Michaël Borremans
De Appel, Amsterdam. Hasta el 4 de noviembre
20 septiembre, 2007 02:00"The Storm", 2006, Courtesy Zeno X Gallery
Michaël Borremans es un reputado artista belga cuyas pinturas llevan diez años en un lugar privilegiado de la creación contemporánea. Lo que no sabíamos era su inclinación hacia la imagen movimiento.
Entre Rabelais y el Marqués de Sade, la pintura de Michaël Borremans se sitúa en un punto intermedio entre el absurdo, lo fantástico y el drama. En sus cuadros vemos figuras inexpresivas rodeadas de objetos con los que rara vez guarda relación. Hay un punto surrealista no sólo en la solución inconexa de las formas sino también en la atmósfera, con escenarios en los que la densidad críptica se impone a una lectura ágil e inmediata. Y es que la información está aquí cuidadosamente administrada. Borremans presenta un vacío que está abierto a diferentes niveles de interpretación. A veces, el pintor plantea un conjunto de cuadros de narrativa común, suelen funcionar como series, como aquélla que exploraba diferentes estados mentales a través de levísimas pistas visuales y conceptuales. Es un trabajo incómodo que se entiende mejor en un contexto de introspección que en el de la iluminación racional. Y sus imágenes son, pese a una primera apariencia inofensiva, inquietantes y abyectas.
En 2005, en una entrevista, Borremans decía que la pintura no produce imágenes estáticas, se mueve. "El cine es algo que me gustaría experimentar. Creo que tarde o temprano lo utilizaré pero quizá no lo muestre nunca". Esta frase, muy propia del enigmático estilo de Borremans, es el punto de partida de esta exposición que ha montado De Appel en ámsterdam. No sólo ésta es la primera vez que el artista expone de forma individual en Holanda sino que es la primera vez que se muestran estos filmes al público. La exposición viajará más tarde a la sede de la institución coproductora del proyecto, el Centro de Artes Visuales de Coimbra, en Portugal.
El trabajo cinemático de Michaël Borremans tiene mucho que ver con su trabajo bidimensional. Son Tableaux Vivants cambiantes en los que el artista, a través de un muy sutil manejo de la cámara, va creando una atmósfera opresiva. Desde la cámara fija, utiliza lentamente el zoom para centrarse en partes del cuerpo, detalles del escenario, rostros o prendas de vestir. Son acciones que nunca tienes un fin concreto y que alimentan la sensación que producen sus cuadros: significados turbios y narrativas abiertas. La línea que separa la realidad de la ilusión es muy difusa con dos mundos que convergen en inquietantes atmósferas, el de una realidad reconocible y el de un mundo onírico y extraño.
Borremans decidió trabajar en 16mm y 35 mm. para aprovechar los efectos lumínicos que el vídeo no le permite conseguir. En De Appel utiliza diferentes soportes para mostrar sus trabajos, desde el DVD y el plasma hasta pantallas y proyectores de 35mm. Y como estas películas no deben entenderse como una rareza en la obra del artista, las proyecciones se ven en "ambientes" en los que las películas dialogan con los cuadros y dibujos de los que se sirvieron originalmente.