Música

Fiesta barroca para un teatro regio

El contratenor Philippe Jaroussky, estrella en el ciclo de El Escorial

2 febrero, 2006 01:00

Parte del conjunto barroco Jácara

Este sábado comienza el Festival Febrero Lírico del Real Coliseo de Carlos III del Escorial. Hasta el próximo día 26 desfilarán por el histórico escenario madrileño algunos de los más reconocidos intérpretes del repertorio barroco.

Los amantes de la música barroca, ideada, planificada y ordenada juiciosamente, están de enhorabuena con el segundo ciclo que en torno a ella ha proyectado la Comunidad de Madrid, entre el 4 y el 26 de febrero, en el histórico y coqueto Teatro Carlos III de San Lorenzo de El Escorial. En siete conciertos se nos va a proporcionar un resumen de músicas de este período, con especial incidencia en las producidas en nuestro país. Se cuenta con intérpretes que poseen, en general, reconocido prestigio, experiencia y valía y que, a priori, parece que se encuentran entre los más adecuados para servir con propiedad unos programas bien seleccionados, de didácticos contenidos y muy probable amenidad.

Está asimismo bien pensado el que, a lo largo de la serie, se trace un panorama muy atractivo de músicas nacidas en la Península, que en ocasiones se mezclan y en otras alternan con creaciones foráneas de alto rango. Como aldabonazo de salida, sin embargo, se sitúan los pentagramas de Boccherini, que vivió y murió en España y que fue sin duda uno de los más valiosos del clasicismo, una corriente que derivó, casi sin solución de continuidad, del tardobarroco y que pasó antes por la antesala del rococó. Es buena manera de conmemorar, a posteriori, su bicentenario y de resumir en un solo nombre el mestizaje de la mayoría de las músicas anteriores, tanto vocales como instrumentales, que venían siendo una síntesis compleja de lo autóctono y de lo extranjero. Una idea que planea en realidad sobre todo el ciclo.

Inquieto Spadano
La excelente Camerata Axanum, constituida en su casi totalidad por instrumentistas italianos, dirigida por el inquieto Massimo Spadano -concertino de la Sinfónica de Galicia-, interpretará dos sinfonías del de Lucca -una de ellas la célebre La casa del diablo- y cinco arias académicas, piezas de notable dificultad, de estructura muy clásica y aérea, de una vocalità magnífica, que serán cantadas por la ya experta en estos cometidos María José Moreno, esposa del director.

Inmediatamente el grupo Jácara, especializado en repertorio que podríamos considerar barroco-castizo, y que gobierna el tiorbista y guitarrista Juan Carlos de Mulder, acometerá diversas piezas de zarzuela barroca, hijo de aquellos intermedios teatrales, conocidos como tonos humanos. Nombres señeros de los espectáculos de zarzuela, en ocasiones sobre textos de Calderón, aparecen en esta cita. Juan Hidalgo, Maestro San Juan, Antonio de Literes (con su conocida Los elementos), Sebastián Durón y Gaspar Sanz-Martín y Coll, figuran en un programa al que pondrán voz la castiza mezzo Marina Pardo y el barítono Jordi Ricart. El mismo grupo se descuelga un día después con una sesión familiar en la que se ofrece una visión más amplia: Músicas de Madrid, del Renacimiento al siglo XVIII, que incluye ya algunas tonadillas de la etapa de apogeo de Blas de Laserna.

De alto interés y estupendo nivel se anuncia la velada del día 18, en la que será protagonista, junto al Ensemble Artaserse, el contratenor francés Philippe Jaroussky, una de las últimas revelaciones: timbre de soprano, fulgurantes agilidades y amplia extensión son algunas de sus características. En su voz sonarán cantatas de Vivaldi -un compositor especialmente influyente también en España-, que figuran en su mayor parte en un reciente compacto grabado por los mismos intérpretes. Volvemos al barroco español, éste más concretamente del XVIII, en el concierto de 25 de febrero, con el conjunto Academia del Piacere, que preside el gambista sevillano Fahmi Alqhai. El título global es atractivo: "En la celeste esfera". Músicos de casa, cada vez más estimados, como Francisco Valls y José de Torres, compartirán cartel con Vivaldi y Bononcini. Los tres primeros, más Monteverdi, aparecen en el último acto de la serie, de nuevo de carácter familiar, que lleva el título Golosinas barrocas. Intervienen la soprano Mariví Blasco y el contratenor Jordi Doménech.

En medio, una sesión curiosa, encomendada al grupo Trío de Damas, que, con el título "Donne di Maestá", proponen un recorrido por composiciones firmadas por féminas -Isabella Leonarda, Francesca Caccini, Lucrezia Vizzana y Barbara Strozzi- y dedicadas a la Virgen. Repaso al barroco temprano.