Lluís Pasqual. Foto: AAEE

El director artístico Lluís Pasqual (Reus, 1951) ha presentado este fin de semana su dimisión como director del Teatre Lliure después de que más de 800 profesionales del sector cultural exigieran el pasado julio su cese por "prácticas abusivas a los derechos laborales" y su actitud "despótica" con los trabajadores. La polémica desatada en redes sociales hace un mes y medio, en la que la actriz Andrea Ros acusaba al director en un post de Facebook de ridiculizarla en un ensayo (ocurrido cuatro años atrás), ha acabado llevándose por delante a uno de los nombres más grandes de la escena teatral catalana.



Pasqual comunicó su renuncia en una carta remitida el viernes al presidente la Fundación Teatre Lliure, Ramon Gomis, y a los patronos de la institución, después de que las acusaciones provocara una fuerte división con manifiestos a favor y en contra de la continuidad de Pasqual. Sin embargo, destacados profesionales de la escena como Núria Espert, Antonio Banderas, Rosa Maria Sardà o Josep Maria Flotats respaldaron abiertamente al director.



"Lo que empezó como una calumnia en las redes sobre mi comportamiento como director de escena y más tarde como director del Teatre Lliure se ha convertido en un debate público en el que se han mezclado muchas cosas, pero la consecuencia grave es que ha contaminado al equipo humano del Lliure, y se ha convertido en un debate interno", expone Pasqual en su misiva en referencia al manifiesto publicado en el grupo de Facebook Dones i Cultura, que le acusaba de maltrato, misoginia y abuso de poder. En su carta, el director también recuerda como "en los teatros que he dirigido, en el Lliure también, siempre he tenido el pleno apoyo del equipo, absolutamente imprescindible para sacar adelante un proyecto que en las condiciones actuales me siento incapaz de liderar. No sería bueno para ningún teatro, no lo sería para el Lliure, tampoco para mí", precisa.



En una entrevista este domingo en La Vanguardia, Pasqual ha asegurado que hay una división de pareceres en el equipo del teatro y ha indicado que le parece "impensable que las bases para elegir al responsable de un teatro público del tamaño del Lliure sean la edad y el sexo. No puedo ni ser joven ni ser mujer ni trabajar con un equipo que no esté plenamente comprometido conmigo en un proyecto", ha afirmado Pasqual, que ha justificado su dimisión a pesar de tener el apoyo del patronato del teatro, que decidió renovarle este mismo junio por dos años más, algo a lo que votó en contra el anterior director del Lliure, Àlex Rigola.



En dicha charla Pasqual también se ha defendido de las acusaciones: "No sucedió nada extraordinario que yo pueda recordar y menos aún en un ensayo hace cuatro años" y ha añadido que un post de cualquiera puede hacer mucho daño. "El poder de las redes sociales es tan indiscutible como altamente peligroso por la impunidad con la que se llega a extender una calumnia", ha concluido Pasqual, quien ha explicado que no ha presentado su dimisión hasta ahora porque quería tomarse un tiempo para verlo todo con distancia y tomar la decisión más conveniente para el teatro y para sí mismo, según ha manifestado.



Las reacciones no se han hecho esperar, y pronto ha surgido un debate candente en el teatro catalán en varios aspectos. Para empezar, se ha notado una brecha generacional en sus filas: la gran mayoría de profesionales consagrados cerraron filas con Pasqual, mientras que una parte importante de los más jóvenes pedían cambios, protestando por el tapón generacional en las instituciones teatrales públicas y asegurando que el modelo de Pasqual estaba agotado. A ese debate se suma el de que nunca el Lliure ni el Teatre Nacional, los grandes templos catalanes, han sido dirigidos por una mujer.



Pero además del problema interno del sector, la crisis se enmarca dentro de la compleja situación política de Cataluña. Hay sectores, incluso en el Patronato del Lliure, del que forman parte las administraciones catalanas, que no ven con buenos ojos la equidistancia de Pasqual y lo que consideran escaso compromiso con el independentismo. El propio Pasqual aludía a esto en la citada entrevista: "Quizá para algunos la posición del Lliure ante el procés no esté muy clara, porque parece que hay que estar sí o sí, claramente a favor o en contra, tanto del procés como de las cuestiones que se producen todos los días en la sociedad. En el ciclo En Procés, el Lliure como teatro público facilitó los medios y el espacio para que los creadores se expresaran. Ningún otro teatro lo ha hecho", aseguraba el director. "Algunos calificaron ese ciclo de justificación por mi parte. Así que no es tan raro que otros puedan ver en eso un interés en eliminarme por motivos ideológicos encubiertos tras un supuesto maltrato o una supuesta corrección política".



El mandato de Pasqual al frente del Lliure debía concluir en junio de 2019, cuando se cumplieran ocho años al frente de la institución, si bien el Patronato del Lliure acordó con el director una prórroga de dos años para evitar "vacíos" en la programación y "disrupciones" en el funcionamiento del teatro hasta la incorporación del nuevo director o directora surgido del concurso abierto previsto para la temporada 2019-2020. Proceso que el teatro tendrá que acelerar ahora a marchas forzadas, aunque según el director saliente, la temporada está asegurada, excepto las obras que él iba a dirigir, y ha definido el Lliure como un teatro "muy sólido", del que ha asegurado que se marcha profundamente satisfecho.