Image: MISCELÁNEA

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Música

MISCELÁNEA

Simon Rattle

1 noviembre, 2000 01:00
Un director de hoy

No cabe duda de que Sir Simon Rattle es hoy uno de los directores de moda, un músico extrañamente maduro. Nació en Liverpool en 1955 y a los 15 años ya dirigía una orquesta, formada por él, de 70 miembros. Lebrecht lo define como un director antisistema, en cierto sentido atípico, que se pasó 18 temporadas casi en exclusiva al frente de la modesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham, a la que prácticamente levantó de la nada. Berthold Goldschmidt y Rudolf Schwarz, músicos también a su modo extraños, influyeron en su formación. Rattle posee de natura una técnica gestual fácil, suelta, clara y elegante y un criterio musical lógico y bien calibrado, que ha ido puliendo con el tiempo. Su repertorio es muy amplio, de un raro eclecticismo, y suele ser amigo de aventuras imposibles y defensor de los compositores de hoy.

Tendremos ocasión de verlo de nuevo con un programa Berlioz: fragmentos sinfónicos de Romeo y Julieta y la Sinfonía Fantástica. La orquesta será la del Siglo de las Luces, de instrumentos de época, creada justamente para él en Glyndebourne. Un magnífico conjunto que nos puede dar una imagen sonora bien distinta de la habitual de la música del compositor francés. Será el 6 de noviembre en el Palau de Valencia, el 7 en el Auditorio Nacional de Madrid y el 8 en el de Santiago.

La fiesta de Lied

El próximo martes vuelve el lied al Teatro de la Zarzuela con el VII ciclo patrocinado por la Fundación Caja de Madrid. Se anuncian novedades dignas de toda mención: las jóvenes Juliane Banse, una lírica de alado instrumento, ya experta en estas lides, y Angelika Kirschlager, una mezzo lírica de aterciopelado instrumento; Ana María Sánchez, sólida y musical. Vuelven al escenario de la calle de Jovellanos pesos pesados como Thomas Quasthoff, Barbara Bonney, Thomas Hampson -que dará en dos sesiones los lieder completos de Mahler (auténtico punto fuerte del curso)- y Matthias Goerne, que abre la serie nada menos que con el Schwanengesang de Schubert, algo así como el testamento liederístico del compositor.

El gusto exquisito, la musicalidad, el temple lírico de los que ha hecho gala en otras oportunidades este barítono alemán son la mejor garantía para asistir confiados a este concierto. Al teclado, Eric Schneider, un colaborador habitual en sus discos. A. R.