El Ministerio de Hacienda y Función Pública, el Ministerio de Cultura y Deporte y los sindicatos UGT, CCOO y CSIF han alcanzado un acuerdo este mediodía que permitirá a los técnicos de los teatros nacionales presentarse a los procesos de estabilización de empleo temporal. Esto en la práctica supone que los técnicos que trabajan de forma temporal en las unidades artísticas del INAEM podrán presentarse a los procesos de estabilización de empleo temporal con la titulación que tienen actualmente y que en su día les permitió acceder al proceso selectivo de empleo temporal.
Así acaba un conflicto que ha provocado que los teatros nacionales cierren el año con grandes perdidas. La huelga "intermitente" de los trabajadores técnicos —regidores, utileros, eléctricos, de audiovisuales, peluqueros y maquilladores, ayudantes de producción y de oficina técnica— había paralizado más de 70 funciones desde el mes de septiembre y hasta hoy, según datos facilitados por la Plataforma de Técnicos y Técnicas Afectados. La misma fuente informa que unas 35.900 butacas se habían dejado de vender (calculando el 100% de ocupación de estos teatros). Entre las instituciones afectadas se encontraban la Compañía Nacional de Teatro Clásico, el Centro Dramático Nacional, el Teatro de la Zarzuela y las actuaciones del Ballet Nacional de España (BNE) en el Teatro Real. De los últimos espectáculos estrenados, solo se han ofrecido dos funciones: Rif, de piojos y gas mostaza, de Laila Ripoll, e Invocación, del Ballet Nacional de España.
Los afectados eran empleados temporales que, según afirmaban, tenían también el apoyo de los fijos en su protesta. El pasado 28 de julio les pilló de improviso la convocatoria de un proceso selectivo para personal laboral fijo en el INAEM, coincidiendo con el anuncio que hizo el Gobierno de la mayor oferta de empleo público de la historia, casi 30.000 plazas en toda la Administración. Para poder concurrir a una plaza pública, algunos de estos técnico debían haberse formado en algún ciclo superior de Formación Profesional, título que la mayoría no posee aunque en la actualidad ejerzan su oficio y hayan renovado varias veces su contrato. Por ejemplo, a un maquinista se le pide el FP de Artista Fallero y Construcción de Escenografías (que solo se imparte en Valencia en modalidad presencial), o a un regidor el de Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos (que tiene más que ver con cine y televisión).
Las titulaciones que se les piden a algunos técnicos de los teatros se conocen desde enero de 2019, cuando se aprobó y entró en vigor el IV Convenio Único para el personal laboral de la Administración General del Estado, negociado por los sindicatos CCOO, UGT y CSIF. Desde la implantación del IV Convenio se trabajaba con los sindicatos en un acuerdo que siguiera la misma política de antes: una segunda moratoria o cláusula de transitoriedad que permitiera a los profesionales afectados hacerse con los títulos exigidos en un plazo de tres a cinco años. A mediados del pasado mes de julio y antes de la convocatoria de la oferta de empleo público, esta cláusula se aplicó a las profesiones de Cantante de Coro, Sastrería, Utilería, Dirección Técnica, y Maquinaria, y podrán concurrir a la convocatoria. Sin embargo, quedaron fuera Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos; Producción de Audiovisuales y Espectáculos; Caracterización y Maquillaje Profesional; Estilismo y Dirección de Peluquería; Iluminación, Captación y Tratamiento de Imagen; y Sonido para Audiovisuales y Espectáculos. Y comenzaron los primeros paros suspendiendo estrenos, luego representaciones en salas pequeñas y, finalmente, producciones de las salas grandes.
A finales del pasado mes de noviembre parecía que se podía llegar a un acuerdo, el INAEM y la Plataforma habían consensuado una nueva moratoria para las categorías profesionales excluidas. Pero estos agentes no son los negociadores del IV Convenio, sino que es la Subsecretaría de Cultura (de la que depende el INAEM) quien se sienta con el Ministerio de Hacienda y Función Pública y los sindicatos. Función Pública y el sindicato UGT desestimó el acuerdo por considerar que va contra el IV Convenio y que iba a crear un tratamiento "especial" para el personal laboral de Cultura.
El acuerdo alcanzado finalmente, fruto de meses de negociación entre Gobierno y sindicatos, reconoce la necesidad de acordar unos criterios específicos en los requisitos de titulación para que el personal temporal contratado por el INAEM pueda participar en los procesos selectivos de estabilización.