Image: Óperas a descubrir

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Música

Óperas a descubrir

Bilbao y Oviedo apuestan por títulos infrecuentes

18 septiembre, 2003 02:00

Manon lescaut en el montaje de palermo que abre la temporada bilbaína. Foto: E. Lobato

Con el doble estreno este sábado de Manon Lescaut en Bilbao e Idomeneo en Oviedo, comienzan sendas temporadas. Y si el Campoamor acoge títulos poco habituales de Puccini o Delibes, la ABAO se decanta por la inclusión de obras maestras de Britten y Janacek junto a otras atípicas como I Masnadieri de Giuseppe Verdi.

Cinco títulos componen la propuesta de la ciudad asturiana, que se desarrolla, entre septiembre y enero, en el Teatro Campoamor. Estamos ya en la temporada nº 56. No puede señalarse aún nada realmente rompedor, de una novedad concluyente, pero sí al menos una cierta racionalidad en la selección. Abre el fuego, el próximo sábado, una obra seria, la que sin duda es la primera ópera maestra de Mozart, Idomeneo re di Creta (1781). Hay buenos mimbres españoles en el reparto, con Lola Casariego (que canta en su casa) en cabeza. La italiana Carmela Remigio será una algo justa Elektra y el tenor norteamericano Rockwell Blake un Idomeneo de problemático carácter. Emilio Sagi (otro nombre local) seguirá puliendo su ya conocido y muy sugerente montaje escénico, procedente en origen del Teatro de la Zarzuela y Eric Hull empuñará la batuta.

Firme coloratura
Roberto Devereux (1837), tercero de los títulos dedicados por Donizetti a las reinas de Inglaterra, exige una soprano sfogato de amplio estuche y firme coloratura dramática, aspectos que pueden ser bien observados por Ana María Sánchez, ya ducha en estos menesteres. Roberto Servile y Elisabetta Fiorillo la flanquean junto con el joven tenor Stefano Secco. El artesanal Roberto Tolomelli estará en el foso para esta producción de la ópera de Montecarlo que lleva la importante rúbrica de Jonathan Miller, aquí realizada por Patricia Panton. Rigoletto (1851), uno de los más grandes y puros melodramas verdianos, tendrá un digno protagonista en Carlos álvarez, de timbre penumbroso y emisión ceñida, que sin duda habrá profundizado en la figura del gobbo. María José Moreno será Gilda y Daniel Lipton, frecuente colaborador del barítono malagueño, el director musical. La producción viene del Villamarta de Jerez y está signada por su director, Francisco López.

Lakmé de Leo Delibes (1883) es el cuarto título. No es obra demasiado difundida entre nosotros, de ahí el interés añadido que presenta. Cantarán la muy joven soprano ligera palermitana Desirée Rancatore, de prometedora carrera, y el siempre refinado Raúl Jiménez. El ascendente y muy ecléctico, muchas veces capaz, Pedro Halffter, dará forma musical al atractivo pastiche orientalista en esta producción del Festival de Las Palmas, obra de Roberto Laganà. Otro título inhabitual es La rondine de Puccini (1917), que se aproximó aquí, desde su estilo verista -ya muy dulcificado- a una suerte de conversación en música a lo Strauss. La soprano vasca Ainhoa Arteta tendrá ocasión de mostrar sus habilidades lírico-dramáticas en el caleidoscópico personaje de Magda de Civry. La producción proviene del mismo teatro en el que se estrenó la ópera, Montecarlo, y lleva la firma de Mario Pontiggia con vestuario de Karl Lagerfeld. Pier Giorgio Morandi estará en este caso al frente de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, que se reparte con la Ciudad de Oviedo las labores de foso. Por su parte, el trabajo coral queda en manos del de la propia asociación y de la Polifónica de Gijón.

Algo más ambiciosa -y más larga- es la temporada de la ABAO, que se desarrolla, de septiembre a mayo, en el Palacio Euskalduna. Estamos en la número 52. En ella falta sin duda la representación clásica, pero está hasta cierto punto bien representado el siglo XX. La selección está centrada, sobre todo, en la estética verista, si entendemos el concepto de manera muy amplia.

Claramente verista es sin duda Manon Lescaut (1893) de Puccini que abre el curso, también el mismo sábado. Es una de las óperas más apasionadas de su autor, que tiene como protagonistas a la maltesa Miriam Gauci y al italiano Fabio Armiliato, dos de los los más acreditados especialistas puccinianos. El pulcro Roberto Rizzi-Brignoli atiende la parte musical. La producción procede del Massimo de Palermo.

No es verista, pero anticipa en buena medida esa corriente italiana -en paralelo al naturalismo francés- Carmen de Bizet (1875), que presenta como cigarrera a uno de los últimos descubrimientos, la mezzo Irene Mishura. Don José es el lírico, no siempre seguro, César Hernández. El muy práctico Alain Guingal se sitúa en el foso para esta colorista y luminosa producción del Real de Emilio Sagi.

ácida pintura campesina
A su modo es verista -por la crudeza de las situaciones, por el retrato de ciertas miserias humanas- Jenufa de Janácek (1904), una ácida pintura campesina. Elena Prokina, nacida en Odessa en 1964, es uno de los atractivos de esta producción de Viena y Brno, dirigida por el sugerente David Pountney. Raina Kabaivanska ofrecerá, como Kostelnicka, su dicción expresiva. El especialista Jirí Kout empuña la batuta en un repertorio con el que suele identificarse habitualmente. Incluiremos en esta tónica verista, aunque evolucionada, la triste historia del marinero Peter Grimes, llevada a la ópera con sabiduría por Britten en 1945. Se cuenta con la aplaudida producción escénica de Willy Decker para el Teatro de la Moneda de Bruselas -que viene con su orquesta y coro al mando de su titular, Kazushi Ono-. El canadiense Richard Margison puede ser, por su parte, un excelente protagonista.

En una selección más bien corta sorprende hallar otro título de Bizet, el orientalizante Los pescadores de perlas (1863), que tiene a una pareja española al frente, Ainhoa Arteta y José Bros, dos voces en principio adecuadas. Y dos Verdi. I masnadieri (1847), obra desigual, que incluye en su reparto a una de las sopranos verdianas de más fuste en la actualidad, la italiana Fiorenza Cedolins, y Otello (1887), obra maestra indiscutible. Ana María Sánchez será una sensible Desdémona. No parece que el británico Anthony Michaels Moore pueda dar el juego requerido para Iago y es una incógnita como Moro el tenor de Turkmenistán Andrej Lantsov.