Música

Sevilla se pone flamenca

Cumbre de figuras en la Bienal andaluza

7 septiembre, 2006 02:00

Romancero gitano por el ballet flamenco de Andalucía

El miércoles 13 de septiembre comienza la Bienal de Flamenco que desde hace XIV ediciones se celebra en Sevilla. Lo hará con el espectáculo Andalucía, el flamenco y la humanidad, dirigido por el polifacético bailaor Mario Maya, al que seguirá una lectura del Romancero Gitano a cargo de Cristina Hoyos y José Carlos Plaza. Por la capital andaluza pasarán, durante el mes que dura la cita, importantes nombres como José Menese, Vicente Amigo, Diego el Cigala, Pepe Habichuela o Terremoto.

Nadie podía imaginarse que aquel "Manifiesto de la Bienal", pronunciado el 27 de marzo de 1980 por el entonces delegado de Cultura del Ayuntamiento hispalense, José Luis Ortiz Nuevo, iba a originar uno de los certámenes de más trascendencia en la actual programación flamenca. Se iniciaba así el recorrido de un festival donde, en ocasiones, las complejidades económicas y los recovecos políticos han distraído la atención de lo que verdaderamente importaba: los resultados artísticos y la calidad de sus espectáculos, algo que desde aquella fecha nunca ha faltado, a pesar de los continuos cambios de dirección y los diferentes criterios con los que se ha abordado una coyuntura no exenta de enrevesados procesos de gestión, si bien en este sentido y por justicia haya que destacar las propuestas novedosas de su primer guía, el mencionado Ortiz Nuevo, padre ideológico de la singular criatura.

De todas formas, la Bienal, que quiere ser en el orden flamenco lo que su homónima de Venecia en el arte contemporáneo, y que aspira a codearse sin complejos con las suntuosas programaciones del Metropolitan de Nueva York, tiene para una urbe de legendario carácter festivo como Sevilla una extraordinaria significación, ya que según su actual director, Domingo González, "es el espejo donde mirarse, donde se va a saber qué va a pasar la próxima temporada. El estreno en la Bienal de un espectáculo será el marchamo de calidad que garantice su puesta en escena en cualquier teatro del mundo". En último caso, también es necesario contemplar la Bienal con otras perspectivas, por ejemplo, atendiendo a la dinámica administrativa con la que intenta mantenerse a flote, ya que para la ciudad de la Giralda se ha convertido en el santo y seña de su oferta cultural a nivel nacional e internacional, hasta el punto de haber ocupado el tercer valor de incentivo para el turismo después de la Semana Santa y la Feria de Abril. No en vano acaba de ser galardonada con el Premio Andalucía de Turismo por hacer del arte flamenco un producto cultural de primer orden. Para González, en declaraciones a El Cultural, la edición de este año está dedicada al baile "y por tanto esta disciplina conforma el eje central de su diseño. Apostamos también por aquellos artistas inmersos en un momento creativo fundamental, con una contribución de lenguajes propios y líneas de futuro, siempre con la calidad como filtro y sin dejar de atender a los maestros que han posibilitado el presente y a los jóvenes que nos proponen el porvenir".

Diferentes escenarios
Así que desde el 13 de septiembre hasta el 15 de octubre y en diferentes escenarios -teatros Lope de Vega, Maestranza, Central, Alameda, Hotel Triana y Auditorio de la Cartuja- se irán sucediendo las más variadas representaciones en una serie, brillantísima sobre el papel y despertando fundadas expectativas, que comienza en el Real Alcázar con Andalucía, el flamenco y la humanidad, una obra dirigida y coreografiada por el polifacético bailaor Mario Maya, y continúa con la lectura del Romancero gitano por el Ballet Flamenco de Andalucía, bajo las batutas maestras de Cristina Hoyos y José Carlos Plaza. El rupturista Israel Galván aparece como la gran estrella, ya que protagoniza y coreografía Arena, La francesa y Tábula rasa, formulando en este último título un juego de contrastes con la cantaora de corte clásico Inés Bacán.

En su preocupación de trabajar para nuevos públicos, Domingo González incide en que "el flamenco necesita que en Andalucía los niños y los jóvenes se acerquen a él de una forma divertida. No podemos olvidar que es una manifestación que se ha transformado en seña identitaria para un territorio". Claro que esta seña identitaria dedicada a los niños no la aporta Andalucía, sino que se trata de El flamenco en cuatro estaciones, una inteligente y jubilosa producción de la empresa madrileña El Flamenco Vive con la bailaora italiana Silvia Marín al frente. El flamenco es universal y la historia de la Bienal viene avalada por una magnífica colección de carteles, firmados en sus distintas convocatorias por Francisco Moreno Galván, Manuel ángeles Ortiz, Rafael Alberti, Antonio Saura, Luis Gordillo o Antoni Tàpies, entre otros. Este año le toca el turno a Carlos Saura con una espléndida fotografía como reclamo para las esperadas actuaciones de Carmen Cortés, Juana Amaya, Pepe Torres, Tomasito, Isabel Bayón, la Compañía de Antonio Gades, Belén Maya, Manuel Liñán, Milagros Mengíbar, Rosario Montoya, Joaquín Grilo, Eva Yerbabuena, Rafael de Carmen, Angelita Vargas, Carmelilla Montoya, Mercedes Ruiz, Carmen Ledesma o Andrés Marín.

Actividades paralelas
A esta deslumbrante muestra del mejor baile se suma el programa de actividades paralelas, en colaboración con las universidades de Sevilla, Internacional de Andalucía y Pablo de Olavide, que ofrece un reclamo adicional de especial interés. En primer lugar, seminarios y cursos con la participación de reconocidos artistas, además de diversas exposiciones, entre ellas la antológica de fotografías de Carlos Saura, un director que a lo largo del rodaje de sus películas ha gozado de oportunidades de oro para retratar el flamenco en momentos particularmente significativos. Otro fotógrafo, Gilles Larrain, expone su obra, realizada en 1983 por toda Andalucía. Mención aparte merece el ciclo de conciertos a cargo de Fosforito, José Menese, Enriquede Melchor, Pepe Habichuela, Vicente Amigo, José de la Tomasa, Esperanza Fernández, Terremoto o Diego el Cigala, que son algunas de las voces y de las guitarras representativas del flamenco de hoy.

La Bienal ha conseguido que Sevilla sea para todos "la capital del flamenco, como Nueva Orleans lo es del jazz", afirma Domingo González. Esperemos que no se rompan los diques que canalizan al río Guadalquivir y que las aguas flamencas discurran por los mejores cauces del arte.

Niños por bulerías

Nueve representaciones hay anunciadas del taller- espectáculo El flamenco en cuatro estaciones, incluido en la Bienal por sus innovadoras y creativas técnicas aplicadas a la didáctica flamenca para niños. La bailaora y pedagoga Silvia Marín, nacida en Milán y formada en España, sabe muy bien que ellos son el futuro y por eso les quiere contagiar su pasión por el flamenco: "Los niños tienen la oportunidad de experimentar con el ritmo, la melodía o los pasos de baile, imitando y riendo. Ellos aprenden de forma natural pero, a la vez, se divierten". Silvia lleva tres años difundiendo el flamenco entre los más pequeños y comenta que la realidad social de los colegios es muy distinta y que el flamenco es un arte integrador de culturas, pero lo que le gratifica es "la emoción de ver a cuatrocientos niños cantando por alegrías, haciendo palmas a compás", aunque lo que más le conmovió fue "escuchar a un niño autista preguntar a su profesor del colegio: ‘¿qué tiene esta música que me hace bailar?".