Image: Flórez se enfrenta a Rubini

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Música

Flórez se enfrenta a Rubini

El tenor peruano ofrece mañana un recital en el Liceo de Barcelona

29 noviembre, 2007 01:00

Juan Diego Flórez. Foto: Justy García

Hay quien dice que Juan Diego Flórez (Lima, 1973) es el mejor tenor del mundo. Una afirmación así, por su contundencia, es evidentemente exagerada y discutible, como todas las que se hacen de este tipo. Tal vez, podríamos reconocer, eso nos parece bastante más acertado, que el tenor peruano es el mejor dentro de su estricto repertorio. O sea, el que abarca determinados papeles de Rossini y algunos, muy escogidos, de Donizetti y Bellini.

Y aún más: es probable que ninguno sea tan bueno en su clase como él. Podemos aseverar, por ejemplo, que Marcelo álvarez, por dar un nombre, es el mejor o uno de los mejores, en ciertas partes verdianas o puccinianas. Pero no a tan gran e indiscutible nivel. En ese sentido, sí sería lógico conceder a Juan Diego Flórez ese aleatorio título.

Por eso, cualquier actuación que realice el artista es esperada y comentada con una subida expectación. La próxima que va a protagonizar se celebrará mañana mismo en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, donde ofrecerá un recital en el que, como de costumbre, estará acompañado por el pianista Vincenzo Scalera. El programa anunciado es de carácter variado y combina tanto ópera romántica como canción y zarzuela, y autores como Mozart, Donizetti, Bellini y Rossini, entre otros. Es ésta una oportunidad para poder escuchar al tenor en alguna de las arias que aparecen en el último disco que acaba de sacar al mercado bajo el título Arias for Rubini (Decca), dedicado, como no podía ser de otro modo, al tenor Giambattista Rubini, protagonista y en algún caso destinatario principal de todas esas páginas.

Fragmentos de extrema dificultad como All’udir del padre affitto de Bianca e Fernando de Bellini, en donde hay escrito un mi bemol sobreagudo, nota estratosférica que Flórez alcanza, aunque con dificultades, en la grabación pero que no sabemos si afrontará en público. Entre otros motivos, porque se produce en un ataque limpio, a pelo, sin posibilidad de apoyarse en nota previa. A esta pieza se unen Deh! Troncate de Elisabetta, regina d’Inghilterra de Rossini y Linda! Si ritirò de Linda di Chamounix de Donizetti.

Son arias, sobre todo las dos primeras, que precisan y requieren en todo momento de una voz de tenor llamado contraltino, como seguramente era la que poseía Rubini, aunque éste, como algunos de sus colegas de entonces, abordaba las zonas altas de la tesitura en falsete o falsettone, no a voz plena. El timbre claro de lírico-ligero de Flórez, su finura expositiva, su habilidad para el canto legato y su notable aptitud para practicar reguladores, portare, smorzare y sfumare -distintos tipos de desvanecimiento del sonido, de fallarlo y modularlo- quedarán de nuevo demostrados en el lento proceso que está llevando al tenor desde hace ya algún tiempo a los niveles más altos de su arte.

En el concierto figuran también canciones de los tres compositores citados, Bella enamorada de El último romántico del gallego Reveriano Soutullo y Vert y Por el humo se sabe donde está el fuego de Doña Francisquita de Amadeo Vives.