Música

Las otras voces de Cyrano

8 febrero, 2007 01:00

Alagna como Cyrano

No es nada fácil para el tenor protagonista la parte de Cyrano. Ha de poseer un buen centro, graves sólidos, zona de pasaje bien resuelta y agudos firmes, sonoros y, en lo posible, fáciles. Se trata de un cometido propio de un tenor lírico muy ancho o un lírico-spinto. Un Tito de Mozart, un Max de Der Freischötz de Weber o consecuentes como Lohengrin o Walther de Wagner. Un Cavaradossi de Tosca o, siguiendo con Puccini, un Dick Johnson de La fanciulla del West, incluso un Calaf de Turandot. En Verdi pensaríamos en un Arrigo de Vísperas sicilianas, un Alvaro de Forza del destino. Llegaríamos también a un personaje preverista como don José de o dos veristas como Turiddu o Canio.

Alfano no vio mal que el creador del papel, el 22 de enero de 1936, en la ópera de Roma, fuera el francés José Luccioni (1903-1978), que cantó -al lado de la gran Maria Caniglia- la traducción de Meano y Brusa y que cantaría también el estreno parisino, en el idioma de Molière, que fue el original empleado por el compositor, el 29 de mayo del mismo año. Luccioni era una voz muy adecuada por su brillantez en la zona alta, su tinte viril y su experiencia, bien que todavía corta, pero demostrativa, en partes afines como algunas de las citadas. Al final de su vida había encarnado más de 500 veces don José y había accedido a personajes con mayor carga dramática, así Otello de Verdi. Probablemente Luccioni, pese a sus méritos, fuera en ocasiones algo rudo. Indudable prestigio lo tuvo el chileno Ramón Vinay, quien afrontara con fortuna este temible papel y ha sido la inspiración de Plácido Domingo.

En los últimos decenios la ópera ha conocido un relativo florecimiento. Para ello tuvo su importancia la labor de algunos arrostrados tenores. La RAI de Turín promovió en 1975 unas sesiones recuperadoras en las que participó el norteamericano de Oklahoma William Johns, que se hizo un cierto nombre por la Europa de la época y cantó un poco de todo. Su interpretación de Cyrano, a las órdenes de Maurizio Arena, ha sido reeditada por MRF en CD. La voz consistente y algo destemplada del vienés Roman Sadnik puede escucharse en la grabación Cpo de 2002 dirigida por Manuel Frank, proveniente de la ópera de Kiel. Otros dos tenores han resucitado el papel del narigudo en estos tiempos. El primero Plácido Domingo es un hombre ya mayor y es difícil que su cansada voz actual pueda vencer los problemas. Así que, como es habitual, cantará un tono bajo. En su tesitura original la interpreta últimamente Roberto Alagna. Aun no estando en forma por completo, se lo puede ver en el DVD grabado en 2005 en Montpellier.