Música

Salomé abre la temporada sevillana

Pedro Halffter dirige en la Maestranza la ópera de Strauss

3 noviembre, 2005 01:00

Escena de Salomé en el montaje que se verá en Sevilla. Foto: Marty Sohl

En su campaña operística sevillana, centrada en las féminas, Pedro Halffter, actual titular del Teatro de la Maestranza y de la Real Orquesta Filarmónica, acomete la historia de una de las más famosas perversas ingenuas -o ingenuas perversas- de la escena, Salomé, el personaje bíblico recreado primero por Oscar Wilde y más tarde por Richard Strauss, que escribió su primera ópera expresionista partiendo justamente de aquel escandaloso texto. Fue un aldabonazo en aquella lejana representación de Dresde de 1905. Describía magistralmente, con un lenguaje musical de gran violencia, el insano amor que la jovencita sentía por Juan el Bautista. La sensualidad que emana de la narración, la atracción que por la protagonista siente su padrastro, Herodes, el canto al eros, la Danza de los siete velos, toda la impresionante secuencia postrera, con Salomé besando la cabeza del Bautista de una manera enfermiza y turbulenta, son maravillosamente ilustrados por unos pentagramas incandescentes, bañados de una agresividad excepcional y envueltos en envolventes melodías, que sobrevuelan un riquísimo tejido instrumental constituido por multitud de motivos milagrosamente entrelazados.

Lírico-spinto. La vistosa soprano de Illinois Nancy Gustafson, a punto de cumplir los 50, es aquí la encargada de dar vida a la medio niña, que exige no precisamente una dramática, sino justamente una voz como la suya, un tanto agostada ya, la de una lírico-spinto. A su lado, como Jokanaan, el barítono coreano, educado en Milán, Samuel Youn, una de las recientes adquisiciones de Bayreuth. El papel, de indudable dificultad, pide un instrumento recio, dramático, extenso y vigoroso. El muy veterano René Kollo, otrora habitual protagonista en la Colina Sagrada, será el lascivo Herodes, que ha de cantar todo el tiempo una especie de Sprechgesang, mientras que su mujer, Herodías, aparece en la voz anchurosa y metálica de la tampoco nada joven Doris Soffel. El desgraciado Narraboth, que se suicida al no poder soportar los piropos de Salomé, a la que ama, hacia el profeta, es el solvente tenor Joan Cabero. Un equipo en el que figuran bastantes cantantes españoles, completa la extensa compañía de canto exigida.

Se cuenta con una puesta en escena del siempre sugerente y conceptuoso Willy Decker, recreada por Sabine Hartmannshenn. La batuta, en las manos de Halffter, que suponemos hará una lectura fogosa y apasionada, como corresponde a un hombre joven.