Carmen en la producción de David Macvicar. Foto: Mike Hoban

De vez en cuando, en las pequeñas temporadas, tras una aparente y casi siempre verdadera modestia, se localizan cosas de mucho interés. Es el caso del remozado Festival de ópera de Tenerife, que reúne, desde el 23 de septiembre al 20 de noviembre, tres títulos célebres. La producción más significativa, Carmen de Bizet (en la imagen), proviene del Festival de Glyndebourne y se debe a David McVicar, cuyas ideas serán aquí servidas por otro colega, Lee Blakely. La hasta cierto punto innovadora propuesta escénica será puesta en música por Timothy Redmond, un joven director británico muy cercano a la música contemporánea tras sus estudios con Boulez. El nombre más relevante del reparto es el de la mezzo sueca, nacida en 1962, Charlotte Hellekant, que se dio a conocer en 1997 por su intervención salzburguesa en El Gran Macabro de Ligeti, ópera que ha grabado para Sony. Recientemente ha abordado el personaje de la cigarrera sevillana. Carlo Guido es un tenor valiente, lo que hoy se entiende por un spinto. Ha cantado don José hace muy poco. Con ellos estarán Virginia Wagner, Paul Revés y Wojtek Drabowicz.

Pero la temporada se abre, como hemos dicho, hoy mismo con un título más entrañable -cuanto que, además, según su libreto, sucede en una indeterminada aldea del norte de España-, L’elisir d’amore de Donizetti, en una producción del turinés Davide Livermoore, que ya ha trabajado la ópera en teatros de Bari y Savona. Víctor Pablo, un director musical que es capaz a veces de bucear con soltura en estos mundos de cálida y melodiosa sentimentalidad romántica, en su versión más poética e irónica, está en el foso. En el escenario se sitúan voces muy aceptables: el tenor Giuseppe Filianotti, inseguro pero de hermosa calidad tímbrica, el barítono Vittorio Vitelli, áspero de emisión pero profesional, el eficaz caricato Alfonso Antoniozzi y las jóvenes sopranos Ana Maria Dell’Oste y Soledad Cardoso.

La bohème es el título que cierra la breve stagione. Se presenta en una moderna producción del Teatro de Klagenfurt firmada por un hombre que es relativamente reciente en la ópera, pero que está muy a la última, Dietmar Pflegel. La dirección musical está en manos de un maestro en pleno ascenso, el neoyorkino Arthur Fagen, asistente en tiempos de Dohnányi y Levine, actual titular de la Filarmónica y de la ópera de Dortmund. El nuevo tenor albanés Giuseppe Gipali es uno de los atractivos de estas representaciones. A su lado, la griega Alexia Voulgaridou, será Mimí, papel con el que ha triunfado no hace mucho en el Festival de Bregenz. El resto del reparto incluye a Erla Kollaku, Marcin Bronikowski, Miche Scheliomanski y Giuseppe Altomare.