Música

John Cage

Estreno póstumo de Solo for voice 58

30 marzo, 2006 02:00

John Cage. Foto: Aryeh Oron

El sábado 1 de abril, el ciclo Musicadhoy presenta en el Auditorio Nacional el estreno absoluto de Solo para voz 58, del compositor norteamericano John Cage. De vez en cuanto se presentan obras de Cage (y de otros grandes compositores) no estrenadas antes en España, pero el hecho de que la gira del estreno mundial de una obra de John Cage pase por Madrid no deja de ser todo un acontecimiento. Es también una muestra más de la pujanza de nuestra vida musical, a pesar de todas las lamentaciones.

Solo for voice 58 es una partitura compleja, abierta de cabo a rabo, como casi todas las de Cage, y mixta en cuanto a inspiración. En su subtítulo -18 Ragas microtonales- confluyen las dos tradiciones musicales en las que se asienta: los "ragas" son modos propios de ciertas músicas del subcontinente indio, mientras que el concepto estructural de "microtono" es plenamente europeo y americano, por mucho que la gente del mundo entero cante microtonos sin saberlo.

John Cage (Los Angeles, 1912 - Nueva York, 1992), figura clave del panorama artístico occidental de su siglo, se fascinó con Oriente en general y con el budismo zen en particular. La influencia oriental está detrás de comportamientos tan cagianos como la inacción del artista, o el esfuerzo, infructuoso, que hace el compositor por no componer. Toda la obra de John Cage parece surgir de esa sonrisa zen con que mira al silencio, o al ruido, y que no es la pose de un artista malgré lui, sino la mirada eternamente curiosa de quien no distingue entre el arte y la vida. Todo ello es muy oriental, pero el Cage compositor no llegó a hacerse nunca indio ni chino. La idea de utilizar el I Ching, el libro chino "De los cambios", para escribir notas al azar, no puede surgir más que en la mente de un compositor occidental de mediados del pasado siglo. Precisamente, lo curioso de este Solo for voice 58 es que en él emerge, por una vez, un Cage interesado técnicamente en la India, en el sentido en que lo estuvo, por ejemplo, su coetáneo Olivier Messiaen. En las instrucciones de interpretación de la obra, Cage se refire explícitamente a los "ragas" (modos melódicos) y a los "talas" (modos rítmicos). Por medio de los diferentes ragas, que vienen a ser el equivalente de nuestras escalas, los músicos hindúes atrapan en sonidos, con sorprendente precisión, las muchas variedades del estado de ánimo de los hombres. En Solo 58, esta capacidad evocadora se cruza con la incertidumbre del azar cagiano y con el academicismo del concepto de microtono. El resultado es verdaderamente impredecible.

La cantante italiana Amelia Cuni ha explorado minuciosamente todos estos cruces culturales -¡y sonoros!- y los expone ahora con carácter de estreno. Ella se pasó más de diez años trabajando el canto dhrupad in situ, con maestros indios, y está instalada ahora en Berlín. Nadie mejor que ella podía sacar a la luz, entre palitos de incienso, a este Cage hindú.