Lorin Maazel dirige en Santiago. Foto: J. Peters

El de Galicia es un Festival Internacional, con sede en Santiago, que nació hace siete años, quizá como reacción desde la capital de la Comunidad al ya más acreditado y, también, de más coherente planteamiento titulado Mozart, sito en La Coruña. Después de algún tiempo a una aparente deriva, poco a poco, las cosas se van orientando. Dentro de una programación sin nexos comunes, vemos ahora un cierto orden, dentro de una disposición abierta, en la que es difícil descubrir grandes nombres de la interpretación, si exceptuamos al director Lorin Maazel, que actúa al frente de la Filarmónica Toscanini (Rimski-Korsakov, Musorgski/Ravel), y al pianista virtuoso, en vías de convertirse también en auténtico músico, Arcadi Volodos (Beethoven, Scriabin). Se otorga notable protagonismo a la música vocal. Así, la ópera está presente en el recital de la frágil soprano armenia Elizaveta Martirosyan, a la que acompaña el pianista Sergio Kuhlmann (canciones italianas y dos fragmentos de Rigoletto y La rondine) y en el de la soprano Ainhoa Arteta y el tenor Luis Dámaso, junto a la Sinfónica Ciudad de Oviedo y Enrique Patrón de Rueda. ópera es también, en la versión habitual, Marina de Arrieta, que se presenta en un arreglo (?) de J. A. Irastorza. S. Krasteva y el venezolano, cada vez más asentado, Juan Tomás Martínez son sus protagonistas. A este grupo pertenece también el interesante concierto dedicado a Weill por la soprano Itziar álvarez y la pianista Bárbara Granados. Muy apetecible el concierto Vivaldi de la Orquesta Barroca de Venecia que dirige Andrea Marcon, modernos conjunto y maestro de calidad.

El magnífico pianista canario Iván Martín es el divo en la sesión Bach de la Orquesta Proyecto Bach. La joven directora vasca Inma Shara se sitúa ante la Orquesta Sinfónica de Ucrania y el especialista en barroco y clásico Harry Christophers lo hace ante la Real Filharmonía de Galicia (Mozart, Haendel y Stravinski). Nos queda hablar de dos conciertos que pueden tener su aquél: el de espirituales a cargo de Soweto Gospel Choir y el del Grupo de Música Antigua Il Dolcimelo dirigido por Isabel Monteiro.