Image: A la búsqueda de la voz imposible

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Música

A la búsqueda de la voz imposible

Revive el mito Farinelli. Discografía

10 abril, 2002 02:00

Desde que Alfred Deller (1912-1979) recuperó en el siglo XX -años cuarenta- el protagonismo del contratenor, que a partir del XV y XVI, había cumplido un importante papel en la música eclesiástica, singularmente en Inglaterra, el campo de acción de este tipo vocal no ha hecho más que crecer. De hecho, ha habido gran cantidad de partes operísticas del XVII y XVIII, destinadas a los llamados castrati, que han pasado a manos de él. Aunque, como ya sabemos, la naturaleza del contratenor -que proyecta el sonido sobre el registro de cabeza gracias a una ardua técnica- no tiene nada que ver con la del castrado que poseía una emisión natural, resultado de una cruenta operación de extirpación de testículos; era una voz a medias femenina, por el timbre, y a medias masculina, por la energía, la amplitud, la dimensión. Una voz de mujer en el cuerpo de un hombre. Una rara avis que produjo prodigios vocales, como Farinelli, que revestían de un aura especial, ambigua, sobrenatural, a personajes de reyes o guerreros.

Voz de mujer. La voz que más se puede parecer a la de castrato es la de mujer, sea ésta de contralto, de mezzo o de soprano. Los contratenores, de menor extensión, de más débil sonoridad, de menor belleza tímbrica deben de ser una pálida sombra de aquellos cantantes de antaño. Pero la costumbre es, como decimos, la de entregarle esos papeles operísticos o de oratorio que en otro tiempo hacían los evirados o los falsetistas (éstos últimos, por ejemplo, intervenían en las cantatas de Bach). Hoy puede elegirse un amplio muestrario de voces de contratenor, artistas de técnica en general probada, cada vez más conseguida y completa.Daremos cuenta a continuación de algunos recitales fundamentales para conocer y entender esta voz.

Hay que empezar, claro, por el gran maestro, padre de todos, el citado Deller. De su extenso repertorio, mencionemos el recital dedicado a arias inglesas del XVII y XVIII titulado O Ravishing Delight. Ahí luce la suavidad aterciopelada de su timbre de mezzosoprano (Harmonia Mundi HMA 190215). A su lado figura un magnífico recital Haendel, con la Oda para el nacimiento de la reina Ana entre otras obras (Vanguard 08 5045 71).

De los contratenores que podríamos considerar de segunda generación, como Paul Eswood, James Bowman o Charles Brett, todos ellos ingleses, hay mucha literatura discográfica, ópera del XVIII sobre todo, en particular en relación con los dos primeros. Nos fijaremos, sin embargo, en gente algo más joven, como el americano Drew Minter, nacido en 1955, que ha grabado gran cantidad de cantatas de Bach para Koch y un disco que se hizo famoso hace algunos años: arias de Haendel para Senesino (Francesco Bernardi, célebre castrato del XVII-XVIII) (Harmonia Mundi HMC 905183); o como el belga René Jacobs (1946), que ya no canta sino que dirige, pero que en su momento fue relevante con su timbre casi de contralto, bien que le fallara a veces la afinación. Su registro de cantatas de Bach y arias de Admeto de Haendel es muy bueno (Virgin 5 61369 2). A destacar también, además de aludir de pasada a sus diversas integrales operísticas -Orfeo y Eurídice de Gluck entre ellas-, su CD Purcell: canciones y elegías (Accent 77912), y su CD titulado El arte del contratenor (HMV Classics 73451-2).

Arte exquisito
Pasemos a las modernas falanges. De los que más graban es el alemán Andreas Scholl (1968), tanto ópera como oratorio o arias o canciones sueltas. Citemos en primer lugar el titulado Héroes (Decca 466 196-2), en el que su arte exquisito, de fina voz de soprano llena, hace maravillas. De los más modernos debemos destacar a los americanos David Daniels, recién entrado en la treintena, voz sedosa y sensual, con tres discos muy buenos en Virgin-Serenata (5 45400 2), Sento amor (5 45365-2) y arias de Haendel (5 45326-2), y Brian Asawa (1966), que ha grabado para RCA The Dark is my Delight (09026 68818-2) y Vocalise (09026 68903-2), en donde hace gala de su habilidad para la coloratura.

El sopranista -es decir, un contratenor muy agudo y muy fácil- Aris Christofellis, de timbre no muy agradable, tiene un CD evocativo de Farinelli, que incluye las arias y canciones que el castrato le cantaba cada noche al rey de España: Quel usignolo (EMI 555250 2). En el capítulo de rarezas debemos recordar la grabación de Alesandro Moreschi (1858-1922), según dicen el último auténtico castrado. Se trata de un Ave María de Bach/Gounod cantada con voz lastimera y realmente patética, registrada en 1904. Se puede localizar, por ejemplo, en uno de los álbumes editados por Deutsche Grammophon con motivo de su centenario.

Un disco curioso es el grabado hace unos meses por Andreas Scholl, ya mencionado y otros dos contratenores de probados méritos: Pascal Bertin y Dominique Visse. El título, paródico, es Los tres contratenores y cantan canción napolitana, musical y ópera romántica. Divertido y bien ejecutado (Harmonia Mundi HMC 901552). Otro CD que tiene su aquél es el extraído de la película (más bien floja) de Corbiau Farinelli, Il castrato. La banda sonora estaba construida sobre arias interpretadas por una soprano, Ewa Mallas-Godlewska, y un contratenor, Derek Lee Ragin. El espectro, conseguido electrónicamente, de las dos voces unidas -ella para los agudos, él para centro y graves- es lo que escuchamos. Un truco que tiene su gracia, pero que realmente sólo es eso, un truco.

Por último recomendemos una publicación -no podía ser de otro sello- de Harmonia Mundi. Es un librito de 50 páginas escrito por el contratenor Peter Giles con el título Les Contre-ténors, Mythes et Réalités, que es un enjundioso estudio de esta voz y de su historia. Con dos discos de gran utilidad para comprender la voz.