Música

Kreizberg-Gatti

La nueva generación

27 octubre, 2005 02:00

Yakov Kreizberg. Foto: Ronald Knapp

Dos de las batutas más vigorosas del presente, que apuntan ya el comienzo de una dorada madurez tras unos prometedores comienzos, el ruso Yakov Kreizberg (en la imagen) y el italiano Daniele Gatti, acuden estos días a España al frente de la Sinfónica de Viena y de la Sinfónica del Teatro Comunale de Bolonia, dos formaciones de distinta historia y significación, dotadas de características bien diferentes: más compacta y oscura aquélla, sin los brillos de su hermana mayor, la Filarmónica, y más luminosa y aérea, también menos sólida y segura, la segunda. Diversos asimismo los dos maestros. Frente a la explosividad de Kreizberg, ágil y resuelto, como saben, por ejemplo, los habituales de la ópera Cómica de Berlín o los asistentes a los conciertos de la Sinfónica de Bournemouth, escenarios en donde ha actuado el ruso, la serenidad y sobriedad, edificadas sobre criterios analíticos de innegable solvencia, del milanés, que ha batallado duramente con los conjuntos de Santa Cecilia y de la ópera boloñesa. Gatti continúa gobernando con aprobación general la Royal Philharmonic londinense. Es músico firme, de gran seguridad en el foso, como ha venido demostrando en su cometido como director del Comunale, donde tomó las riendas de las manos de Chailly. En su visita al Auditorio Nacional de Madrid, mañana (ciclo Juventudes Musicales), y el sábado en Jaén, en su festival, el director italiano presenta un programa muy tradicional, con la bellísima obertura Coriolano, la briosa Primera, ambas de Beethoven, y la hiperromántica Quinta de Chaikovski.

Con los conciertos que Kreizberg va a dar en Jaén (mañana), Valencia (29), Pamplona (30) y Madrid (31) no salimos tampoco del repertorio más habitual, aunque el programa sea estimulante por la calidad de las músicas y tenga una configuración atractiva: dos obras de Strauss, dos de sus mejores y más famosos poemas sinfónicos, Don Juan y Till Eulenspiegel, y una de Dvorák, la Octava, en la que aparece concentrado todo el fervor y la sensualidad de una naturaleza en libertad.

Partituras aptas para el lucimiento de este director nacido en San Petersburgo en 1959 y trasladado en 1976 a Estados Unidos tras estudiar composición con Musin. En América trabajó con Bernstein, Ozawa y Leinsdorf en Tanglewood. Luego de asistir a Michael Tilson Thomas, recibió el premio "Ormandy" en Michigan y ganó en 1986 el Concurso Stokowski. Antes de saltar a la titularidad de la Komische Oper de Berlín actuó, entre 1988 y 1994, en la ópera de Krefeld y en el podio de la Sinfónica de Nierderrheinischer. En los últimos diez años no ha parado colaborando con las mejores orquestas.