Tras dejar la dirección de la Compañía Nacional de Danza en 2019, José Carlos Martínez (Cartagena, 1969), rutilante Bailarín Estrella de la Ópera de París y Premio Nacional de Danza a finales de los noventa, puso a trabajar a toda máquina su faceta de coreógrafo. Uno de los frutos más sonados de su nueva etapa, El corsario, llega al Festival de Granada (2 de julio) y al Auditorio Víctor Villegas de Murcia (6 y 7) interpretado por el Ballet Nacional de la Ópera de Eslovenia y dirigido por Renato Zanella.
"Hay momentos en los que Marius Petipa está presente pero no he seguido su versión”. José Carlos Martínez
El montaje, inspirado en el poema The Corsair, de Lord Byron, y basado en la versión de Marius Petipa de 1858, fue estrenado en 2020 en el Teatro dell’Opera de Roma, actuación que le valió el Premio Danza & Danza a la mejor producción clásica de ese año en Italia. Con este aval, Martínez ha demostrado que es posible conseguir ser fiel a la tradición y al mismo tiempo llevar la obra a su terreno personal. “En mi Corsario –explica a El Cultural– hay bastantes momentos en los que Petipa está presente, como en el ‘Jardín Encantado’, el pas d’Esclave de Gulnara y Lankedem o el grand pas de trois, pero no he seguido su versión”.
Claridad en el libreto
El bailarín, gestor y coreógrafo ha transformado el libreto para darle más claridad. La acción se centra ahora en la historia de amor entre Conrad y Medora, los dos protagonistas, y la traición de su amigo Birbanto. “El personaje de Ali ha desaparecido porque el hecho de que la dramaturgia original contara tantas historias a la vez hacía que la acción no se entendiera claramente. Ese personaje estaba ahí para interpretar el famoso ‘solo’ del paso a tres. Me pareció que Conrad podía bailar esa parte y que así el desarrollo de la coreografía sería más coherente. Aun con todos estos cambios, mi versión es tradicional en la forma y en el estilo”.
La puesta en escena de este Corsario ideado por José Carlos Martínez ha sido edificada para la funcionalidad. Desde el principio, el equipo liderado por Matej Filipcic tenía muy claro que la producción del ballet de Eslovenia tenía que salir de gira, de modo que pensaron en utilizar proyecciones y decorados móviles para agilizar la acción. “Así –aclara Martínez–, teníamos la esencia del decorado pero sin la pesadez de una escenografía tradicional que siempre está ahí instalada. De esta manera ponemos en valor la danza”.
Un 'Corsario' ligero
En la actuación del Teatro del Generalife de Granada veremos un Corsario ligero, prácticamente sin escenografía, donde el foco del espectador estará centrado en los intérpretes y en el vestuario del navarro Iñaki Cobos, con el que prepara una nueva producción para el próximo otoño en Estonia.
El éxito del montaje le llevará también a realizar nuevas versiones para el año próximo. En febrero, estará en Belgrado y en octubre en Estocolmo, esta vez con decorados y vestuario de la diseñadora sueca Marie Í Dali. La apretada agenda de Martínez para el 2023 se completa con una Giselle en Liubliana y un Don Quijote con el Ballet de Burdeos. Pese a su periplo internacional, todavía le queda oxígeno para lanzar una reflexión de carácter local: “La danza en España sigue sin tener los apoyos que debería”.