Una nueva polémica se cierne sobre la figura de Plácido Domingo. El nombre del tenor español ha aparecido en el curso de la investigación para desarticular en Argentina una organización criminal con ramificaciones en Estados Unidos, que operaba como una secta y está acusada, entre otros delitos, de trata de personas, según han confirmado a Efe fuentes de la investigación.
Las fuentes consultadas subrayaron que el tenor no está acusado por ningún delito, pero aclararon que para los investigadores "es importante comprobar que la organización se relacionaba con personas reconocidas". La voz del artista español aparece en una conversación telefónica con una de las líderes de la organización, Susana Mendelievich, apodada 'Mendy', en la que supuestamente acuerdan un encuentro en un hotel, según las fuentes.
La conversación fue registrada en abril pasado, cuando Plácido Domingo, de 81 años, viajó a Argentina para actuar en el Teatro Colón, de Buenos Aires. El nombre del tenor también es mencionado en otras dos escuchas telefónicas de conversaciones entre "Mendy" y Juan Percowickz, apodado "el Maestro" y líder máximo de la organización.
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Las escuchas reveladas ahora en Argentina forman parte de una investigación de poco más de un año y que permitió concretar el pasado 13 de agosto la denominada operación "Secta sociedad anónima", en la que agentes federales del Departamento de Trata de Personas de la Policía de Argentina detuvieron a 19 personas -entre ellas Percowickz y Mendelievich-, sospechadas de cometer varios delitos.
La organización se llama BA Group, y operaba bajo la Escuela de Yoga de Buenos Aires. Pero según informaron fuentes policiales, bajo el discurso de una filosofía que pregonaba "buscar el desarrollo de la felicidad", el grupo captaba personas para incorporarlas a la organización, reducirlas a la servidumbre y, en algunos casos, ofrecerles supuestos tratamientos médicos con el objetivo de obtener dinero, influencia y protección para sus líderes. Los investigadores pudieron determinar que la organización utilizaba a sus adeptas para el ofrecimiento de relaciones sexuales a personas "de poder".
Duro mensaje de The Washington Post
El vínculo de Domingo con esta secta delictiva ha llevado al crítico de The Washington Post Michael Andor Brodeur a opinar que sus días sobre el escenario deberían estar acabados. Tras relatar en una columna de opinión los vínculos del tenor con la oscura 'Mendy' y repasar las denuncias que recibió hace tres años por acoso sexual a lo largo de varias décadas por parte de varias mujeres, el crítico se pregunta por qué Domingo ha resistido a la tormenta de consecuencias que han tenido sus actos y continua siendo una estrella internacional en demanda. En los próximos meses actuará en grandes escenarios de México, Italia, Eslovenia, España, Turquía o Alemania.
"Puedo decirles que en este momento no es su voz, un instrumento comprensiblemente disminuido, más adecuado en la actualidad para canalizar la nostalgia que para entregar una expresión fresca", escribe Brodeur. "El fuego que una vez encendió su voz es ahora abastecido por la llama que vive en la memoria del oyente".
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"Aún así, esa nostalgia es valiosa. Domingo puede ser cada vez más un vacío, pero su presencia todavía llena el patio de butacas, mantiene las puertas abiertas y (lo que es más importante) satisface la demanda", continua el crítico de The Washington Post. "Que desesperanza y tristeza produce que las instituciones pretendan hacer ver que Domingo es más una leyenda que un hombre, que su legado artístico debe ser preservado como una extensión de su propia integridad. Ahora bien, esa integridad debe venir de alguna parte. El mundo de la ópera, demasiado propenso a proteger sus malos hábitos, parece que no puede desvincularse de Domingo".
"Las compañías que continúan apoyando a hombres abusadores envían una señal clara a los jóvenes artistas que ingresan en el mundo de la ópera: 'Estás solo'", escribe Brodeur. "También transmiten un tipo especial de cobardía, no solo un miedo por el futuro, sino un miedo palpable a él. ¿Qué sucede cuando dejamos de tratar a los hombres talentosos como dioses terrenales? ¿Qué es lo que está en juego al quitar las riendas del poder de las manos de quienes tienen más probabilidades de abusar de él? ¿Por qué estas empresas no ven un comportamiento como este como una traición al arte que tanto les cuesta producir?".
"La mayoría de los cambios en la ópera tardan tiempo: diversificar los elencos, reexaminar el canon, elevar las perspectivas marginadas al nivel del escenario... Pero el problema con Domingo es fácil. Deja de contratarlo", finaliza Brodeur.