Image: El Califfo del belcanto

Image: El Califfo del belcanto

Música

El Califfo del belcanto

Granada recupera la ópera de Manuel García

21 junio, 2007 02:00

El Festival de la Ciudad de la Alhambra inaugura mañana su 56 edición con la recuperación de Il califfo di Bagdad, la ópera más popular del compositor sevillano Manuel García (1775-1832). En el foso, se situará Christophe Rousset. Sobre el escenario, un buen reparto liderado por el granadino José Manuel Zapata, Anna Chierichetti y Milena Storti.

El Festival de Granada vivirá mañana su momento más esperado por partida doble, ya que a la inauguración de su 56 edición, hay que sumar el que será el acontecimiento lírico más destacado del periodo musical del verano español: el reestreno de la ópera de Manuel García (1775-1832) Il califfo di Bagdad, que, durante más de un siglo, ha permanecido sepultada en el olvido.

Estrenada el 30 de septiembre de 1813 en el Teatro del Fondo de Nápoles, esta mítica obra bufa en dos actos, pensada y escrita en italiano sobre el libreto original de Andrea Leone Tottola, centra su argumento en el enredo amoroso protagonizado por la bella Zetulbè y el misterioso Isauun. Una chispeante historia que comienza con la decisión de la hija de Lemède de revelar a su criada Kesia qué razones la llevan a despreciar las pretensiones del poderoso y anciano Emir en favor de su deseo por un bandido anónimo al que ve cada noche, después de que éste la salvara del ataque de una banda de ladrones y asesinos.

Un año después de aquel estreno, Il califfo ya se había representado nueve veces, convirtiéndose en la ópera que más éxito y popularidad proporcionó a García, cuyo legado asciende a dieciséis óperas en español, quince en italiano y ocho en francés. A las que hay que sumar una inestimable colección de tonadillas.

Precursor de la ópera belcantista y puente entre Cimarosa y Rossini, este compositor sevillano, de origen humilde, está considerado como la figura más internacional y aventurera de la música española de principios del siglo XIX. También como un gran tenor, destacado compositor, reconocido empresario y padre de una dinastía de cantantes, entre los que se encuentran las divas María Malibrán y su hermana pequeña y sucesora, Pauline Viardot.

El destino. Sin embargo, y según puntualiza el musicólogo James Radomski, máximo especialista en García, "no se sabe si fue la suerte o el destino, la situación política española, las propias circunstancias históricas o musicales del maestro, quien durante toda su carrera tuvo que luchar contra las innovaciones de Rossini, el prejuicio hacia lo español fuera de nuestro país y una agotadora carrera como el tenor número uno de Europa, lo que contribuyó a su olvido como compositor".

Fuera por un motivo u otro, lo cierto es que han tenido que pasar casi dos siglos para que Il califfo di Bagdad se escuche en España.

Un complicado reto que ha sido posible no sólo gracias al Festival de Granada, sino a la Fundaciones Caja Madrid y Loewe, y a la edición crítica del desaparecido Alberto Blancafort para el ICCMU, que dirige Emilio Casares.

Este instituto ha dedicado más de tres años a la recuperación íntegra de una complicada partitura de más de seiscientas páginas, de la que se conserva incluso "un manuscrito autógrafo del propio autor con anotaciones casi ilegibles y en algunos casos en muy mal estado", apunta Casares, quien destaca el coraje de Granada al atreverse a abrir su nueva edición con una "ópera española tan modélica" como ésta.

Versión semiescenificada. Por su parte, el director del Festival de Granada, Enrique Gámez, defiende este rescate como un punto a favor del patrimonio español histórico. "Con esta recuperación, hemos querido alejar la sospecha que se cierne sobre la música española a la hora de ser programada en las temporadas o festivales españoles", comenta.

La versión, semiescenificada, de Il califfo di Bagdad tendrá mañana en el foso a la batuta de Christophe Rousset, un enamorado de toda la música europea surgida en los siglos XVII y XVIII, para el que la partitura de Manuel García es "muy fácil de oír, pero muy difícil de interpretar". El director francés se situará frente al Coro de la Orquesta Ciudad de Granada y a su formación, Les Talens Lyriques, que tratará de extraer "con instrumentos antiguos (flautas, clarinetes, trompas y percusión), que devuelven el espíritu de la época", la mezcla de tonadillas españolas y sonidos que en su tiempo sonaban como exóticos con los que García concibió Il califfo.

Gusto romántico. La combinación de estilos que caracteriza toda la obra no sólo estará presente en la música, también sobre el escenario, cuyo montaje ha sido obra de Oliver Simonnet, y en el "divertido y singular" vestuario creado por el creador de Loewe, Luis Enrique Oña Selfa.

"Todos los bocetos responden al gusto teatral romántico de la época del compositor", adelanta Oña Selfa, "pero bajo una interpretación contemporánea de los modelos orientalistas", con el fin de ayudar a los enredos y disfraces que nutren la historia de esta ópera, que posee algunos fragmentos hablados.

No es la primera vez que el diseñador belga colabora con el Festival de Granada; ya en 2004 creó el espectáculo de Estrella Morente, Pastora 1922, con el que la cantante granadina rindió tributo a La Niña de los Peines. Y un año más tarde, fue el escogido para confeccionar los trajes que se utilizaron en Cannes para un pas de deux en homenaje al coreógrafo estadounidense George Balanchine.

Sobre el escenario del Palacio Carlos V de la Alhambra, Il califfo contará mañana con un buen reparto, encabezado por el tenor granadino José Manuel Zapata, como Isauun. La trayectoria de este joven intérprete, para el que lo suyo con la ópera fue "un amor a primera vista", pasó de un coro amateur al que se apuntó casi por casualidad a los 19 años, a trabajar en 2001 bajo las órdenes de Alberto Zedda en Il turco in Italia.

Madrid y Barcelona. Desde entonces, su presencia es habitual en algunos de los coliseos más destacados del mundo, desde el Carlo Felice de Génova, al Châtelet de París. Asimismo, fue Premio Lírico "Teatro Campoamor" y de la revista ópera Actual en 2006 al mejor cantante revelación. Junto a Zapata, destaca Anna Chierichetti en el rol de Zetulbè, así como Milena Storti (Lemède) y la italiana Manuela Custer (Kesia).

A la función de mañana le seguirá una más, también en Granada, el próximo domingo. Después, el montaje recalará en la Zarzuela (el miércoles, 26) y en el Palau de Barcelona (el jueves, 28). Pese a todo, la recuperación de esta ópera asoma sólo como la punta de un iceberg de más de diez mil títulos del panorama musical nacional todavía desconocidos. "En esta última década", aclara Casares, "se ha recuperado parte del legado sonoro español que, durante muchísimo tiempo, ha sido despreciado y masacrado. No se puede olvidar el calvario que ha sufrido cada músico español a la hora de intentar estrenar una ópera en nuestro país. España ha estado en manos de empresas italianas que imponían los títulos, cantantes y directores que debían figurar en las programaciones de los grandes coliseos nacionales, en las que lo español no tenía cabida".

Españoles en París

Manuel de Falla residió en París a principios del siglo XX y abrió el camino para que el impresionismo se derramara en nuestro país. Esta idea, y el hecho de que, a partir de ahí, los herederos del gaditano, los creadores de la República, empezaran a trabajar en busca de una clarificación y aireación de viejos nacionalismos, ha sido recogido este año por el Festival de Granada, que atiende por el título Españoles en París.

En la muestra se ha planificado un simposio sobre "Las relaciones internacionales musicales España y Francia desde la Edad Media hasta nuestros días". La programación viene atravesada así de ese propósito histórico y abarcador, que se revela en las muchas e interesantes propuestas. La primera, mañana mismo, es la ópera Il califfo di Bagdad de Manuel García. Un acontecimiento que volverá a mostrar la importancia creadora del sevillano. Christophe Rousset, estará al frente de sus Talens Lyriques y de un buen equipo de cantantes.

Hay también una serie de conciertos con obras infrecuentes, que van desde el siglo XI hasta el XVIII, a cargo del Ensemble Organum/Marcel Pérès, Le Poème Harmonique/Vicent Dumestres y la Orquesta Barroca de Sevilla/Monica Hugguet. En lo sinfónico, se cuenta con la Orquesta de París para tres conciertos, uno dirigido por Josep Pons, en el que se estrena Natura de Luis de Pablo, dedicada al crítico Adolfo Salazar, y dos por Christoph Eschenbach. La Staatskapelle de Berlín con Barenboim se lucirá en programas germano-austriacos.

La orquesta Ciudad de Granada hace música gala con los Capuçon y la de Sevilla, la Consagración de la primavera con Pedro Halffter. Se prevén citas flamencas, propuestas de danza (Ballet de Bordeaux y Béjart) y recitales del contratenor Phillipe Jaroussky y la mezzo Magdalena Kozená, voces muy de moda, o el del veterano pianista Aldo Ciccolini (Debussy, Ravel, Falla). por A. Reverter