Música

Entre el amor...y el infierno

Orfeo de Jesús Rueda en el X ciclo Música de Hoy

16 febrero, 2006 01:00

Orfeo en la producción de la Bienal de Venecia de 2005

Las óperas de cámara Fragmento de Orfeo, de Jesús Rueda, y Un parque, de Luis de Pablo, que vienen a Madrid tras su estreno en la Bienal de Venecia, serán dos de los principales atractivos de "musica dhoy", que empieza hoy su décima temporada. Hasta el próximo mes de julio, el ciclo ofrecerá otras dos óperas y diez conciertos. Vendrá Helmut Lachenmann, y se oirá música de compositores como Guerrero, Usltvolskaya, Cage, Carter y Dusapin.

Esta tarde, cuando el Cuarteto Arditti interprete los enérgicos pentagramas de Zayin, el ciclo de conciertos Música de Hoy (o mejor dicho, "musica dhoy", que es como quiere llamarse) estará realizando a una doble conmemoración: por una parte, completará el recuerdo a Francisco Guerrero que se inició hace unos días con el monográfico dirigido por Zoltan Nagy; por otra, estará poniendo en velocidad de crucero la décima temporada del ciclo. Diez años han pasado ya de la muerte de Paco Guerrero, el gran compositor granadino, y diez años llevamos ya de aventura con "musica dhoy".

El arranque de la décima temporada del ciclo, se produce en ambiente de triunfo. El Madrid musical, sobre todo en lo tocante a la contemporánea, ha cambiado mucho en este tiempo. Ahora está más vivo y ello se debe, en parte, a "musica dhoy". Es indudable que el proyecto que fundó y dirige Xavier Göell ha conseguido su objetivo. Por una parte, se ha consolidado la existencia de un conjunto especializado en música contemporánea que se atreve con las piezas más difíciles del repertorio y que brilla a nivel internacional. Nació como "Proyecto Gerhard" y ahora se llama "Proyecto Guerrero". Es un conjunto con rumbo claro, pero sin batuta estable, aunque el propio Göell lo haya dirigido en alguna ocasión. Nació hace ya una década, a partir de una serie de interminables audiciones que se celebraron en la madrileña Residencia de Estudiantes. Por ellas pasaron la mitad, o poco menos, de los músicos españoles. Hoy el grupo es una gran realidad que enriquece el panorama cultural.

Espolear al público
Un segundo logro de Göell en estos años es el haber espoleado al público de Madrid hasta hacerle despertar a la música de creación. A base tenacidad, y de una programación hecha sin concesiones pero con un sorprendente vigor, Göell ha hecho de Madrid un centro vivo de creación musical, con un público cada vez más entendido y entusiasta. Un público que busca cada vez con más ahínco la música reciente y, por ejemplo, está llenando ahora, lunes tras lunes, los conciertos de la temporada inaugural del Nuevo Auditorio del Museo Reina Sofía. Los llenazos que vivifican esos conciertos se deben, naturalmente, al acierto de sus programadores, pero tampoco son del todo ajenos a la labor de siembra que ha venido realizando "musica dhoy".

Xavier Göell es un hombre de retos. Da la sensación de que le atraen las dificultades y ahora parece haberse metido de lleno en el berenjenal de la producción de óperas contemporáneas, que no es terreno fácil. Lo ha hecho, como suele hacer las cosas: a lo grande. Después de estrenar en el Teatro de la Abadía su producción del La noche y la palabra de José Manuel López López, Göell se la llevó a la última edición de la Bienal de Venecia, acompañada de dos estrenos absolutos coproducidos por la Bienal: Un parque, de Luis de Pablo, y Fragmento de Orfeo de Jesús Rueda. A finales de abril estas dos novedades se presentarán en el Teatro Albéniz de Madrid, dentro del ciclo "opera dhoy". Será muy de ver, porque Luis de Pablo, nuestro operista más acreditado, muestra en esta ópera de cámara su también conocido amor por la cultura japonesa. El drama de Yukio Mishima en que está basada la obra, Sotoba Komachi, procede a su vez de una antigua pieza de teatro Noh. Por su parte, Jesús Rueda ha reinventado en su Orfeo el mito del infierno y del amor. La propuesta que Rueda mostró a los venecianos emplea el coro a modo de orquesta y abunda en referencias al teatro griego. Los instrumentos, a su vez, hacen cosas como imitar (o, más bien, imaginar) el sonido del aulos, una especie de clarinete de dos cuerpos que estaba en boga entre la antigöedad. El reparto de ambas óperas está encabezado por la soprano Pilar Jurado y ambas cuentan además con solistas de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, que ya participó muy activamente en la presentación veneciana de esta misma música.

El ciclo "opera dhoy" incluye otros dos espectáculos que se celebran en el Teatro Español: el estreno absoluto de Los murmullos de Pedro Páramo, último estadio de la larga relación que el compositor mexicano Julio Estrada ha establecido con la novela de su compatriota Juan Rulfo, y la presentación en España de For Samuel Beckett, el espactáculo músico-teatral que Morton Feldman dedicó al escritor irlandés el año de su muerte, 1987.

Sin miedo al Auditorio
Pero no todo es ópera en "musica dhoy". La temporada consta, además, de diez conciertos instrumentales que se celebran en el Auditorio Nacional. Muchos son en la Sala de Cámara, pero en tres de ellos Xavier Göell se atreve con la Sala Sinfónica, cuyo enorme aforo asusta a muchos programadores. En ese océano de 2.400 butacas inauguró la temporada el Proyecto Guerrero, y en él están convocados el concierto de la Orquesta de la RTVE, con Luca Pfaff en el podio y música suiza (Huger, Jarrell, Kyburz) en los atriles; y la sesión del grupo Zeitkratzer (especie de arañadores del tiempo) que presentan una sesión de electrónica experimental bajo el expresivo título de "Ruido orgiástico". En los ciclos de Göell han acudido de siempre (y, por los síntomas, han disfrutado mucho), espectadores provenientes de mundos musicales no necesariamente "clásicos".

Uno de los momentos culminantes de la temporada será, sin duda, el estreno de Sombrío un concierto para percusión y grupo que Luis de Pablo ha escrito por encargo de "musica dhoy". Existe gran expectación por oír esta última producción de Luis de Pablo que se anuncia como una obra de grandes dimensiones, con casi tres cuartos de hora de duración. Su interpretación está en inmejorables manos: el percusionista Miquel Bernat y el director José Luis Temes. En la misma sesión figura un concierto del puertorriqueño Roberto Sierra dedicado a Xavier Göell.

Vendrá, una vez más, Helmut Lachenmann, el maestro alemán cuyo prestigio e influencia continúa creciendo. Está previsto que explique y presente su música para cuarteto de cuerda. Se homenajeará a Galina Ustvolskaya, una compositora enigmática cuyo hieratismo parece contener toda la inmensidad del alma (y/o de la estepa) rusa, y se realizará el estreno absoluto de la versión completa de Solo for Voice 58, una obra india de John Cage que reúne los ragas del canto drhupad con la evolución microtonal de la música europea. El Remix Ensemble de Oporto mostrará un doble retrato de dos maestros muy dispares: Elliott Carter y Pascal Dusapin.


ópera de otra manera
Un parque (estreno en España). Música y libreto de Luis de Pablo. Teatro Albéniz. 25/04/06.
Fragmento de Orfeo (estreno en España). 25/04/06. Teatro Albéniz. Música y libreto de Jesús Rueda: "Es el descubrimiento del propio infierno. Musicalmente es una búsqueda introspectiva de la línea vocal, del canto, de la melodía".
Murmullos del Páramo
(estreno absoluto). Teatro Español. 12/05/06. De Julio Estrada. Libreto del Compositor sobre el Pedro Páramo de Juan Rulfo.
For Samuel Beckett (estreno en España). Teatro Español. 08/07/06. Música de Morton Feldman para 23 instrumentos originada por unas líneas de Samuel Beckett. Dirección de escena de Achim Freyer.