Muere el actor Juan Diego, leyenda del cine y el teatro español, a los 79 años
El intérprete, conocido por películas como 'Vete de mí', 'Los santos inocentes' o 'París-Tumbuctú', ha fallecido en Madrid tras una larga enfermedad.
28 abril, 2022 11:00Noticias relacionadas
El actor Juan Diego Ruiz Moreno (Bormujos, Sevilla, 1942), leyenda del cine, la televisión y los escenarios españoles, ha muerto este jueves a los 79 años de edad en Madrid a causa de una larga enfermedad. El intérprete, entre otros reconocimientos, fue galardonado con el Premio Goya a Mejor actor protagonista por su papel en Vete de mí (Víctor García León, 2006). También se llevó dos 'cabezones' de reparto por París-Tombuctú y El rey pasmado.
La noticia del fallecimiento, que se ha registrado esta madrugada, ha sido confirmada por su representante y a través de las redes sociales por la Asociación Artistas Intérpretes, Sociedad de Gestión (AISGE) y por la propia Academia de Cine, que en 2015 le entregó su Medalla de Oro. Juan Diego ha participado en una veintena de obras de teatro, más de setenta largometrajes y una multitud de series de televisión, como la popular Los hombres de Paco. Además de los tres Goya, ganó una Concha de Plata.
Juan Diego, que además de su dilatada trayectoria fue una figura comprometida con la lucha por los derechos de sus compañeros de gremio, ha trabajado a los órdenes de los grandes directores del cine español como Mario Camus (Los santos inocentes, película que lanzó su carrera interpretativa), Luis García Berlanga (París-Tombuctú), Carlos Saura (La noche oscura y El séptimo día), José Luis Garci (You're the one), Bigas Luna (Jamón jamón), Imanol Uribe (El rey pasmado) o Manuel Gutiérrez Aragón (La vida que te espera). Otro de sus papeles más icónicos lo firmó en el filme Dragon Rapide, donde se metió en la piel de Francisco Franco y que le valió la primera de sus nueve nominaciones a los Goya.
Qué triste decirte adiós, queridísimo #JuanDiego. Socio, maestro, camarada, amigo. Ejemplo de nobleza humilde, hombre cultísimo que se supo hacer a sí mismo cuando las circunstancias menos acompañaban. Vuela alto, vuela libre. Todo nuestro amor 💔💔💔 pic.twitter.com/iG1ovhGUQn
— AISGE (@aisge) April 28, 2022
El sevillano arrancó su carrera sobre las tablas, donde debutó en 1957. Tres años más tarde, aún en su tierra, interpretó Esperando a Godot, de Samuel Beckett, un trabajo polémico que cimentó su prestigio entre la crítica. Amplió su formación estudiando en el Conservatorio de Música y Declamación y pronto entró en contacto con Televisión Española, participando en diversos programas de la cadena pública como Estudio 1.
Para el entonces joven actor, que militó en el todavía clandestino PCE y encabezó, junto a Concha Velasco o Ana Belén, la histórica huelga de 1975 con la que los intérpretes reivindicaron la reducción de su jornada laboral, su prioridad era el teatro, donde brilló con especial fuerza en la década de los 90. Algunas de sus obras más conocidas son La gata sobre el tejado de zinc, El pianista o Hipólito.
"El cine no sabía cómo se fabricaba, pero el teatro sí, ahí se ponía un estaribel y la compañía venía a reír y a llorar. Al final, el intérprete se adecúa al medio, eso es lo esencial, la destreza de uno. Poco a poco, seguí: papeles pequeños en teatro, una serie con María Fernanda Ladrón de Guevara, un programa semanal en directo durante 52 semanas por el que ya me pagaban 700 por semana. Aquello era la hostia, me sentía el rey de España y me convertí en un gilipollas maravilloso", explicaba en una entrevista de hace unos años.
Su primera película llegó en 1963 con Eloy de la Iglesia, Fantasía... 3, con quien repitió en Algo amargo en la boca (1969), la primera de una carrera que lo convertiría en uno de los grandes rostros de la interpretación de nuestro país. La última fue El Cover, de 2021 y a las órdenes de Secun de la Rosa. También se le ha podido ver recientemente en el filme Xtremo, de Netflix, y en el relanzamiento de Los hombres de Paco. Juan Diego destacó en otras series como Turno de oficio, Padre Coraje o Los ladrones van a la oficina.
Desolados por el fallecimiento de Juan Diego, legendario intérprete al que le debemos memorables personajes e imborrables escenas de nuestro teatro, cine y televisión. Admirado por crítica y público, conjugó como nadie el rigor y la ternura. Te echaremos de menos, maestro. #DEP pic.twitter.com/KqK6brwbn7
— INAEM (@INAEM_Cultura) April 28, 2022
En una conversación con motivo de la entrega de la Medalla de Oro de la Academia, Juan Diego se preguntaba que para qué iba a querer ser recordado. "La gente me recordará dos o tres días, y cuando vean una película mía en la televisión a lo mejor dirán: 'Ah, pobre, con lo majo que era' (...) Hay que darle normalidad porque lo que se acerca es un tránsito hacia la nada, y eso debe ser muy tranquilo, ver como inevitablemente se aleja tu sombra, aquella que te acompañó desde el nacimiento".
Extensa biografía
Diego Ruiz Moreno, más conocido como Juan Diego, nació el 14 de diciembre de 1942 en la localidad sevillana de Bormujos de Aljarafe. Empezó a estudiar Arte Dramático durante la adolescencia y después dio sus primeros pasos en el Teatro Español Universitario (TEU) de Filosofía y Letras de Sevilla. Con 18 años se trasladó a Madrid y compaginó sus ensayos en grupos de teatro aficionado con trabajos de 'extra' en programas de TVE, como la serie Mi hijo y yo (1962), junto a María Fernanda Ladrón de Guevara.
En 1976 encarnó a "Che" Guevara en la gran pantalla y trabajó en la obra calderoniana La vida es sueño y la teleserie Romeo y Julieta, y en 1977 hizo de Larra en la pieza teatral La detonación. Durante los 70 intervino en más de media docena de películas y, a partir de 1979, dirigió el grupo teatral de la Agrupación Comunista del madrileño barrio madrileño de Usera.
Fue en la década de los 80 cuando interpretó algunos de sus papeles más recordados. Además de los citados más arriba, destacan La corte del faraón (1985), con José Luis García Sánchez; El viaje a ninguna parte, de Fernando Fernán Gómez (1986); Jarrapellejos (1987), de Antonio Giménez-Rico; o Pasodoble (1989), de José Luis García Sánchez. La década siguiente le deparó el Premio ACE de la crítica cinematográfica de Nueva York como mejor actor de habla hispana por Cabeza de Vaca (1991), del mexicano Nicolás Echevarría.
Tras casi diez años de ausencia volvió al teatro interpretando en el madrileño Teatro Alfil con No hay camino al paraíso, nena, que le valió el Premio de la Unión de Actores.
Otras películas suyas fueron el Tirano Banderas, de José Luis García Sánchez (1993), la adaptación de Yerma realizada por Pilar Távora (1998), Noviembre (2002), de Achero Mañas; El camino de los ingleses (2006), de Antonio Banderas; 23-F (2011) de Chema de la Peña; o Todo es silencio (2012), de José Luis Cuerda.
Su trayectoria profesional fue reconocida con una larga lista de reconocimientos como el Premio Max de las Artes Escénicas al mejor actor, los tres premios Goya citados, el Premio ACE de la crítica cinematográfica de Nueva York al mejor actor de habla hispana de 1991 o la Medalla de Oro de Bellas Artes (2006).