Abierto a las más diversas tendencias de la música actual, el Festival de Alicante se esfuerza año tras año en mostrarnos algo nuevo. En la edición que comienza hoy mismo, la vigésimo tercera, la mirada se dirige hacia Oriente, cuya influencia es muy notoria en los últimos decenios a este lado del mundo y cuyo renacer es hoy una pasmosa realidad en todos los órdenes, también en el musical, que no podía ser el menos importante. Para esta ocasión, se han hecho siete encargos, que se deben a músicos ya prestigiosos como Sánchez Verdú, Greco o Satué, y a otros que están en camino de serlo de inmediato: Iluminada Pérez Frutos, Sofía Martínez, Miguel Gálvez, Mercé Capdevila y Emiliano López Rascón.

Estos estrenos absolutos se unen a otros alumbramientos mundiales firmados por importantes plumas españolas: Rueda, Del Puerto, De la Cruz o Torres, escoltados por Daniel Flors y Jean-Marc Chouvel. Todas las composiciones de nuevo cuño se unirán a un buen puñado de ellas, estrenadas en otras latitudes y que se escucharán por primera vez en nuestro país. La enumeración sería larga y engorrosa. Vienen, unas y otras, distribuidas en una amplia panoplia de trece conciertos, el último de los cuales tendrá lugar el próximo día 29 de septiembre.

Sin embargo, y ante todo, cabe destacar que el Festival para esta ocasión está bañado en aguas orientales del más diverso signo. Tenemos, por ejemplo, en la sesión inaugural, de caracter indonesio, partituras de Syahrial y, lo que es una notable curiosidad, de Ernesto Halffter, del que se recupera la orquestación de tres piezas -Mekelá, Nang-Matchá y Legende Cambodgienne-, escrita en París en el año 1940 con destino a la bailarina Seiko Sarina. Un avezado conjunto de excelentes instrumentistas españoles e indonesios, con el inquieto pianista Ananda Sukarlán y el propio Syahrial al frente, se ocupa de la interpretación.

El Plural Ensemble de Panisello presenta mañana, bajo la dirección de Fabián Panisello, un programa totalmente japonés (Kishino, Mochizuki, Itoh y la revelación Hosokawa). Sánchez Verdú se pone el frente de la Ciudad de Granada el próximo sábado para dirigir su encargo (Elogio del aire) y el de Pérez Frutos (A orillas de la sola quietud), junto a páginas de Xenakis y el mítico Takemitsu. Un día más tarde, los Spanish Brass Luur Metal interpretarán Cosmogonía de Flors, mientras que el violinista Manuel Guillén ofrecerá el 24 de septiembre un recital con pentagramas de históricos como Barce, Cruz de Castro y Guinjoan, junto a otros de Rueda, Del Puerto y De la Cruz.

La música electroacústica hará su aparición el lunes con el grupo LIEM y la pianista Eiko Shiono, y la radiofónica con Música en bruto de Capdevila y Sol en la noche de López Rascón. El sonido y la danza se concentran en el programa titulado Aqua (Cattaneo, Sciarrino, Belcastro, Erkoreka, Ishii, Tanaka, Torres, Takemitsu). Interesante será asimimso, la sesión para pipa sola -una suerte de laúd chino- a cargo de Liu Fang y del conjunto femenino Xenia Ensemble, e importante la velada del Grupo Enigma a las órdenes de Juan José Olivés (MacMillan, Satué, Greco, Takemitsu).

El Trío Arbós habrá de lucirse en una selección con percusión (Gálvez, Yun, Taira, Rzewski). Y por fin, el escocés Theatre Cryptic y el Cuarteto T’Ang de Singapur presentarán en el Teatro Principal alicantino, en la clausura del festival (29 de septiembre), un espectáculo titulado "Optical Identity".