Las perspectivas de Olafur Eliasson, los espejismos coreográficos de Damien Jalet y Kohei Nawa, los pliegues surrealistas de las imágenes de Theo Mercier e incluso el cine de Peter Grenaway y los diseños de Thierry Mugler han inspirado la carrera escénica de Charles Carcopino (París, 1975), artista y director de la primera edición de Canal Connect que reunirá en Madrid, a partir de este 5 de marzo, las últimas tendencias de las artes escénicas y performativas.
Tanto Carcopino como la directora de los Teatros del Canal Blanca Li (que ya trabajaron juntos en el festival EXIT de París) han puesto toda la carne en el asador en esta propuesta que quiere conectar arte, ciencia y tecnología. “Este inmenso teatro de la Comunidad de Madrid es el lugar perfecto para ello –reconoce el director a El Cultural–. Es muy emocionante repensar este complejo de manera diferente”. Durante diez días pasarán por el Canal nueve espectáculos que dinamitarán las fronteras de los géneros y 21 instalaciones integradas en Máquina loca, exposición que ocupará desde los vestíbulos a los estudios de ensayo del Centro Coreográfico Canal. La iniciativa, para Carcopino, cumple con el potencial de espacio vacío de Peter Brooks y establece puentes con escenarios virtuales “capaces de cambiar la cuarta pared por la cuarta dimensión”.
“Las herramientas y el software para la creación han experimentado un inmenso progreso en los últimos años. La sociedad también se ve alterada por la tecnología”. Charles Carcopino
Inteligencia Artificial que termina convirtiéndose en Imaginación Artificial, algoritmos aleatorios, videojuegos muy reales, esculturas cinegéticas y la doble identidad virtual son algunos conceptos que se explorarán sobre el escenario de la Comunidad de Madrid. “Las herramientas y el software para la creación han experimentado un inmenso progreso en los últimos años pero la sociedad como conjunto también se ve alterada por el uso actual de la tecnología”, explica Carcopino, para quien la llegada de la IA genera un contraste de emociones que desemboca en la fascinación y el miedo.
Juguetes modificados, elementos electromagnéticos, lámparas y criaturas stop-motion componen Ludotecnia, el montaje con el que J. Crowe abre este viernes, 5, el apartado escénico y que pretende ser un homenaje a la generación VHS. La italiana Michela Pelusio firma SpaceTime Helix, una propuesta que juega con la física y las partículas elementales a través de la arquitectura de la mente y de la naturaleza. Ensanchar las fronteras del flamenco es lo que Pablo Valbuena y Patricia Guerrero consiguen con Tientos al Tiempo. Gracias a los medios digitales, la luz y el sonido aumentarán los patrones rítmicos del compás. El bailarín y coreógrafo Thibaud Le Maguer preparará en Virages una “trampa” al espectador para hacerle dudar de sus sensaciones en una acción tan cotidiana como caminar. De lo cotidiano también se ocupa System Failure con Initial Anomaly, final de una trilogía que aborda sin límites el impacto que producen las nuevas tecnologías.
Tripods One es un robot sonoro y futurista con el que el músico Morritz Simon Geist interactúa con la máquina. ¿Puede la tecnología mantenerse activa en nuestros cuerpos cuando apagamos los dispositivos? La danesa Mette Ingvartsen responde con las esculturas de luz de Moving in Concert. Finalmente, el laboratorio galo Collectif Coin mostrará sus coreografías futuristas en MA y Rocío Berenguer pondrá la traca final con G5 Inter-Espèces, un proyecto que integra Coexistence y Lithosys y que ha sido creado para cuestionarse el futuro de la especie humana.