Carmen Amaya es la protagonista del nuevo espectáculo de Olga Pericet (Córdoba, 1975), que reconoce en la bailaora catalana un referente sobre el que “curiosear”. Lo que empezó siendo una investigación y una mirada hacia la artista se convirtió, según reconoce a El Cultural, “en un viaje iniciático y personal de autoconocimiento”. Un cuerpo infinito, dirigido por Carlota Ferrer, es el título del montaje que Pericet, Premio Nacional de Danza 2018, protagonizará el próximo 25 de mayo en los Teatros del Canal. Con una puesta en escena “original, comprometida, misteriosa y divertida”, Pericet y Ferrer nos muestran las diferentes perspectivas de una misma mirada donde caben “desde el paso del tiempo al mar visto con otros ojos, desde castañuelas que pueden ser peces a la bata de cola como océano”. La bailaora andaluza se sumerge así en un viaje basado en el diálogo con el legado de Carmen Amaya, una herencia repleta de ecos, vibraciones, sonidos, estelas y reflejos: “He tomado de Carmen la fuerza de seguir hasta el límite, su fragilidad, el saber valorar los pequeños detalles que salen de lo instintivo y animal, lo puro de la esencia y el poder de la transmisión. Aportó visceralidad a la danza española. La internacionalizó hasta conquistar el mundo”.
Este periplo de indagación en torno a la legendaria bailaora quiere explorar los resortes del movimiento para despejar en lo posible el enigma que nos plantea su figura. Las coreografías de Marco Flores, Rafael Estévez y Valeriano Paños sirven de complemento al trabajo realizado por el tándem Pericet-Ferrer –puesto a prueba ya con La espina que quiso ser flor… que llevó en 2017 al Conde Duque– y por los músicos Antonia Jiménez (guitarra), Inma La Carbonera y Miguel Lavi (cante) y Paco Vega (percusión).
El alma del proyecto
"Carlota Ferrer tiene intuición para plasmar el hueso de lo que se quiere transmitir. Se implica en la coreografía, en la música, en el alma del proyecto desde la verdad –añade–. Nunca se queda en medias tintas y respeta cada cosa que sucede, haciéndola más grande aún. Me gusta su claridad de dirección sin forzar y sin prejuicios, su manera de entender la escena, siempre desde lo multidisciplinar, formando un arte vivo pero con fundamento. Va conmigo, me conoce y me siento cómoda. Nos entendemos a la perfección. Confío plenamente en ella”.
Un cuerpo infinito surge de una residencia artística del Festival Arte Flamenco Mont de Marsan, cuenta con la producción de la propia Pericet y la colaboración de los Teatros del Canal.