en Madrid Una introducción los días 9 y 10 de marzo, una obra que sigue la línea de investigación a la que lleva ya bastantes años dedicada: la memoria corporal y la historia de la danza. En 2004, estrenó la obra historia(s) después de un duro trabajo de investigación a partir de El joven y la muerte, el famosísimo ballet de Jean Cocteau y Roland Petit de 1946. Para elaborarla, fue en busca de espectadores que hubieran asistido al estreno de la obra (habían pasado casi sesenta años) para entrevistarles acerca de sus recuerdos, de las emociones que les había suscitado aquel momento. historia(s) había sido una obra realizada por encargo, pero la experiencia fue sorprendentemente interesante para la coreógrafa, de modo que decidió seguir con esta línea de trabajo.

"Decidí estudiar una obra que a mi entender fuese fundamental en la Historia de la Danza", afirma Olga de Soto. La obra debía tener un "impacto y un mensaje que pudiesen ser comprendidos en todas las épocas, al margen de cualquier consideración estética", al mismo tiempo que permitiera a la artista analizar la forma en que el arte escénico puede marcar la vida de la gente, sin perder de vista los acontecimientos sociales y políticos en los que la obra es recibida.

Así, la obra elegida fue La mesa verde, del alemán Kurt Jooss (maestro de Pina Bausch). Esta obra fue estrenada en el Teatro de los Campos Elíseos de París en medio de uno de los contextos político-sociales más oscuros de la Historia, en 1932, poco antes de que Hitler ascendiera al poder. La obra es muy comprometida políticamente, y es "una obra pacifista en la que el autor denuncia de modo brillante el auge del fascismo y los horrores y las consecuencias nefastas de la guerra". La mesa verde fue una obra valiente que causó un gran impacto en su época cuyo valor y fuerza no ha perdido vigor desde entonces.

El mensaje que Jooss quiso transmitir en su obra sigue vivo, desgraciadamente, porque la guerra sigue existiendo, porque los sistemas que generan las gueras son imperecederos. Mientras haya guerra, La mesa verde será importante. "La obra de Jooss habla de todas las guerras, de todas las víctimas de la guerra, pasadas, presentes y futuras y denuncia todas las 'mesas de negociaciones' que nos conducen al horror", explica de Soto.

El trabajo de investigación y creación de Una introducción duró seis años, entre 2006 y 2012, entre los cuales la coreógrafa valenciana se movió entre varios países (Alemania, Francia, Bélgica, Inglaterra, Chile y Holanda) para recoger testimonios acerca de La mesa verde. Sin embargo, y a diferencia de lo que hizo con historia(s), ha decidido no ceñirse sólo a los recuerdos del estreno, sino que ha intentado "recopilar huellas que el espectáculo haya podido dejar", ya sea en los espectadores que han acudido a ver el espectáculo en cualquier momento de la historia y en cualquier país, o en los bailarines que lo hayan interpretado donde y cuando sea.

Además, ha querido "ligar la búsqueda a la biografía del autor y a la historia de su compañía", razón por la cual viajó a Francia, donde tuvo lugar el estreno; a Alemania, de donde era el creador; a Reino Unido, país de acogida de Jooss durante su exilio tras la instauración del régimen nazi; y a Chile y Estados Unidos, adonde se exiliaron algunos miembros de la compañía y donde pudo entrevistar también a algunos espectadores.

Todo este trabajo, todos estos años y kilómetros recorridos, "están incluidos en el relato y en su articulación, en el contenido del texto y en la construcción del mismo, así como en la construcción dramatúrgica de la obra". Una introducción despliega un diálogo entre el relato de la autora, entre las historias de los entrevistados y los documentos consultados y utilizados en la pieza.

El poder de la danza

En Una introducción, Olga de Soto ha querido reflexionar sobre el concepto de obra, "estudiar y cuestionar los numerosos elementos que pueden constituir una obra", contemplando no sólo el estreno, sino el antes y el después, en lo que condujo a su creación ("las fuentes de inspiración, las condiciones y circunstancias que habían llevado a producir La mesa verde") y en lo que se deriva de la obra en sí ("su recepción, su impacto, la lectura del mensaje socio-político, el compromiso de su autor, la evolución de la obra y su transmisión…").

Una introducción profundiza especialmente en el mensaje y las diferentes cargas de la obra: física, emocional, dramática, social, política…, "que atraviesan la pieza y multiplican los niveles de lectura de la misma", que son, entre otras cosas, las que han conseguido que "hoy, más de 85 años después de su creación, su eco siga presente". La mesa verde sirve a Olga de Soto como pretexto para preguntarse qué se recuerda de una obra escénica muchos años después de su estreno, cómo se transmite, qué papel desempeñan los bailarines dentro de una obra y dentro de la historia de la danza, la manera en que una obra está viva y evoluciona dentro del tiempo, qué impacto causa en las vidas del público una obra tan comprometida políticamente (y más teniendo en cuenta que aquello sobre lo que advertía Kurt Jooss no había sucedido aún, sino que la terrible situación denunciada estaba llamando violentamente a las puertas de Europa y del mundo)…

Olga de Soto confía plenamente en el poder de la danza para expresar y transmitir todo tipo de temas y mensajes. "El cuerpo guarda huella de todo lo que vivimos, de lo que pensamos y sentimos, todo queda, todo está y nos acompaña. La danza puede convocar a los muertos y a los vivos, puede reactivar sentimientos, reflexiones, denunciar la guerra y despertar conciencias".