Ian Bostridge

Cuatro de las más notables voces del presente se dan cita en España en los próximos días con programas escasamente sobados. El tenor inglés Ian Bostridge (1965) va a abordar, junto a su habitual pianista Julius Drake, canciones de Mahler y de Henze, autor éste del que se representa en el mismo coliseo, la ópera L"Upupa. Bostridge (en la imagen) es un seguidor de la línea vocal del histórico Peter Pears, aunque el timbre de éste venía contrarrestado por una amplitud de registros, por una innegable densidad y consistencia y por una nota de especial emotividad. Cosas que faltan en el instrumento del joven tenor, más delgado, de menor riqueza tímbrica, menos coloreado y excesivamente amigo del falsete en las zonas agudas. Con todo, Bostridge es cantante de talla. Podrá demostrarlo en el concierto del sábado en el que se escucharán por primera vez en España páginas vocales de Henze.

Un tenor bien distinto anuncia su presencia en la temporada del Teatro del Liceo: el canadiense Ben Heppner (1956), una de las voces más importantes de la actualidad, fácil, extensa, bien emitida, de un timbre inicialmente lírico, paulatinamente acrecido en su consistencia y robustez, que ha llegado a sonar con una generosidad y un calor tímbrico de altos vuelos, manejado con saludable naturalidad. No es un instrumento dramático, sino un spinto con posibles, que está capacitado para calibrar con acierto gradaciones dinámicas. Como las que sin duda podrá exhibir a lo largo de su recital el próximo lunes, en el que incluye obras de Sibelius, Chaikovski, Tosti y otros. Craig Rutenberg estará al piano.

Soprano y mezzo
Las otras dos voces de estos días actúan juntas, también el lunes en el Teatro de la Zarzuela y dentro del Ciclo de Lied. Son la de una soprano y una mezzo: Barbara Bonney y Angelika Kirschslager. La primera, norteamericana (Montclair, New Jersey, 1956), es ya una veterana en esta serie. Ha mostrado en más de una ocasión sus valores musicales y su temple vocal. La segunda, austriaca (Salzburgo, 1965), actúa por segunda vez en el ciclo, donde ha puesto ya en evidencia un hermoso timbre de mezzosoprano lírica, irisado y cálido, carnoso y terso, que maneja con elegancia y cierta contención expresiva. Al lado de ellas está el excelente pianista Malcolm Martineau. Los tres van a interpretar obras de Mendelssohn, Dvorák, Schumann, Saint-Saëns o Fauré.