Música

Helena Egipcíaca, un Strauss olvidado

Se interpreta estos días en nuestro país junto a obras como Manon y Jenufa

8 diciembre, 2005 01:00

José Bros. Foto: Sandro D’Ascanio

Tres títulos operísticos importantes, cada uno en su estilo, se van interpretar en los próximos días en nuestro territorio: una obra francesa, de 1893, hija de la tradicional ópera cómica, con ciertos ribetes veristas dentro de un planteamiento extremadamente sutil, como Manon de Massenet, otra checa o, por mejor decir, morava, de 1904, Jenufa de Janácek, de un verismo muy singular, aplicado a las peculiaridades de la música y del habla populares, y una tercera alemana, de 1928, revisada en 1933, Helena Egipcíaca de Strauss, en donde el lenguaje conversacional, fundido a altas temperaturas con la orquesta, toma cuerpo definitivo. Aparecen, respectivamente, en La Maestranza de Sevilla (14, 16, 18 de diciembre), el Campoamor de Oviedo (13, 16 y 19) y el Real de Madrid (9 y 11).

En la ciudad andaluza debutará la soprano griega Alexia Voulgaridou, una cantante joven, que puede otorgar a la casquivana, y al tiempo tierna Manon, el carácter adecuado basándose en un instrumento lírico, de timbre cálido. Su Des Grieux es el siempre correcto y musical José Bros (en la imagen), cuya voz de lírico-ligero se presta a las sfumature del cariacontecido personaje. Un veterano como Ralf Weikert se ocupa del foso y otro histórico, de tendencias habitualmente conservadoras, Nicolas Joël, de la parte escénica en una coproducción con el Capitole de Toulouse y la Scala de Milán.

En Oviedo se cayó hace algún tiempo del cartel la vienesa Martina Serafin como Jenufa. La sustituye una soprano ya experta, la inglesa Amanda Roocroft, dotada de un timbre penetrante y de un vibrato no siempre agradable. Pero es artista sensible y refinada, que puede conceder a la protagonista una interiorización y un dramatismo contenidos muy propios. Dos tenores competentes, Stefan Margita y Ian Storey, sirven, respectivamente, al fiel y amoroso Laca y al despreciativo y cobardón Steva. La sacristana será encarnada por otra soprano británica en su día importante, buena actriz. Josephine Barstow. El canadiense Robert Carsen, regista imaginativo, nos dará su potente concepción de la tragedia, mientras que el solvente Maximiano Valdés, titular de la Sinfónica del Principado, llevará las riendas musicales.

La ópera de Strauss se ofrece en el Real en versión concertante con un reparto en el que sobresale la soprano Deborah Voigt, una norteamericana de fúlgidos acentos y bien templado instrumento de spinto. Su parte, encaramada con frecuencia al sobreagudo, se las trae. Como la de Menelas, en este caso el tenor John Treleaven, que ha de defender una tesitura que demuestra la manía que profesaba el compositor a los tenores. El barítono Wolfgang Brendel es otro de los nombres relevantes del reparto, que será conjuntado desde el podio por un director del que se sabe poco, pero que conoce el oficio y el repertorio, sobre el que ha escrito diversos ensayos: Leon Botstein.