¿Qué libro tiene entre manos?

Comunicación no violenta, de Marshall Rosenberg.

¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?

Cuando siento que es repetitivo, o deja de ser interesante, o demasiado largo, o demasiado prolijo…

¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?

Con ninguno. Por experiencia propia sé que no es muy recomendable conocer a tus héroes. En general, son menos atractivos que sus logros. Prefiero mantenerlos idealizados. Aunque sí me gustaría tener un encuentro con figuras abyectas como Hitler, para comprender mejor la complejidad de la condición humana.

¿Recuerda el primer libro que leyó?

No, la verdad, pero mi madre dice que yo nací con un libro entre las manos.

¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?

Normalmente, de noche. Sólo papel. Pero donde más leo es en aviones, trenes y coches. En gira.

Cuéntenos una experiencia cultural que cambió su manera de ver el mundo.

Mi tío me llevó a un concierto de Leonard Cohen en el Carnegie Hall cuando tenía diez años. Me marcó.

¿Tiene su música alguna raíz española?

Depende de los años que se necesiten para desarrollar raíces… (risas) Habiendo cantado en España desde hace 30, supongo que alguna habrá. Además, el flamenco tiene raíces andaluzas y magrebíes, lo que lo conecta con la cultura yemení de mi familia. Todo está entrelazado.

¿Cómo describiría ese vínculo con España?

Me siento muy apegada a este país. Empezando por el público, que adoro: inteligente, profundo, cálido, agradecido… Siempre es un placer. Igual que trabajar con artistas fabulosos como Serrat, Sabina, Bosé… Me encanta su historia, diversidad y belleza natural.

¿Qué le atrae de Bach?

Su genialidad. La pura belleza y brillantez de sus composiciones. En un mundo dominado por la avaricia y la envidia, la violencia y el odio, en el que los hombres parecen empeñados en destruir todo lo construido hasta ahora y aniquilar la naturaleza, es importante recordar que la humanidad también ha producido maravillas como la música de Bach, y que puede ser redimida por tanta elegancia y gracia. Luz en tiempos oscuros.

¿Es Look at me una canción contra las fronteras?

Trata sobre la humanidad del ‘otro’, más allá de muros y fronteras. No estoy en contra de las fronteras, simplemente no creo que deban bloquear la visión del sufrimiento y las necesidades de los demás, para observarlos como iguales, tan vulnerables como nosotros.

¿Cuál es la película que más veces ha visto?

Sonrisas y lágrimas, de Robert Wise.

¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?

¡Me encanta!

¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

Los grandes artistas deben estar en museos y galerías. ¿Por qué una sola persona tiene que poseer obras que pueden generar tanto placer a los demás? Admiro a los coleccionistas que hacen públicas sus colecciones o las donan a museos.

¿Le importa la crítica, le sirve para algo?

Pat Metheny me dijo una vez, cuando le llamé para compartir una crítica estupenda que nos hicieron (un periodista español, por cierto), que si yo creía en los buenos críticos también tendría que creer en los malos (risas). Desde entonces no leo reseñas.

¿Cómo mejoraría la situación cultural del mundo?

Con la educación. La tecnología es importante, pero sin las bellas artes, carece de alma. Los niños deberían estar en contacto con el arte desde muy temprano y los artistas deberían ser respetados y admirados por la sociedad. El arte debería estar apoyado por los gobiernos y otras instituciones, así los creadores no tendrían que pensar en ser “populares”. El mejor arte no es popular, pero es hermoso, y suele ser apreciado muchos años después de que mueran sus “hacedores”.