José María Pou: "La pandemia nos ha hecho más sensibles a los problemas de nuestros mayores"
Para ver bien la actualidad, cree que hay que ponerse las gafas “de muy cerca”. Lo hace estos días con 'El padre' en el Teatro Bellas Artes y lo hará próximamente con el filme 'Parenostre'.
17 marzo, 2024 01:07¿Qué libro tiene entre manos?
Ahora mismo, La última función (Tusquets), de Luis Landero, y El método (Alianza), de Isaac Butler.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Descubrir que el autor escribe para sí más que para mí.
¿Con qué personaje cultural le gustaría tomar un café?
Con Chéjov. Para que me siguiera contando.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Quizás Las aventuras de Guillermo. Quizás Peter Pan...
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Leo en tableta sólo por razones prácticas: en los viajes, sobre todo. La lectura por placer es siempre de noche y en la cama. Y allí, siempre en papel.
¿Qué acontecimiento cultural le hizo cambiar su manera de ver el mundo?
Mi primer viaje a Londres en los sesenta (del siglo pasado) y mi primer viaje a Nueva York, ya en los setenta.
¿Qué nos cuenta Florian Zeller en El padre?
Los miedos de un hombre ante su evidente deterioro. Su impotencia frente al final anunciado. Y la impotencia, la angustia, de quienes le rodean.
¿Qué diría de su personaje, el padre?
Que me recuerda mucho al rey Lear. A cierta edad uno descubre que es más frágil y vulnerable de lo que pensaba. El personaje me acompaña en ese proceso.
¿En qué aspectos la obra es un espejo de la sociedad?
La pandemia nos ha hecho más sensibles a los problemas de nuestros mayores. Creo que hoy, por fin, les miramos de otra manera.
¿Parenostre, de Manuel Huerga, su próximo filme, se mete de lleno en esa actualidad? ¿Cómo lo ha vivido?
Asumiendo que es imprescindible revisar nuestra historia. Hay que ponerse las gafas de cerca. De muy cerca.
Cicerón, Sócrates… ¿Qué ha aprendido de los clásicos?
Que son también nuestros contemporáneos.
¿Qué medio le marca el camino como actor?
El escenario de un teatro es el único espacio en el que me siento libre y responsable absoluto de mis actos.
¿Qué montaje teatral le ha impactado más?
The Motive and the Cue, en Londres. La recreación de un enfrentamiento histórico entre dos grandes actores: John Gielgud y Richard Burton, a propósito de Hamlet.
¿Qué tipo de música escucha habitualmente?
Jazz, americana, cantautores, ópera... Soporte digital, ¡qué remedio! Pero escucho poco con auriculares. Me dan claustrofobia. Necesito disfrutar de la música al mismo tiempo que de la vida, sin aislarme del todo.
¿Hacia dónde va el cine? ¿Cómo ve la crisis de las salas?
Tristemente, creo que las salas están llamadas a desaparecer. Intento prolongar su vida acudiendo a ellas una vez a la semana, por lo menos.
¿Cómo vive la revolución del cine en las plataformas?
En ellas se ve más cine que nunca, aunque de otro modo, con otra actitud. Y eso cambiará radicalmente –ya lo está haciendo– la forma de contar historias.
¿Se ha enganchado a alguna serie?
Enganchado, no. Puedo abandonarlas sin piedad en cuanto dejan de interesarme. Por eso las prefiero de pocos episodios. Por ejemplo Nada, una serie argentina genial.
¿Le importa la crítica, le sirve para algo?
Según el crítico, según el medio, según el contexto, según el humor. Según.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
A ratos. Me esfuerzo en buscar la emoción. A veces lo consigo, pero no tanto como me gustaría.
¿De qué artista tendría una obra en casa?
De Antonio López.
¿Le gusta España? Denos sus razones
Me gusta el Siglo de Oro. No me gusta la Inquisición. Me gusta la segunda República mucho más que la primera. Me gustó la Transición. Y últimamente voy de gusto en disgusto. Temiendo. Pero confiando.
¿Qué medida urgente tomaría para superar la crisis del sector cultural?
Superar la crisis en el sector de la educación.