Música

Nagano, nuevos aires para Bruckner

Ciclo Ibermúsica

28 septiembre, 2006 02:00

Kent Nagano inaugura Ibermúsica. Foto: M. Berman

No es pequeña cosa que una entidad privada como Ibermúsica siga manteniendo -eso sí, a un precio lógicamente alto-, casi intacta su oferta original. Claro es que ahora ya no es posible ver a las grandes batutas de otros tiempos: la mayoría han transitado hacia otras esferas. Ahora hay lo que hay en este campo; y lo que hay es más modesto. A juicio del firmante una de las sesiones más atractivas es precisamente la que abre la serie: La Orquesta del Estado de Baviera -aquella que nos deslumbrara hace años con Carlos Kleiber-, un conjunto muy sólido, regresa bajo el mando de un muy bien colocado Kent Nagano, un director de ascendencia oriental que empezó rompiéndose prácticamente los cuernos con la difícil, extensa y comprometida partitura de la ópera San Francisco de Asís de Messiaen. Aquel menudo director, enteco y elástico, supo controlar los diabólicos compases irregulares y las complejas texturas de la obra en el Teatro Real de Madrid hará ya 20 años. Esa agilidad felina la continúa manteniendo Nagano, que se ha revelado como sorprendente traductor de algunas sinfonías de Bruckner. Aquí, el lunes, expondrá su visión de la versión original -con el Scherzo rechazado posteriormente por el compositor- de la nº 4. A ella une el camerístico Idilio de Sigfrido de Wagner.

A vista de pájaro vemos de alto interés, por supuesto, la nueva participación de la siempre bienvenida Filarmónica de Viena, con la que Barenboim -que seguirá, en otras fechas, trabajando Mahler con su Staatskepelle de Berlín: Sinfonías 5 y 7- hará la de Bruckner, la de Schumann, la de Schubert y una selección wagneriana. Y si de orquestas grandes se trata, mencionemos a las tres londinenses: Philharmonia con Dutoit, Filarmónica con Masur, Sinfónica con Harding. De especial novedad ha de calificarse la programación de la cantata La novia del espectro de Dvorák, a cargo de otro conjunto magnífico e histórico, la Filarmónica Checa, que actúa a las órdenes de un viejo conocido de la ONE, el nervioso y agitado, aunque eficiente, Zdenek Macal.