¿Una ley anticuada?
La Ley de cine, a examen: Productor
29 noviembre, 2007 01:00Enrique González Macho, presidente del grupo Alta Films, es uno de los hombres que mejor conoce el cine español. Pendiente de ser rubricada en el Senado la Ley del Cine, el productor de éxitos como Te doy mis ojos (2003) o La noche de los girasoles (2006) opina sobre los que, a su juicio, son sus puntos más candentes.
1. Exenciones fiscalesLógicamente, desconozco cuál es el texto final que se aprobará de la nueva Ley. Lo que sí he visto es el anteproyecto que no creo que sufra muchas modificaciones. Contiene varios elementos positivos. En primer lugar, la definición de la figura de productor independiente, aquel que no trabaja para grandes grupos empresariales o las televisiones, básicamente, y su forma de relacionarse con los otros actores que forman parte del sector. Además,valoro que se favorezca la entrada de capital privado creando un mecanismo de exenciones fiscales. Es cierto que eso fomentará una menor dependencia de las subvenciones, aunque nunca he entendido por qué se las critican tanto. También es un buen paso la creación de una Agencia Estatal de Cinematografía, que sustituirá al ICAA. Facilitará las gestiones. En este sentido, es esencial que no se rompa la estatalidad del fondo de protección, que se dividiera entre las distintas comunidades autónomas sería un suicidio.
2. Creación de industria
Es una ley que favorece a los productores. No entiendo por qué eso tiene que ser malo. Cuando se hacen leyes para el fomento de la minería, todo el mundo entiende que los mineros saldrán favorecidos. Es la única forma de crear industria, que es el objetivo a largo plazo. En este sentido, es importante profundizar en la relación con Suramérica. Tengo la impresión de que allí hay mucho talento y falta dinero, y quizá nosotros tenemos algo de dinero pero no nos vendría nada mal un poco de talento. De todos modos, hay que tener en cuenta que en España nunca habrá una verdadera industria del cine, siempre nos moveremos en el terreno de lo artesano. No es malo. En realidad, sólo hay una verdadera industria del cine en dos países, Estados Unidos y la India. Incluso Francia se mueve en el terreno artesanal. Está el asunto del exceso de producción que es un problema evidente. Pero aunque es cierto que se hacen demasiadas películas también lo es que no se puede limitar la producción. Además, el cine no es una ciencia exacta, es necesario que se hagan filmes arriesgados aunque puedan salir mal. Finalmente, sería bueno llegar cuanto antes a un acuerdo con las televisiones, creo que el problema es más de imagen que de fondo.
3. Nuevas tecnologías
El principal problema que tiene la Ley es que se puede quedar anticuada muy rápido. Hasta hace unos años, los cambios se producían muy lentamente pero ahora en cuestión de meses se producen verdaderas revoluciones. En este momento, es evidente que la irrupción de internet y el éxito del dvd están transformando por completo este negocio, y es una revolución que la Ley no tiene en cuenta. En este sentido, el asunto más grave al que se enfrenta el sector es la piratería. Sin ella, es posible que no hubiera hecho falta ni siquiera la Ley y nos podríamos haber ahorrado tanta pelea. Entiendo que el marco de una ley del cine no es el más adecuado para tratar el asunto del robo de películas por la red, pero no hubiera estado mal una mención. No sólo eso, resulta asombroso el desinterés del Gobierno por solucionar esta cuestión. Cuando nos quejamos, responden con vaguedades amparándose en la complejidad de la situación. No es de recibo que España sea el segundo país del mundo más pirata después de China. Y todo para que las compañías telefónicas se enriquezcan. Quizá cuando todos los españoles tengan la banda ancha comenzarán a preocuparse por los contenidos.
4. Cuestión de diagnóstico
El cine español es el de siempre. No creo que cambie mucho el panorama en función de los resultados de taquilla puntuales. Si el año que viene estrena Almodóvar, Amenábar, Díaz Yanes y Segura hace un nuevo Torrente, la cuota se disparará. ¿Hará eso mejor al cine español? Hay un problema claro de desafecto hacia nuestro cine, agudizado después de la ceremonia de los Goya en la que se criticó la Guerra de Iraq. Allí hubo muchos que se esforzaron por demonizar al sector. Creo que no existe un problema de variedad de las películas y que todos los años se hacen unas cuantas buenas. Sí creo que se debe mejorar su factura, debemos ser más ambiciosos en la producción. Esto puede significar gastarse más dinero por película, aunque no necesariamente.
5. Piratería y exceso de salas
Como exhibidor y distribuidor, estoy en profundo desacuerdo con la actitud de la FECE (Federación de Exhibidores Cinematográficos de España) tanto en el fondo como en la forma. Las cuotas de cine europeo no son el problema, sino, insisto, la piratería y el exceso de salas. No es posible que tengamos tantas pantallas como en Francia, que tiene 20 millones más de habitantes. Por otra parte, los insultos al cine español en el sentido de que "no interesa", etc han sido de una zafiedad insoportable. ¿No interesa El orfanato, que es la película más taquillera del año?