Image: Bussotti o la fascinación del yo

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Música

Bussotti o la fascinación del yo

El Teatro de la Zarzuela y Música de Hoy inauguran un ciclo dedicado a los creadores italianos más actuales

4 noviembre, 2004 01:00

Partitura de la Ópera Silvano, Sylvano

El Teatro de la Zarzuela y el ciclo Música de Hoy se han unido para presentar a uno de los más interesantes compositores italianos del momento, Silvano Bussotti. Controvertido por su peculiar concepción de la dramaturgia musical, estrena esta tarde dos composiciones pequeñas, La pasión según Sade y Silvano, Sylvano, que Madrid verá en primicia en su última versión. Se inaugura así un Ciclo que estará dedicado a los creadores italianos más actuales.

El Teatro de la Zarzuela y Música de Hoy coproducen un espectáculo que se adivina uno de los más curiosos y atractivos de la temporada, como ya apuntábamos en estas mismas páginas hace unas semanas. Se trata de la presentación, podríamos decir que oficial, ante la sociedad madrileña, de uno de los creadores musicales y teatrales más originales y potentes de los últimos decenios, el florentino Silvano Bussotti (1931).

Estamos ante un autor raro, que ha ido casi siempre contracorriente, que pocas veces ha participado en las aventuras sonoras cultivadas por las vanguardias. Los materiales de elaboración de Bussotti han partido, como consecuencia de una evolución en la que lo gestual y lo pictórico cobraban un protagonismo fundamental, de consideraciones que anteponían lo personal, lo autobiográfico por encima de todas las cosas. El alejamiento del artista de las corrientes en boga desde el principio de los años cincuenta desemboca, como resalta Gentilucci, en la afirmación de que la única y auténtica revolución está hoy fundada sobre el Eros. Algo que aún caracteriza su obra actual.

La voz ha sido siempre un elemento esencial en la creación de este autor. En él, al contrario que en la mayoría de los creadores de los últimos tiempos, los instrumentos son los que tratan de seguir un lenguaje vocal. Bussotti ha sido definido más de una vez como un moderno hombre del Renacimiento: compositor, intérprete, autor y actor de teatro, escenógrafo, figurinista, iluminador…

Discutible esteticismo
Un artista que se mira permanentemente el ombligo desde un esteticismo en ocasiones discutible, que crea unas partituras llenas de atractivos grafismos y que sabe interrelacionar de manera muy sutil, aunque rebuscada, los más alejados aspectos del arte; y que para ello emplea mecanismos que en algunos casos tienen su origen en ciertas propuestas de Cage, de Dallapiccola o de Varèse.

Todo ello podrá quedar en evidencia con la contemplación, hoy mismo, a partir de las 20 horas, de dos de sus obras más significativas. La primera, que se representa en segundo lugar, es La Passion selon Sade, "misterio de cámara con cuadros vivientes", que se estrenó en el Teatro Biondi de Palermo el 5 de septiembre de 1965, con Cathy Berberian en el triple papel de Justine, O y Juliette, y el propio autor en el del Divino Marqués. Lo curioso es que en esta muestra de lo que Bussotti consideraba "teatro total" no aparece ni una sola línea escrita por Sade: el texto está basado en un soneto petrarquista de la poeta italiana Louise Labè, nacida en 1526. En escena han de situarse los instrumentos de tortura conectados con el desaforado pensamiento del Marqués y una serie de enseres escénicos extraídos del más rancio repertorio operístico. Lo más nuevo es la ambivalencia entre actores y ejecutantes musicales. En el fragmentado y aleatorio discurso intervienen, además de los dos personajes citados, un bailarín, un niño, dos pianos, órgano y un modesto grupo de instrumentos.

La barroca imaginación de Bussotti resplandece también en la otra ópera, Silvano Silvano, que nació de la composición para piano solo Rappresentazione della vita, de 2001, que pasó a llamarse en su tercera versión, de 2003, Silvano Sylvano. Para Madrid Bussotti ha preparado una nueva redacción, más compleja y extensa. Se trata de una representación de la vida del compositor a través de planteamientos surreales. Confluyen Silvano -la persona privada- y a Sylvano -el artista-.

Arturo Tamayo -que interviene además en la Pasión como Maestro de capilla- es el responsable musical de esta curiosa aventura, que ningún interesado en el arte de nuestro tiempo debe perderse. El propio Bussotti, siguiendo su costumbre, aparece en ambas obras como actor y crea el espacio escénico -junto a Rocco Quaglia- y los figurines. El triple papel femenino de la Pasión está encomendado a la mezzosoprano Monica Benvenutti.

Esta reflexión de Bussotti encaja con lo dicho: "He cultivado la Belleza con obstinación durante más de medio siglo y sin alejarme de la fascinación de la investigación. He aprendido a elevar toda práctica experimental, y precisamente por ello la he llevado a un más alto y más profundo significado de la experiencia".