¿Qué libro tiene entre manos?
Testimony, de Robbie Robertson (The Band).
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Perder el interés o el aburrimiento. Me ha pasado con algún libro de divulgación científica…
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café?
Tal vez con Albert Einstein.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Recuerdo pasar de Tintín a los Cinco, de Enid Blyton.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Prefiero el papel y suelo leer por las noches pero en los viajes largos la tablet es muy práctica.
¿Qué acontecimiento cultural le hizo cambiar su manera de ver el mundo?
La caída del muro de Berlín. Pensé que se iban a terminar las tensiones geopolíticas. Fui muy optimista.
¿Qué precio ha habido que pagar para que Los Secretos hayan llegado al siglo XXI?
El que te impone la vida. Aunque está muy manido, “lo que no acaba contigo te hace más fuerte”. Y es cierto.
Felicidad, Miedo, Ruina, Traición, Valentía… ¿Cómo resumiría estos capítulos en un mandamiento?
Tener pasión por algo (la música) y por alguien (mi familia).
¿Cambiaría algo de lo que ha ocurrido por el camino?
Muchas cosas, pero sobre todo la inconsciencia y la ingenuidad que tuvimos en los comienzos.
¿Qué significó Enrique en la identidad del grupo?
Todo. Sus canciones, su forma de entender la música, su manera de pensar, las decisiones que tomaba… Personalmente aún le echo de menos. Éramos más que hermanos, compartíamos trabajo, composición, gustos, pasábamos mucho tiempo juntos, ya fuera por los viajes o porque en la época de componer solía venir a mi casa a vivir para estar cerca del pequeño estudio que teníamos. Profesionalmente, fue lo más duro que le puede pasar a una banda. Se le echa muchísimo de menos.
Despeje la ecuación: la Movida, ¿realidad o marketing?
Realidad. Fue la versión española de la new wave que sacudió el planeta a finales de los setenta.
Elija una canción, una estrofa o un verso de Los Secretos que defina su biografía…
¡Qué difícil! Por su título sería Gracias por elegirme.
¿Cómo lleva el streaming?
Es el presente y el futuro. Lo que hay que solucionar es la justicia digital para autores e intérpretes. Hace un par de años cobré apenas 500 euros por más de cinco millones de streamings, 40 millones de visitas a nuestros vídeos en redes que se quedan las multinacionales… Pido un poco de proporcionalidad y transparencia porque lo que se negocia entre las multinacionales y las plataformas nadie lo sabe con certeza y tienes que aceptar lo que te den como una limosna. Es lo que hay.
¿Ve vida inteligente en el actual pop español?
Los artistas y grupos son muchísimo mejores de lo que se podía ser en España a finales de los setenta.
¿Ha seguido alguna serie recientemente?
Me encantó El método Kominsky.
¿Le importa la crítica, le sirve para algo?
Hubo un tiempo que sí. Hoy creo que el mayor crítico con todo soy yo mismo. No creo que sirva para mucho. El público es el que te elige y no creo que alguien pueda cambiar sus gustos por leer la opinión de otro.
¿Le gusta España? Denos sus razones
Me encanta España. Decía una canción de Steve Van Zant: “Soy un patriota y amo a mi país, porque mi país es el único que conozco”… Pues yo conozco alguno más y creo que aunque podamos mejorar muchas cosas, tenemos un gran país y no lo cambio por ningún otro.
¿Qué medida urgente tomaría para superar la actual crisis del sector cultural?
Un poco de atención por parte de los gobiernos, legislar para que haya más proteccionismo en los distintos medios. Bastaría con copiar a otros países como Francia o Estados Unidos, donde protegen lo suyo.