Vuelve el Ballet Nacional de Cuba (BNC) a los Teatros del Canal como primer escenario de una gira que arranca en Madrid, donde actúan del 16 de septiembre al 4 de octubre. Luego visitarán Barcelona, Cuenca, Pamplona, Bilbao, Burgos... y hasta trece ciudades españolas en total. Alicia Alonso, decana de la danza mundial y último exponente de una generación emblemática de bailarinas, sigue al mando de la compañía y, a punto de cumplir 95 años, se ha desplazado a Madrid para asistir a la primera función de El lago de los cisnes, obra con la que se inicia el despliegue de talento cubano por España. “Vamos a ofrecer una muy linda gira”, ha vaticinado.
Si algo caracteriza a esta compañía es la rapidez con la que se convirtió en un referente internacional desde su fundación en 1948. Poco más de una década después, un grupo de bailarinas virtuosas, conocidas mundialmente como “las cuatro joyas” -Loipa Araújo, Aurora Bosch, Josefina Méndez y Mirta Pla- deslumbraron en los concursos internacionales y un impecable corps de ballet puso en escena los principales títulos románticos y clásicos. Los herederos de aquella generación nos visitan ahora ofreciendo un repertorio que manejan con la misma pulcritud que lo defendieron sus antecesores durante el siglo XX. Los mismos movimientos, la misma musicalidad y una clara defensa de la diversidad de estilos. La danza, para Alicia Alonso, “no son pasos, sino movimiento con arte”.
“Con entusiasmo”, ha declarado Alicia Alonso, inician esta gira por España. La Directora de la compañía, a quien se venera mundialmente, aún figura como Prima Ballerina Assoluta en el organigrama del BNC y pronto dará nombre al hasta ahora Gran Teatro de La Habana. Alonso es responsable de la versión de El lago de los cisnes que se verá a partir del miércoles en los Teatros del Canal, y que reduce a dos actos y poco más de dos horas de duración todo el ballet. Otras dos obras aparecen firmadas por ella, aunque se mantienen respetuosas con sus creadores originales: Don Quijote y Las sílfides, pieza que ella misma aprendió de su coreógrafo, Mikhail Fokine, y que Alonso ha recuperado a partir de la última revisión que él hizo antes de morir. La bailarina, que sigue recordando la fortuna de haberse beneficiado de “tantísima riqueza de tantos coreógrafos”, mantiene en el repertorio de la compañía la célebre Carmen que Alberto Alonso creara para ella y Maya Plissetskaya de forma simultánea en 1967, y que también se verá en esta gira, además de Celeste, coreografía de Anabelle López Ochoa para el BNC estrenada el año pasado. Así, “todas las formas de danza”, explica Alicia Alonso, estarán presentes durante las actuaciones de la compañía por España.
El último ballet que se verá en Madrid, Don Quijote, también en versión de ella, está inevitablemente lleno de referencias a nuestra cultura ya que utiliza el folclore español de forma explícita desde que su coreógrafo, el francés Marius Petipa, visitara España en 1844, poco antes de viajar a Rusia. Como Petipa, Alonso también se siente fascinada por nuestras danzas tradicionales y siempre recuerda que en sus primeros años como estudiante en La Habana, se empapó de baile español: “Las sevillanas, la jota y la malagueña fueron los primeros bailes que aprendí en mi vida”. Precisamente Don Quijote será el primer ballet completo que esta temporada pondrá la Compañía Nacional de Danza en escena desde hace más de dos décadas. “Mi consejo es no pensar que se prepara para España, sino para el mundo entero”, indica Alicia Alonso. Como prioridad, volver a la autenticidad del personaje: “Eso es lo que hay que llevar a la compañía, eso le da el sabor”. Y como reencontrándose con su propia versión, afirma, lúcida y certera: “Hay que leer a Cervantes, entender qué personaje es Don Quijote”.